Recuperar el Partido Socialista

Recuperar el Partido Socialista

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Ser mujer, con varios años a cuestas y antigua dirigente política aparecen como condiciones contrarias al ideal de juventud y nuevo liderazgo que debiera tener quien postule a encabezar la dirección del Partido Socialista en las próximas elecciones nacionales del 15 de mayo.

Sin duda es una rareza que me encuentre encabezando una de las listas que postulan en estas elecciones, enfrentando la tarea de llegar a la dirección del Partido junto a quienes nos definimos como impulsores de los cambios necesarios en el marco de los tiempos que nos toca vivir.

Vivimos cambios donde todo parece estar en juego: la confianza en el sistema democrático, la incertidumbre sobre la supervivencia de los seres vivos y dinámicas económicas y sociales que impactan en la cultura y en el modo de pensarnos como individuos y colectivos sociales.

En Chile, junto con compartir los complejos procesos que vive el planeta, nuestra historia reciente nos ha hecho vivir cambios políticos y sociales de gran profundidad provocados por el modelo económico dominante. Hoy, con un gobierno encabezado por las fuerzas de izquierda y una Convención Constituyente como la más amplia expresión democrática, existen extraordinarias perspectivas de abrir un camino que instale a plenitud los derechos, políticos y sociales y que aborde la forma en que hacemos sociedad y dan sentido a nuestras vidas.

Será necesario asumir la disputa cultural confrontando la brutal ruptura social que provocó la instalación del neoliberalismo en nuestro país que impuso la desaparición de lo social por sobre lo individual. La Constitución del 80 provocó hubo un congelamiento político que algunos estudiosos llaman la post política, es decir, la ausencia de ideas que se confrontaran con el discurso dominante del modelo económico e institucional.

Sin contrapeso la dimensión del modelo se mantuvo hegemónica y marcó nuestro ethos cultural, hasta que el 18-O irrumpe con fuerza la exigencia popular de respeto y dignidad, de justicia y no discriminación y de autoridades dignas de confianza.

Nació la Convención Constitucional abriendo la oportunidad de un nuevo modelo democrático y social de derechos que incorporó a los pueblos originarios y movimientos sociales, abordando temas nuevos como la sostenibilidad, para que logremos tener una democracia amplia e inclusiva. El valor de la tierra y del agua, el vínculo estrecho con la naturaleza, la concepción del buen vivir son recogidas por las nuevas generaciones, enriqueciendo los conceptos de sustentabilidad y economía verde.

El choque cultural de los nuevos valores y el de una hegemonía impuesta por quienes tienen el control mayoritario de los medios de comunicación causa incertidumbre en los sectores más conservadores. La disputa es ante un modelo de sociedad que abusa de los elementos individualistas, no solidarios, que dificultan los cambios, incluso entre quienes en un principio se sumaron a las reformas esenciales que requería la sociedad chilena.

Los socialistas debemos jugar un papel activo en esta disputa. Soy orgullosa pero no nostálgica del pasado. Recojo todo aquello de nobleza y entrega, de vínculo directo con el pueblo, de reflexión y honradez a toda prueba. Todo eso marcó mi ingreso juvenil a la política y de vivirla y concebirla así hasta el día de hoy.  Estoy entre aquellos y aquellas que no han cambiado su moral, los que mantuvimos la porfía de no dejarse contaminar con el empobrecimiento ético del modelo y de su expresión en la política.

Nos atrevemos a soñar y actuar porque es indispensable recuperar esos ideales que nuevas generaciones de izquierda levantan y cuya ausencia hace que tantos de los nuestros hayan abandonado el PS.  Somos parte sustantiva del proceso de cambios que es nuestro deber apoyar, tanto en la Convención Constituyente, como al Gobierno del Presidente Gabriel Boric.

Nuestra tarea es colectiva y debemos responder qué es ser socialista hoy, cuál es el partido que queremos y cómo entender el socialismo en este siglo. Debemos reconstruir un partido que retome la coherencia de sus principios fundacionales, recuperar la democracia interna, el respeto a los acuerdos y reconocernos nuevamente de izquierda, impulsando los cambios a los que me sumaré a pesar de la rareza para algunos de estar postulando siendo ya una mujer mayor y antigua política.

Fanny Pollarolo

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