Hacienda prevé más ingresos en 2022, pero recesión para el próximo año

Hacienda prevé más ingresos en 2022, pero recesión para el próximo año

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Una leve mejora en 2022, pero una contracción para 2023. Así pintó el Ministerio de Hacienda el escenario para la economía chilena en la actualización de sus proyecciones incorporadas en el Informe de Finanzas Públicas (IFP) del segundo trimestre, que se presentó este martes ante la Comisión de Hacienda del Senado.

Si bien para este año la proyección de crecimiento pasó de 1,5% a 1,6%, mientras que la estimación para la demanda interna tuvo un cambio más sustancial pasando de -1% a 1,3%, la situación cambia para 2023. El Banco Central fue el primero en anticipar en el Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio que la actividad en 2023 podría caer al fijar en rango entre -1,0% y 0,0%, con un punto medio de -0,5%. Y este martes, el gobierno movió sus proyecciones para 2023 pasando de 0,4% de PIB proyectado en abril a -0,1% en el informe de junio. Los economistas consultados en la Encuesta de Expectativas Económicas prevén un 0%. Para la demanda interna se espera una contracción de 4,0% y una inflación promedio de 5,4%.

Francisca Pérez, economista principal de Bci sostiene que “ese escenario ya se está formando con fuerza, si bien este año pareciera ser que puede ser marginalmente mejor, debido a un consumo de hogares que no se ha desacelerado, el próximo veremos una contracción de la economía y nuestra estimación es de -1,2% para 2023″.

Cristobal Gamboni, economista senior deL OCEC-UDP y excoordinador macroeconómico de Hacienda, añadió que “el gobierno prevé una leve caída de la actividad en 2023. Eso sigue estando bastante en línea con la expectativa de mercado y en la parte alta del rango que entregó el Banco Central. Es una proyección razonable, en vista de cómo se han ido moviendo las fuerza que determinan el crecimiento en Chile y el mundo el último tiempo”.

En el informe, la Dirección de Presupuestos y Hacienda planten escenario alternativo. En el negativo prevén que la actividad puede caer -1,2%, mientras que el positivo el PIB puede crecer 0,9%.

MÁS INGRESOS FISCALES

Cuando se anunció el bono de $120 mil el gobierno dijo que se financiaría con recursos extras por la buena operación renta que se logró de 2021. Y eso es lo que refleja la actualización de las cifras fiscales del IFP.

De acuerdo al informe, los ingresos tributarios suben 15,1% en relación a la proyección entregada en el Informe del primer trimestre: ahora se esperan recursos por $ 52.635.167 millones, de ese total el mayor cambio correspondió a la tributación resto contribuyente con un alza de 16,4%.

Así, en el detalle de los ingresos tributarios se destaca el alza en la recaudación por impuestos a la renta, la que subió 31,1% entre el primer y segundo trimestre totalizando $24.257.427 millones.

En ese desglose, los ingresos por la minería privada crecieron 2,2% con montos por $ 4.343.550 millones, mientras que el resto de los contribuyentes subió 39,7% con ingresos por $19.913.877 millones. Asimismo, la recaudación por IVA, en tanto, creció 9,7% al registrar montos por $24.869.592 millones.

En el Informe de Finanzas Públicas se indica que se esperan ingresos para este año por $63.864.237 millones, lo que se traduce en $6.421.982 millones más que en el informe del primer trimestre, un alza real de 0,2%.

Los ingresos estructurales también mejoran. De acuerdo al documento hay un alza de 13,9% en comparación a lo previsto en el informe del primer trimestre totalizando $60.441.964 millones.

Todo este mayor ingreso tiene una consecuencia para algunas variables fiscales de primer orden. La primera es que se espera que el déficit fiscal efectivo en lugar de terminar 2022 a -1,7% del PIB se acercará a 0%, más específicamente la previsión será -0,1% del PIB. Por su parte, el déficit fiscal estructural también mejorará su posición desde el -3,3% del PIB al -1,3% del PIB.

El ministro de Hacienda, Mario Marcel, explicó que “esto ha ocurrido porque en primero lugar la operación renta fue más positiva de lo previsto, el efecto de la inflación sobre el presupuesto tiende a ser superavitario y la depreciación del peso tiende a reducir el déficit, pero sobre todo no es porque no nos hemos gastado la plata, porque hemos sido responsables en el manejo de los recursos públicos”.

