La calurosa tarde del lunes pasado, la comisión política del Partido Comunista, reunida en el segundo piso de su sede en Vicuña Mackenna 31, no celebró ni analizó el buen resultado obtenido en las elecciones parlamentarias y de consejeros regionales del día anterior como se podría haber esperado.
Tras 48 años, la colectividad de la hoz y el martillo llegaba al Senado con dos representantes -Claudia Pascual y Daniel Núñez- mientras que en la Cámara subían de nueve a 12 diputados y sumaban 21 consejeros regionales.
Tras rápidos abrazos de felicitaciones a Karol Cariola (primera mayoría nacional), a Lorena Pizarro (quien llega por primera vez a la Cámara de Diputados) y a Núñez, y algunas sentidas muestras de apoyo a los candidatos derrotados Guillermo Teillier y Lautaro Carmona –presidente y secretario general, respectivamente-, sus 15 miembros (sólo faltó Daniel Jadue) se fueron directo a examinar el “preocupante” resultado obtenido por Gabriel Boric ante José Antonio Kast. Y, lo más importante, a definir el rol que asumiría la colectividad en segunda vuelta, ante el inminente acercamiento del candidato de Apruebo Dignidad a la centroizquierda, como ocurrió en los días siguientes.
Tras analizar un estudio propio -realizados con los datos frescos del Servel- y algunos informes “secretos” recién realizados por el comando de Boric, se llegó a la conclusión de que su candidato no había logrado penetrar en el mundo popular, cómo sí lo había hecho el republicano. Y que le había faltado épica a su campaña para motivar a los jóvenes, segmento que había sido clave en el plebiscito del año pasado.
Por ello, la segunda definición, según uno de los presentes, fue salir a ampliar el arco de adhesión del diputado frenteamplista, con especial énfasis
“Hay que trabajar mucho para ganar a Kast, los apoyos del centro son muy importantes, y en temas programáticos Boric no puede andar pa’ allá y pa’ acá como bola huacha”, dice Guillermo Teillier sobre los acuerdos tomados esa tarde.
“Boric ya tiene su programa que no ha variado ni va a variar, porque mi impresión es que hay una serie de aspectos que son coincidentes con otros sectores de la oposición y del centro. Cosa distinta es que él tiene que llevar adelante una política amplia, flexible y constructiva, siempre pensando en el país y en su gobernabilidad”, agrega el presidente del PC.
Otro miembro de la comisión política cuenta que esa tarde el partido puso especial énfasis en captar la votación obtenida por el líder del Partido de la Gente, mensaje que transmitieron los representantes del PC_en el comando de Boric y que el candidato recogió inmediatamente.
Por eso, en la colectividad se recibió con preocupación la crítica realizada el jueves por el alcalde Daniel Jadue a las personas que votaron por Parisi, definiéndolas como ciudadanos “tremendamente individualistas” que “lo único que buscan es más plata en el bolsillo”.
El constituyente Marcos Barraza, miembro de la comisión política, no se demoró en responder al edil recoletano a través de Twitter:_”Todas las voluntades son necesarias para derrotar a la extrema derecha. A convencer y a sumar mayorías populares, incluidos los millones que no fueron a votar”.
Pero no fue lo único que llamó la atención del comportamiento de Jadue durante los últimos días. Ya el lunes sorprendió al no asistir a la reunión de la comisión política, a la que suele no faltar, y que incluye el modo telemático para los que tengan dificultades de estar en forma presencial.
Se especuló que podría estar molesto, porque esa mañana Boric había dicho que Jadue no estaría en un eventual gobierno suyo y que su ausencia era una muestra más de la tirante relación que tiene con el diputado desde que lo derrotó.
Diversos dirigentes comunistas coinciden en que en el último tiempo se ha ido perdiendo la principal peculiaridad del PC: su disciplina, hermetismo y estructura jerárquica. Y ponen dos ejemplos recientes.
El primero ocurrió el viernes 12, a nueve días de las elecciones, cuando el partido emitió una declaración -junto a otras organizaciones de izquierda- respaldando las cuestionadas elecciones en Nicaragua y el cuarto mandato de Daniel Ortega.
Como era lógico, la carta puso en aprietos al abanderado de Apruebo Dignidad y fue un “regalo” en bandeja para sus adversarios.
Mientras dirigentas como Camila Vallejo y Cariola -ambas pertenecen a la cúpula del comando de Boric- se desmarcaron inmediatamente condenando las violaciones del régimen a los derechos humanos, el convencional Hugo Gutiérrez (cercano a Jadue) reafirmó la crítica.
