Todas al poder-Jessica López Saffie

Todas al poder-Jessica López Saffie

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El Presidente electo está cumpliendo con hacer un gobierno feminista. Como pocos países en el mundo, la triada de poder constituida por Cancillería, Defensa e Interior estará a cargo de destacadas mujeres. Nada era más de caballeros que la diplomacia, la guerra y la seguridad ciudadana; hasta ahora, destacando el rol que le tocará a la doctora Izkia Siches a cargo de la cartera más importante del gabinete.

El Estado de Chile ha tenido una larga trayectoria en instalar la equidad de género en las políticas públicas. Mantener esta orientación es clave y la composición del gabinete es un tremendo gesto en ese sentido. También le sube la vara a toda la sociedad, porque todos los espacios de poder deben considerar el equilibrio de género como algo justo y necesario. Los liderazgos económicos, las gerencias de empresas, la dirección de gremios, las jefaturas de servicios públicos, las representaciones de Chile en el exterior, entre muchos otros.

Las estadísticas muestran que hasta 2019 Chile había tenido una mejora sostenida en el Índice Global de Brechas de Género que elabora el WEF, pero tuvimos un retroceso debido a la pandemia. Esto pone doble tarea a la sociedad chilena en este período de recuperación económica, y releva la importancia de tener más mujeres en los puestos claves para la sostenibilidad de nuestro desarrollo.

El mundo privado tiene pendiente una enorme labor y hay variados indicadores que así lo muestran: solo el 24% de los asientos de directorios de empresas IPSA están ocupados por mujeres y poquísimas mujeres presiden estas compañías. Nuestros liderazgos empresariales siguen siendo altamente masculinos, como se aprecia en el ranking Merco, que año a año muestra que muy pocas mujeres logramos entrar y mantenernos en el ranking.

Es probable que esto vaya cambiando positivamente en el tiempo, pues la equidad de género no es solo un asunto de justicia y corrección política, sino que asegura mejores resultados para las compañías, al incorporar visiones diferentes y una capacidad mucho mayor para entender los mercados. Una sociedad más justa supone hacer las cosas distintas en ese mundo.

El Estado también tiene mucho por seguir avanzando. En especial en el sistema de Alta Dirección Pública (ADP), creado para tener un gobierno cada vez más profesional y menos sometido a las vicisitudes políticas. La ADP sido clave en la profesionalización de muchos servicios públicos y en el desarrollo de sus funcionarios. Es un ejemplo para otras latitudes, pero debe seguir avanzando y llegó el momento de que incorpore un decidido enfoque de género en todos sus procesos. Hay un sinnúmero de servicios que nunca han tenido una directora mujer y en el Estado hay gran cantidad de mujeres capacitadas. La lista es larga: el SII, varias Superintendencias, la Junaeb, la DGA, entre muchos otros. Pese a la gran presencia de mujeres en el Estado, sigue siendo cuesta arriba llegar a la dirección de un servicio.

Como lo ha hecho el futuro presidente Boric con su gabinete, el sistema de Alta Dirección Pública debe incluir criterios de género en sus procesos de selección o head hunting y discriminar positivamente a mujeres en la selección; ponderar el rol de la mujer en las labores de cuidado y el hogar y configurar las ternas finales con cuota. Las autoridades entrantes sin duda pueden desarrollar otras ideas creativas y sorprendernos nuevamente, como ocurrió en las designaciones ministeriales. (DF)

Jessica López Saffie

Directora de empresas

 

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