El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu prometió este domingo extender la «soberanía judía» a todos los asentamientos en los territorios ocupados de Cisjordania, considerándolos «como parte del Estado de Israel».
«No habrá más desalojos, y con la ayuda de Dios, aplicaremos soberanía judía a todas las comunidades, como parte de la tierra de Israel y el Estado de Israel», dijo el mandatario en un discurso pronunciado en el asentamiento de Elkaná, en ocasión del comienzo del año escolar en Israel.
El mes pasado el mandatario había mencionado, en más de una ocasión, su voluntad de construir más asentamientos y de extender la soberanía israelí en los territorios ocupados.
Sus palabras se dan también a casi dos semanas de las elecciones israelíes del próximo 17 de septiembre, con el precedente de que días antes de las últimas elecciones, el pasado 9 de abril, también prometió aplicar soberanía israelí en los asentamientos judíos en Cisjordania.
Netanyahu mencionó también la evacuación de colonias en Gaza en 2005, ordenada por el entonces primer ministro Ariel Sharón, y prometió que no habría más evacuaciones de asentamientos judíos en Cisjordania.
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, condenó las declaraciones, pidió detener la impunidad y llamó a la comunidad internacional a «imponer sanciones contra Israel tras décadas de crímenes sistemáticos».
Las palabras de Netanyahu se dan tras conocerse ayer la instrucción, por parte de la Autoridad Nacional Palestina a los gobernadores locales en Cisjordania, de cancelar la división de los territorios ocupados establecida por los Acuerdos de Oslo y considerar todo el territorio como jurisdicción palestina.
Los Acuerdos de Oslo dividieron, en 1995, los territorios de Cisjordania en tres zonas: A, bajo control de la ANP; B, bajo control administrativo palestino y de seguridad israelí; y C, controlada íntegramente por Israel, donde se encuentran los asentamientos israelíes y que supone el 60% del territorio cisjordano.
La división tenía el objetivo de ser temporal para dar lugar, en el plazo de cinco años, a un acuerdo global que daría nacimiento a un estado palestino independiente, algo que no ocurrió. (Emol EFE)