Otro caso más reciente ocurrió el lunes, cuando a través del Twitter oficial del PC se le pidió explicaciones a Boric por deslizar que Jadue no era una figura transversal en una entrevista en el matinal de Mega. Al día siguiente, Teillier salió a decir que el mensaje había sido un error.
Estos desacuerdos ventilados públicamente, sumados al desapego que ha tenido el edil a la campaña, han levantado sospechas en la centroizquierda en torno al real compromiso de un sector del comunismo con su candidato.
A juicio de Kenneth Bunker, doctor en Ciencia Política y director de Tresquintos, es evidente el desmarque de una fracción del PC de Boric:_”A raíz de la conformación del nuevo Parlamento y por varias razones que esta semana evidenció el propio Boric, como estar negociando con la centroizquierda tradicional y recibir el apoyo de la Concertación, desde Carmen Frei a Ricardo Lagos, para (un sector) del PC es más fácil seguir estando en la oposición que en un gobierno que ya no será transformador”.
Teillier descarta con firmeza la posibilidad de que grupos internos estén remando contra la corriente: “¡Todo el PC está detrás de la candidatura de Boric!, así que no me vengan con esos cuentos, por favor. Divisiones tampoco existen, sí algunas opiniones distintas, que por lo demás siempre han existido… En el PC no hay tendencias ni choque generacional, lo que hay es una evolución normal de un partido político”.
Entonces, ¿Cómo se entiende la presencia de Jadue en la campaña de Boric, y que a ratos haga declaraciones que lo perjudican?
-Eso debería preguntárselo a él. Que él tenga una forma particular de ser son los caracteres de las personas, yo no puedo obligar a una persona a que sea de tal forma o de otra, que sea A, B o C, cada uno es como es y él está contribuyendo a su manera.
Otras tesis que circularon esta semana en el Parlamento -en sectores de centroizquierda- y que por razones obvias nadie se atreve a decirlas públicamente, es que hay un sector del comunismo que apuesta a que la Convención acorte el próximo periodo presidencial y, dentro de dos años, Jadue vuelva a ser candidato. En ese escenario, para ellos, no sería tan dramático un triunfo de Kast. Incluso, les serviría para recuperar un protagonismo desde una oposición dura y revivir las demandas del estallido social.
“Él (Jadue) sabe que esta sería su última oportunidad para ser candidato presidencial, porque en cuatro años más la Camila (Vallejo) y la Karol (Cariola) tendrán la edad para postularse”, advierte un parlamentario de la ex Concertación.
PROBLEMAS DE PARTIDO GRANDE
Pese a que su presidente lo descarte, muchos coinciden en que el crecimiento electoral del PC ha traído consigo los clásicos problemas que aquejan a los partidos grandes: facciones y disputas internas, indisciplina y un choque generacional que comienza a cristalizarse cada vez con más fuerza en el comunismo.
El conflicto entre una generación joven, representada por el vigor de Vallejo y Cariola, y la antigua o “históricos”, integrada por líderes que han acumulado poder interno y respeto, desde su trabajo en la clandestinidad durante el régimen militar -liderado por Lautaro Carmona, Juan Andrés Lagos y Carmen Hertz, entre otros-, se viene incubando desde hace varios años.
Fue justamente a este sector más conservador al que le costó más asumir la sorpresiva derrota de Jadue en las primarias, mientras su contraparte saltó rápidamente al comando frenteamplista.
Si bien Teillier pertenece a los “históricos”, los jóvenes lo sienten como uno de los suyos, ya que fue en su periodo cuando se produjo el tiraje en las Juventudes Comunistas y el avance femenino en la centenaria tienda.
Un miembro del partido cuenta una anécdota que sirve para reflejar este quiebre etario: “No les cabía en la cabeza ver a la Camila (Vallejo), a la Karol (Cariola) o a Boric haciendo campaña con bailes en TikTok.
Entre estos dos bloques, está la llamada “generación intermedia” que, según sus propios miembros, les ha costado mucho más trabajo lograr oportunidades en el partido. Sus rostros, caracterizados por el hermetismo y la disciplina, son Pascual, Barraza, Núñez, Jadue y Bárbara Figueroa, entre otros de más bajo perfil.
Ellos sienten que son la generación que en la dinámica PC, de manera natural, les correspondería reemplazar a la de Teillier y Carmona, pero que Cariola y su grupo buscan saltar ese paso y apurar el recambio.
Jadue tiene un papel confuso en todo este reordenamiento, porque cuando su candidatura se posicionó a principios de este año, cambiaron las distantes, tensas y a veces conflictivas relaciones con Teillier, Carmona, Lagos, Pascual y otros dirigentes.
