Tras conocerse anoche que la desaceleración de China era más profunda de lo esperada con un PIB de 6,5% para el tercer trimestre ante el 6,6% esperado, los ojos de los inversionistas se volcaron a la bolsa del gigante asiático que venía en su menor nivel en cuatro años, pero el gobierno de Beijing tenía una carta bajo la manga.
Los reguladores del mercado chinos salieron anoche apuntalar a una bolsa que sufre con los altos niveles de deuda de la economía local y la guerra comercial de Estados Unidos.
Por medio de una intervención verbal coordinada por el gobierno los líderes del banco central de China, el regulador de valores y el regulador bancario y de seguros, prometieron apoyo financiero para las empresas chinas. Los comentarios fueron dados a conocer estratégicamente antes de que se publicara que la economía china había tenido su menor expansión desde 2009.
Como consecuencia, el CSI 300 subió casi 3%, mientras que el Shanghai Composite lo hizo en 2,58%.
Claro que la intervención de Beijing no traspasó las fronteras, ya que varias bolsas de Asia siguieron en la racha negativa, como el Nikkei de Japón que perdió 0,56%.(DF)