Al procesar el último Censo de abril de 2017, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) registró una ocupación total de 7.928.068 personas, utilizando su metodología usual. Este número se encuentra publicado en su página web www.ine.cl. Por otro lado, hace un par de semanas, un estudio del Banco Central procesando el mismo Censo, registró una fuerza de trabajo de 9.082.347 personas. Esto indica que a abril de 2017, la desocupación efectiva del país llegó a 1.154.279 personas, es decir, 12,7% de la fuerza de trabajo.
Esta cifra contrasta abiertamente con la informada en la encuesta usual de empleo del INE. En efecto, en abril de 2017, la encuesta del INE indica que la desocupación alcanzó tan sólo al 6,7% de la fuerza de trabajo. ¡Alrededor de la mitad de la cifra efectiva!
¿Por qué se produce esta situación? La explicación está en que la muestra de hogares de la encuesta de empleo del INE se basa en el Censo de 2002. En aquella época, los migrantes alcanzaban alrededor de 187 mil personas, mientras que en 2017 superaban las 746 mil. Como el grueso de los migrantes viene a trabajar, existe una parte importante de la fuerza de trabajo y del empleo que es ignorada por la encuesta.
Esta situación ha significado que, en la práctica, la encuesta usual de empleo haya subestimado tanto el aumento de la ocupación, como el incremento de la fuerza de trabajo. En efecto, si consideramos los dos últimos Censos de 2012 y 2017, la ocupación creció a un ritmo promedio de 3,5%. La encuesta de empleo INE registra un aumento de 1,64% en el período, que es menos de la mitad del crecimiento efectivo de la ocupación.
Por otro lado, de acuerdo a los últimos Censos, la fuerza de trabajo se incrementó a un ritmo promedio de 4,77% en ese período. Claramente esto se debió al gran incremento en la migración. El INE reporta un incremento de la fuerza de trabajo de tan sólo 1,67% en dicho período. ¡Pero el verdadero ritmo de crecimiento de la fuerza de tgrabajo fue más del doble!
Chile tiene un fuerte problema de desocupación, que es ignorado sistemáticamente por nuestras autoridades. Y este problema no es fácil de resolver mientras tengamos una inmigración fuera de control. La población chilena mayor de 15 años está creciendo al 1,8% anual. Si se mantuvieran los niveles de participación, ello implicaría que la fuerza de trabajo crecería al 1,8% anual, o 163 mil personas. Si a esto se agregan los 277 mil migrantes que tuvimos en 2018, de los cuales alrededor de 200 mil se incorporaron a nuestra fuerza laboral, tenemos que crear 363 mil puestos de trabajo anuales para mantener la desocupación constante.
Esto no se está logrando. Con un crecimiento del PIB de 4% anual, la ocupación tiende a crecer en torno al 2% anual, o 160 mil empleos. Nos espera una desocupación creciente en los próximos años, a menos que pongamos una cuota razonable a la inmigración. (DF)
Erik Haindl