Mientras Carmona y Lagos se inclinaron ante el poder que tomó el edil y buscaron espacio, y lo consiguieron, Teillier no participó.
En su último Congreso (XXVI), realizado a fines del año pasado, un grupo de dirigentas lideradas por Cariola se anotaron un nuevo triunfo -con la venia de Teillier- al lograr un 50% de paridad en toda la estructura interna (en el congreso anterior ya habían avanzado a 60%-40%).
Tras estas nuevas reglas, la diputada logró poner a una gran cantidad de “compañeras” en el comité central, que habían trabajado con ella cuando fue secretaria general de “la Jota”, y que hoy presionan, precisamente, porque la dirección del PC esté en manos de mujeres y nuevas generaciones.
Este cambio estatutario explica, entre otros aspectos, la actual presencia de mujeres comunistas en distintas instancias de representación popular.
En las elecciones municipales la colectividad sumó seis alcaldías, entre ellas, Santiago, con la emblemática victoria de Irací Hassler. En la Convención lograron siete representantes, entre ellos Carolina Videla, Valentina Miranda y Bárbara Sepúlveda. Y en las parlamentarias del domingo pasado, el PC sumó 10 mujeres. Cabe precisar, eso sí, que al menos tres de las legisladoras electas pertenecen al bloque “histórico”: Hertz, Lorena Pizarro y María Acevedo, hija de Sebastián Acevedo, obrero que se inmoló en Concepción tras la detención de sus hijos en 1983.
“Ellas se han abierto paso y yo no les he puesto trabas. Ahora, ellas son tremendas dirigentas, que si no les abría el paso, se lo abrían solas”, afirma Teillier con un poco de humor, pero con mucha realidad.
Y aunque Cariola recuerda que el PC siempre ha tenido liderazgos femeninos potentes, entre ellos Gladys Marín (primera presidenta de un partido y primera candidata presidencial en Chile), reconoce que su colectividad les “ha ido abriendo espacios, porque la sociedad en su conjunto, especialmente el movimiento feminista, ha ido exigiendo equiparar los roles”.
Pero ese signo de modernidad, que fue la paridad, contrastó con la resolución de aquel mismo comité central de diciembre de 2020, que insistió en un lenguaje antiguo como “contradicción capital-trabajo”, “fortalecer la formación marxista leninista”, “infligir una derrota estratégica a los clanes económicos, al imperialismo y a las oligarquías políticas” y “rodear con la movilización de masas el desarrollo de la Convención Constitucional”.
Volvían a chocar las dos almas del PC.
Tras su derrota senatorial en la RM, Teillier comenta que está “tranquilo”, pero reconoce que sí la sintió. “Todos tenemos su corazoncito”, dice el duro líder comunista, que ha liderado el partido por 16 años, desde la muerte de Gladys Marín, en 2005.
El exencargado militar del PC, de ascendencia francesa (que ha dicho que Carlos Larraín es el único político que pronuncia bien su apellido), está consciente de que su salida en abril será con aplausos, por todo lo que ha significado la inclusión del comunismo en distintos espacios de poder.
A un segundo paso pasarían una serie de deficiencias internas de su dirección, sobre todo en finanzas (este año ha habido meses en que a los funcionarios del partido no se les ha podido pagar el sueldo) y de organización en regionales y comunales, problemas laborales y pugnas entre grupos internos.
“El período Teillier ha coincidido con una recuperación de la influencia política que había perdido hacia fines de los 80, lograda a través de una hábil política de alianzas y de la ampliación generacional de su arraigo social desde las movilizaciones estudiantiles de 2006 y 2011 hasta el estallido social”, señala el académico de la UC Fernando Riquelme, estudioso de la historia del PC.
El próximo congreso del PC (XXVII), agendado para abril, debe resolver la elección del nuevo comité central (paritario), la comisión política y los cargos de presidente y secretario general (que son electos por la comisión política), además de la definición de la línea programática.
“El escenario generado tras las elecciones del domingo ha sido una ducha de agua fría para la imaginación revolucionaria sujeta al espejismo de lograr cambios radicales mediante una especie de revuelta permanente, a la que el PC se había sumado desde el 18/O. Si los comunistas quieren seguir siendo un actor político gravitante, tendrán que morigerar su imaginación revolucionaria y sumarse a la construcción de una nueva institucionalidad política y un nuevo modelo de desarrollo mediante la deliberación pluralista y acuerdos democráticos”, advierte Riquelme, autor del libro Rojo Atardecer. (La Tercera)