Pese a la mejora en los déficits fiscales, en el gobierno especifican que la reducción del Balance Cíclicamente Ajustado (BCA) sigue la trayectoria propuesta en el Decreto que rige la Política Fiscal y se mantiene una meta de déficit estructural de 0,3% hacia 2026, con un nivel de deuda por debajo del considerado prudente.

La investigadora senior de Libertad y Desarrollo, Macarena García, sostuvo que “el escenario planteado por el ministerio muestra que mantiene la trayectoria de balance estructural hacia adelante tal como lo había anticipado y comprometido. Es cierto que este año el balance efectivo y estructural serán menos deficitarios a lo esperado en el informe previo, pero se explica por ingresos más elevados a lo esperado, los cuales son transitorios. Por tanto, se valora que mantenga y cumpla el compromiso, el cual ya es bastante exigente para llegar a un déficit estructural muy reducido en 2026″.

García añade que “se valora que los ingresos estructurales adicionales que se generan este año los ahorre y no se los gaste innecesariamente. Asimismo, le da algo de espacio al gobierno para atender necesidades focalizadas si es que la situación lo amerite”.

En la presentación, el gobierno resalta el cambio de escenario que se ha dado entre el informe del tercer trimestre de 2021 con el que se presentó este martes. Así, mencionan que para poner en perspectiva las proyecciones, hay que considerar cuando se elaboró la Ley de Presupuestos de este año se contemplaba un crecimiento de 2,5% del PIB, de 1,7% de demanda interna, de 4,4% de IPC. Respecto a los precios estimaba un valor del tipo de cambio de $739, del cobre en US$4, y de US$66 el barril de petróleo.

Estos pronósticos sugerían que los ingresos fiscales llegarían a $53.641.577 millones, lo que significaba una caída de 7% real, y en términos de balance se estimaba que el déficit efectivo sería de -2,8% y un déficit estructural de -3,9%.

En Hacienda destacan que el mejor escenario fiscal posibilita financiar las medidas anunciadas por el gobierno el lunes junto con alcanzar un menor nivel de deuda 38% del PIB respecto al IFP del primer trimestre cuando se proyectó 38,8% del PIB. Asimismo, el gasto público caerá -24,1%, levemente menor a la previsión anterior de -25,2%, pero se mantiene en línea con lo previsto por el presupuesto aprobado para 2022, donde se va retirando el estímulo fiscal que tiene la economía tras las medidas que se entregaron para hacer frente a la pandemia.

“La actualización de las variables contenidas en este Informe refleja que la política fiscal ha contribuido y seguirá contribuyendo al ajuste requerido para controlar la inflación, lo cual no impide, sino que más bien es consistente con un esfuerzo para apoyar a los sectores y grupos más vulnerables”, puntualizó Marcel.

En la revisión del escenario de mediano plazo hubo también ajustes en las holguras fiscal. Si en el informe del primer trimestre se informó que para el período 2023-2026 era US$25.515 millones, siendo menor a lo proyectado por el gobierno anterior de US$30 mil millones, ahora nuevamente se eleva y se proyecta un espacio fiscal de US$30.439 millones. La estimación de la administración anterior había generado dudas en el nuevo gobierno antes de asumir, indicando que iban a “revisar” esos números, porque se anticipan demasiado optimistas.

De acuerdo a Gamboni, la mayores holguras se explican por “los mayores ingresos estructurales de la tributación no minera, por lo tanto, deben haber traspasado la mejor base con la que terminan los ingresos estructurales en 2022 al resto del periodo, y con eso se eleva la proyección para el mediano plazo”.

En ese sentido, el economista sostiene que “el contar con holguras fiscales de mediano plazo en torno a US$30 mil millones con una meta de reducción del déficit estructural, y un gasto comprometido mayor al de hace tres meses, es una muy buena noticia por al menos dos razones”. La primera, según Gamboni, “da espacio fiscal para implementar la agenda de gobierno independiente de lo que ocurra con la tramitación de la Reforma Tributaria, y lo segundo es que para 2023, con los números actuales, hay espacio para un crecimiento del gasto sobre 4%, en un año que será difícil para la economía”. (Pulso)