En Estados Unidos, la Oficina Nacional de Investigación Económica, ha estimado que el PIB real disminuyó a una tasa anual de 0,9% en el segundo trimestre después de caer a una tasa de 1,6% en el primer trimestre. Todo ello nos indicaría que la primera economía del mundo habría entrado en recesión técnica.
Esta situación ha venido dada principalmente por el lastre de los inventarios y la inversión empresarial. Los inventarios disminuyeron principalmente en las tiendas de mercadería general, así como en los concesionarios de vehículos motorizados. La inversión residencial se hundió un 14%, estructuras un 11,7% y equipamiento un 2,7%.
Para ver su impacto, la economía creció un 1,1% en el segundo trimestre al excluir los inventarios, lo que provocó un lastre del 2% en el crecimiento general.
Este movimiento de la economía surge después de que la Fed anunció su segunda subida de tipos consecutiva de 75 puntos básicos.
Los tipos de interés se quedaron en el rango 2,25%-2,50%, que es el rango objetivo que había existido en el pico del último ciclo de aumento de tipos en diciembre de 2018. Se necesitaron tres años de aumentos de tipos de 2015 a 2018 para igualar los aumentos de tipos de los últimos cuatro meses y medio.
¿RECESIÓN O ESTANFLACIÓN?
La contracción de la economía estadounidense durante el segundo trimestre de 2022 cumple con la definición convencional de recesión, es decir, dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo.
Sin embargo, las condiciones aún no cumplen con la definición formal de la Oficina Nacional de Investigación Económica, que tiene en cuenta una disminución sostenida en una gama más amplia de factores económicos como los ingresos, los niveles de desempleo, el gasto, la producción industrial, la fabricación y las ventas comerciales.
Si repasamos otros datos de la economía estadounidense no tienen mucho que ver con una recesión, al menos por ahora. Por ejemplo, los ingresos personales en dólares corrientes aumentaron 353.800 millones en el segundo trimestre, en comparación con un aumeto de 247.200 millones en el primer trimestre.
Al mismo tiempo, la tasa de desempleo de Estados Unidos se mantuvo sin cambios en 3,6% en junio de 2022, igual que en los tres meses anteriores, siendo la más baja desde febrero de 2020.
Si bien habrá que esperar que los datos del Gobierno no sean revisados posteriormente, quizá el término más adecuado sea estanflación.
Independienteme si Estados Unidos ha entrado o no en recesión, los datos son malos, el PIB que incluye el gasto del consumidor, la inversión empresarial y la construcción de viviendas, se mantuvo sin cambios en el segundo trimestre, el resultado más bajo desde los cierres de COVID.
Y es que la economía también está siendo devastada por la inflación, con el deflactor del PIB aumentando a una tasa anual del 8,7% en el segundo trimestre, el ritmo más rápido para cualquier trimestre desde 1981.
Los hogares y las empresas se están enfrentando a los impactos combinados de la energía, la inflación y los tipos de interés que reducen el poder adquisitivo de las personas y reducen el nivel de vida de los hogares. Ese es el precio del impuesto inflacionario, y por eso es crucial restaurar la estabilidad de precios en la economía lo antes posible. (Marc Fortuño, El Blog Salmón)