De acuerdo al análisis entregado por la Superintendencia de Salud, la discriminación hacia la mujer ha aumentado significativamente entre 2007 al 2017 para aquellas adscritas al sistema privado de salud. Todos los indicadores así lo muestran: copago, cobertura, costo real de contar con un contrato.
Mientras el copago de los hombres pasó de 32,7% a 33,1% (aumentó de 0,4%), el de las mujeres creció de 33.7% a 38,5% (aumento de 4,8%), de paso incrementando la brecha de copago entre hombres y mujeres desde 0,9% a 5,4%. Asimismo, la cobertura es mucho mayor para hombres (66.9%) que para mujeres (61.5%) y aun cuando la cobertura ha disminuido para ambos géneros, ella disminuyó solo 0,3% para los hombres y 4,8% para las mujeres. Por otra parte, los planes de los hombres subieron 23% en la década analizada mientras que los planes de las mujeres subieron 48% en el mismo periodo. Esto implica que por un mismo plan las mujeres deben pagar mucho más que los hombres. La buena noticia es que ha aumentado significativamente la presencia de cotizantes mujeres en el sistema, reflejando así el aumento de la presencia femenina en el mundo del trabajo.
Hace mucho tiempo que se viene discutiendo respecto al sistema de salud tanto público como privado de Chile y todos los expertos señalan que requiere una reforma profunda. Ahora contamos con información oficial y objetiva que lo corrobora; es un nuevo argumento que podrían tomar como bandera de lucha los grupos feministas, la discriminación arbitraria en contra de las mujeres que es parte del ADN del sistema privado de salud. Y la solución no es que todas las mujeres se cambien al sistema público, que tiene sus propias falencias y recursos limitados.
Se requiere una buena reforma que resuelva adecuadamente la discriminación por sexo, edad y enfermedades prexistentes. En el caso de las mujeres uno de los elementos que más pesa en la determinación de costo de los contratos es que esté en edad fértil y no se considera para nada que existe la corresponsabilidad con sus maridos y parejas con quienes forman familia.
Es de esperar que la promesa del programa del Presidente Piñera relacionado con la Salud de los chilenos se cumpla presentando al poder legislativo la muy necesaria reforma al sistema de Isapres que ha sido anunciada por todos los gobiernos de los últimos diez años. Ya no se puede esperar más tiempo y es necesario por un imperativo ético y moral, terminar con esta discriminación tan increíble hacia las mujeres.
Las mujeres deben enfrentar diversos retos en su diario vivir que derivan de sus múltiples roles: mujer, madre, trabajadora, hija, abuela y en todos y cada uno de ellos existe algún grado de discriminación, dado que nuestra sociedad evoluciona a un ritmo muy lento respecto a los enormes cambios que vive el mundo actual donde la participación de la mujer solo va a aumentar y donde los roles y responsabilidades de ambos géneros tendrán que ser compartidos como iguales.
Que sea el gobierno actual el que tenga el mérito de concretar una buena reforma al sistema de salud privado y de esta manera eliminar un tipo de discriminación que resulta vergonzosa para el país como un todo. (El Líbero)
Varsovia Valenzuela