Es época de vacaciones. A pesar del precio del dólar muchos viajan al extranjero, porque es más barato, todo lo demás igual. Entre ellos lo hicieron dos parientes cercanos y sus familias, una fue a Brasil y la otra a Cuba. A la vuelta nos juntamos a almorzar y a conversar sobre las experiencias. A ambas familias les encantaron las respectivas geografías y la simpatía y alegría de los locales. Sin embargo, a medida que me relataban esas experiencias, me quedó muy claro que Chile ha dado en las últimas décadas un importante paso al desarrollo,incomparable con el de la mayoría de los países de la región. Este paso sólo se puede explicar por el tipo de sistema socioeconómico que tenemos.
Me propuse entonces -porque me resulta entretenido- escoger algunos países, comparar algunas cifras representativas usando datos de Maddison, y ver hasta qué punto estas cifras reflejan la observación casual de mis parientes. Comparé a Chile con Argentina, Venezuela y Cuba. Escogí a Argentina como ejemplo de un país que no ha modificado mayormente su sistema económico desde mediados del siglo pasado; a Venezuela como un país que empezó a transitar hacia una economía más libre y abierta, pero desde que llegó Hugo Chávez al poder implementó un esquema socialista; y finalmente a Cuba, como ejemplo de un país con una economía centralizada. No incluí a países como México, por su cercanía y dependencia de EE.UU., ni a Perú y Colombia, porque iniciaron el proceso de reformas hace relativamente poco tiempo.
Los resultados del ejercicio resultaron sorprendentes y debieran inducir a nuestras autoridades a actuar con cautela. Por un lado, Argentina, que hasta 1970 tuvo un ingreso por persona un 30% superior al chileno, cayó hacia 2010 a uno equivalente al 74% del de nuestro país. Un sencillo contra-factual sugiere que si Chile no hubiese hecho la transformación iniciada en 1974, tendría aproximadamente la mitad del ingreso por persona actual. Por otro lado Venezuela, el cual más que duplicaba nuestro PIB por persona hasta 1970, ahora apenas tiene también uno equivalente al 71% del nuestro. Finalmente Cuba, que ya era más pobre que nosotros en 1950 -tenía un PIB por persona equivalente al 60% del nuestro- desde entonces cayó por debajo del 28%.
En resumen, en 1970 Venezuela era mucho más rica que Chile, y Argentina también superaba significativamente nuestro PIB per cápita. Desde el momento en que Chile implementó su economía social de mercado, la situación se revirtió dramáticamente.
Hoy, los primeros países apenas alcanzan a tener un ingreso por persona dos tercios del chileno. Cuba, que era algo más pobre que Chile cuando Fidel Castro inició la revolución, hoy tiene un ingreso paupérrimo. Por eso es importante que tomemos conciencia de la joyita que tenemos y que la cuidemos, dado que las economías de mercado son delicadas. Estamos de acuerdo en que hay importantes reformas que hacer, pero hagámoslas respetando las bases del sistema.