Los votantes obligados-Loreto Cox

Los votantes obligados-Loreto Cox

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El plebiscito del 4 de septiembre será con voto obligatorio. Tras una década sin la obligación de votar, la ciudadanía quizás vea las sanciones morales y monetarias de la abstención como improbables. Incluso con una potente comunicación de las multas (que no estamos viendo) es difícil que lleguemos a la participación de la era pre-2012, que rozaba el 90% de los inscritos. Aun así, vale la pena preguntarse quiénes serían esos votantes que irían a las urnas solo si se les obliga.

Desde que tenemos voto voluntario, en las elecciones presidenciales —las más participativas— vota cerca de la mitad de la población, con un récord de 56% para la elección de Boric en diciembre de 2021. Los que no votan tienden a ser más hombres que mujeres y algo más jóvenes. Las encuestas sugieren que lo que más distingue sus preferencias políticas es que son más propensos a contestar “no sé”. Son, probablemente, personas que siguen el debate político de lejos y tienen opiniones menos formadas que quienes votamos.

En la encuesta CEP de mayo de este año, un cuarto de los encuestados dijo no haber votado en ninguna de las dos vueltas de la elección presidencial pasada. Como las personas en las encuestas tienden (incluso ex post) a sobrerreportar su participación electoral, los que reconocen abiertamente su abstención podrían ser una suerte de no votantes duros.

¿Quiénes son estos “no votantes”? Tienden a provenir de los sectores medios y bajos. Cuando se les pide identificarse en el eje izquierda-derecha, sus respuestas son parecidas a las de quienes dicen haber votado en alguna vuelta (llamémosles “votantes”); la diferencia está en que el 41% de los no votantes no se identifica en este eje, comparado con el 28% de los votantes. Las prioridades de ambos grupos para el gobierno son también muy similares, salvo porque a los no votantes les preocupan más el empleo y los sueldos. Cómo no, si el 39% considera que su situación económica personal es mala, comparado con el 23% de los votantes. Tal vez por razones parecidas, los no votantes se inclinan más por prohibir la inmigración.

¿Cómo ven los no votantes el debate constitucional? Tres quintos no tenían interés en lo que ocurría en la Convención (versus dos quintos entre los votantes). La mayoría declaró nunca conversar sobre ello (53 vs. 32% entre los votantes), nunca seguirlo en redes sociales (62 vs. 48%) ni en los medios tradicionales (58 vs. 39%). Es más, a la mitad de los no votantes el debate constitucional les pareció difícil de entender (48 vs. 36%).

¿Cómo votarían, si se les logra llevar a las urnas? Entonces, en mayo, casi el 60% de los no votantes no había tomado una posición. Cuando se les preguntó por cuál candidato hubieran votado en la segunda vuelta de 2021, la mayoría respondió “ninguno”; luego de eso, Boric aparece empatado con Kast. El 19% de los no votantes aprobaba el gobierno de Boric, casi la mitad que entre los votantes. En suma, si algo podemos decir sobre este grupo, es que no parece ser un bolsón de votos para el Apruebo.

Más allá de las ventajas electorales, debemos hacer que el voto sea de verdad obligatorio. La participación universal aportaría representatividad al resultado de este proceso y ello, quizás, ayude en algo a restaurar la legitimidad perdida. (El Mercurio)

Loreto Cox