La oposición y el oficialismo se movilizaban este miércoles en Venezuela con motivo del Día del Trabajador, tras fracasar un alzamiento militar liderado por el opositor Juan Guaidó contra el presidente Nicolás Maduro.
Convocados por Guaidó, cientos de opositores se concentraban en varias ciudades para exigir la salida del mandatario socialista, respaldado a su vez por una multitud en el centro de Caracas.
Militares impidieron con gases lacrimógenos el avance de una pequeña marcha en el sector de El Paraíso, a unos cuatro kilómetros del palacio presidencial de Miraflores, según imágenes de medios locales.
Está previsto que Guaidó participe en las manifestaciones, según su equipo de prensa.
“Lo que estamos viviendo es un infierno, sin agua, sin electricidad, sin medicamentos. Tengo fe en que el pueblo en la calle va a lograr que la olla reviente”, dijo a la AFP Evelinda Villalobos, de 58 años, habitante del estado Zulia (oeste).
En un ambiente festivo, los chavistas vestidos de rojo, con banderas y pancartas con mensajes “antimperialistas”, celebraban el fracaso de lo que el gobierno denunció como un “intento de golpe de Estado”.
Guaidó había planteado la marcha del 1° de mayo como “la más grande en la historia” de Venezuela, pero la convocatoria tomó otro tinte luego de la fallida sublevación del martes.
“Seguimos con más fuerza que nunca”, escribió este miércoles en Twitter.
Miles de personas acompañaron el martes a Guaidó en la base aérea de La Carlota, en la capital, donde en la madrugada había anunciado el levantamiento junto a un pequeño grupo de uniformados.
Disturbios se registraron en varias ciudades, con saldo de un muerto y decenas de heridos, según organizaciones de derechos humanos.
La sublevación se desinfló a medida que el alto mando reiteraba lealtad al líder chavista.
ADVERTENCIA DE EE.UU. A PADRINO
Luego de la fallida sublevación, Estados Unidos advirtió al ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, que está ante la “última oportunidad” de romper con Maduro.
Según John Bolton, asesor de seguridad del gobierno estadounidense, Padrino se había comprometido a apoyar el “derrocamiento” del mandatario.
Maduro “tenía un avión en la pista, estaba listo para irse (…) y los rusos le dijeron que debería quedarse”, dijo en tanto Pompeo, indicando que el gobernante planeaba huir a La Habana. Guaidó reafirmó esa versión, pero Maduro la desmintió.
El politólogo Luis Salamanca considera que la insurrección buscaba “desencadenar otras acciones militares”, pero que el escenario ahora es de mayor incertidumbre. “No sabe uno a quién creerle”, dijo a la AFP.
PULSO CON MILITARES
Guaidó reivindica que las fisuras abiertas por el alzamiento demuestran que Maduro ya no controla a la Fuerza Armada. “Hay soldados dispuestos a defender la Constitución, y quedan muchos más”, sostuvo.
Salamanca estima que Maduro y Guaidó entraron de lleno en una disputa por el respaldo de los militares, pilares del mandatario, a quienes según expertos éste les ha otorgado amplia participación en el manejo de la renta petrolera.
“La lucha ahora es para ganarse a los militares. Algunos han sido ganados por Guaidó, pero los jerarcas siguen del lado del gobierno”, expresó el analista.
El empeoramiento de la crisis, con la entrada en vigor de un embargo estadounidense al crudo venezolano, provocará un desgaste en las filas castrenses que entrará a jugar en esa pugna, observa Salamanca.
Guaidó, ingeniero de 35 años, se proclamó presidente encargado el 23 de enero, luego de que el Legislativo, de mayoría opositora, declarara que Maduro usurpa el cargo por haber asumido un segundo mandato, el 10 de enero, fruto de “elecciones fraudulentas”. (Bio Bio-AFP)