Colombia: ganó voto de castigo a las FARC

Colombia: ganó voto de castigo a las FARC

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Parecería que el debate entre quienes están a favor y en contra del referéndum sobre el proceso de paz en Colombia, en 2016, se extendió a las elecciones presidenciales del domingo. En ese momento, la mayoría de los colombianos rechazó la firma del acuerdo de paz entre el presidente Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC. Ayer, la victoria de Iván Duque confirmó que muchos colombianos todavía no están listos para perdonar a la guerrilla marxista después de más de 50 años de conflicto armado.

Eso también se vio en la alta participación en los comicios del domingo. Nunca antes tantos colombianos acudieron a las urnas en una primera ronda de votación. Se escrutaron cerca de 19 millones de votos, es decir, los de alrededor del 53 por ciento del electorado. Casi 7,5 millones de colombianos marcaron su boleta a favor de Iván Duque. Pero no porque pensaran que su programa conservador era el mejor, sino más bien porque tenían miedo de que ganara su rival, el izquierdista Gustavo Petro.

Gustavo Petro es hoy, con casi 5 millones de votos, el candidato de izquierda más votado en la historia de Colombia. En su juventud formó parte del Movimiento 19 de Abril (M19), una guerrilla de izquierda que se convirtió en un partido político en 1990. Petro apoya el acuerdo de paz con las FARC y propone aumentar los impuestos a los más ricos, una educación gratuita y terminar con la dependencia de la economía colombiana del petróleo y del carbón. Propuestas que, si bien encuentran eco en las capas más pobres de la población, asustan a los inversores privados. Para Wall Street, él es el protagonista más impopular del país.

Sin embargo, Petro está llenando un vacío en la izquierda de Colombia. Por primera vez, un candidato de ese espectro político representa una alternativa de poder en un país que, hasta ahora, siempre había excluido a la izquierda con la excusa de que esta estaba estrechamente ligada a los diferentes movimientos guerrilleros. El éxito de Petro se da, seguramente, gracias al acuerdo de paz y al desarme de las FARC. «Izquierda” ya no es sinónimo de «guerrilla”: lentamente pasa a pertenecer, como todas las democracias, a un panorama político equilibrado.

También los casi 4,5 millones de votos para el candidato de centro-izquierda, Sergio Fajardo, demuestran que las ideas alternativas y progresistas cada vez se imponen más en las mentes de los colombianos. Fajardo y Petro gozaron del apoyo de gran parte del electorado más joven.

Como contraparte, durante esta campaña, las discusiones morales tuvieron más peso que en años anteriores. Iván Duque está en contra del matrimonio homosexual y del aborto, e incluso piensa en seguir a Donald Trump en cuanto a su decisión de trasladar la embajada de Colombia a Jerusalén. Eso echa luz acerca de la postura de una mayoría de los colombianos. Según un Estudio de la Universidad de Los Andes, en los últimos años aumentó el rechazo a la homosexualidad, al aborto y a la eutanasia en el país sudamericano.

A pesar de todo, Colombia continúa yendo, poco a poco, por el camino correcto. El acuerdo de paz es aún débil y necesita mejoras urgentes para ser implementado. Los disidentes de las FARC siguen ejerciendo el terror en las fronteras, y cada vez más venezolanos tratan de ingresar al país en busca de asilo. El presidente, Juan Manuel Santos, deja, además, como herencia a su sucesor unas difíciles negociaciones de paz con otra guerrilla: el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Pero, poco antes de su despedida, Santos, Premio Nobel de la Paz, logró que Colombia pasara a formar parte de la OCDE y que fuera el primer país latinoamericano reconocido como «socio global” de la OTAN. Eso sostendrá el interés internacional en Colombia y, asimismo, el compromiso del nuevo gobierno con el proceso de paz. (DW)

Ofelia Harms

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