La Moneda: “Caiga quien caiga”

La Moneda: “Caiga quien caiga”

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La decisión se tomó hace días, antes de que el Servicio de Impuestos Internos (SII) oficializara –ayer– su denuncia por 73 boletas falsas de SQM por un monto de 1.360 millones de pesos. No fue fácil y ciertamente no todos en La Moneda estaban de acuerdo en su momento, pero al final –la semana pasada– se instaló en el Gobierno la tesis de que la mejor estrategia para enfrentar la investigación del Ministerio Público a las platas de campañas políticas en la Nueva Mayoría es aplicar la premisa de que no habrá defensas corporativas ni institucionales.

“Caiga quien caiga, aunque sean diputados y senadores”, habría dicho la Presidenta Michelle Bachelet la semana pasada en una reunión reservada en La Moneda, con lo que dejó claro cuál será el comportamiento del Gobierno con los nombres del oficialismo que se vean involucrados en irregularidades en el destape de la caja de Pandora en que se ha transformado el financiamiento de campañas políticas.

En Palacio explicaron que la decisión fue necesaria, una vez que la semana pasada se instaló un manto de dudas sobre el Servicio de Impuestos Internos y la independencia con que este órgano del Estado operaba realmente en el marco de la investigación de SQM. Más aún, agregan que el punto de inflexión se produjo cuando se reflotó públicamente que el director del SII, Michel Jorratt, estaba en proceso de ser ratificado en su cargo por la Alta Dirección Pública, lo que daba pie a malentendidos, alimentando las sospechas de presiones indebidas para frenar la investigación del Ministerio Público.

“En ese momento se hicieron insostenibles los esfuerzos de algunos por tratar de contener lo de SQM”, sentenciaron en el Gobierno.

Tras esa reunión, comenzó a circular la premisa –en distintas esferas del Ejecutivo y en la Nueva Mayoría– de que la Mandataria, además, había marcado la pauta de acción con su conducta, aludiendo a la salida de su hijo, Sebastián Dávalos, de la Dirección Sociocultural de la Presidencia, por la bomba que significó el destape del caso Caval, empresa de su esposa, Natalia Compagnon.

En La Moneda recalcan que Bachelet ya había hecho un adelanto de la fórmula para enfrentar la arista SQM en el consejo de gabinete del 7 de marzo en Cerro Castillo, aunque se reconoce que fue mucho más categórica en la reunión de la semana pasada. Ello implicó que impusiera finalmente la visión de un sector de La Moneda que considera que “no hay cómo tapar” las irregularidades y que el único camino posible para recuperar la credibilidad ciudadana en las instituciones es, precisamente, aplicando la tesis del caiga quien caiga.

La preocupación en el Gobierno apunta al descrédito público de distintas instituciones básicas del sistema democrático: el Congreso, la clase política completa sin distinción de sectores ni bandos, el Poder Ejecutivo. “Los únicos creíbles hoy son los fiscales”, advirtieron en La Moneda.

Por lo mismo, dicen que la premisa del caiga quien caiga era impulsada desde el principio por la jefa de gabinete de la Mandataria, Ana Lya Uriarte, y el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, mientras que otros –coinciden distintas fuentes en Palacio y el Gobierno– como el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, y su par de Hacienda, Alberto Arenas, se habrían jugado las cartas las semanas previas por tratar de contener “el dique” y resistir.

Al respecto, en Palacio recalcan que Peñailillo no habría cambiado de opinión, pero que no le quedó otra que acatar la decisión presidencial. “Era un error tratar de frenar lo de SQM, no se puede perder todo el segundo año de Gobierno en esto”, afirmaron en La Moneda, dando la espalda a la opinión del jefe de gabinete, quien se ha visto debilitado en su posición en las últimas semanas.

Es sabido el nerviosismo y temor que impera en las filas de la Nueva Mayoría por las boletas ideológicamente falsas que surjan de la investigación de la Fiscalía. En todo caso, precisan que en los siete partidos del conglomerado hay claridad de cuál será el modus operandi de La Moneda: no se hará defensa corporativa de nadie, “sea quien sea”, y cada cual deberá acreditar la legalidad de sus acciones.

Ya desde la semana pasada, coincidente con el momento en que la Presidenta Bachelet tomó la decisión de aplicar el “caiga quien caiga”, en la Nueva Mayoría reconocían que no había espacio “político ni social” para acuerdos políticos que traten de salvar a los involucrados. “El Pentagate y todas sus aristas se transformaron en un circo romano y como tal obligadamente habrá que hacer sacrificios humanos”, advirtió en ese momento un timonel de la coalición oficialista.

EL CASO BAIER       

La ratificación ayer del subsecretario de Gobierno, Rodolfo Baier, no es contradictoria con la estrategia asumida en La Moneda, de aplicar el criterio de caiga quien caiga. Es cierto que el personero gubernamental dio una boleta a SQM, es cierto que dicho documento es parte de la denuncia que hizo ayer el SII a la Fiscalía para que se investigue junto a otras 72 más, pero su permanencia en el cargo –explicaron– se resolvió sobre la base de varios argumentos.

La principal, afirman en La Moneda, es que efectivamente Baier hizo un trabajo a finales del año 2012 para SQM, por tanto, dicha boleta tiene respaldo y justificación. En segundo lugar, fue clave para el Gobierno que la denuncia del SII no sea dirigida a la persona del subsecretario, sino que solo diga relación con que se chequee la boleta en cuestión.

También pesó, reconocen, que el otro caso involucrado en la arista política del caso Penta, el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, no fue removido de su cargo, pese a que los dueños del holding reconocieron ante la Fiscalía que el informe que habría elaborado la ex fundación del secretario de Estado, Ciudad Justa, por el que se pagó 4 millones de pesos, habría sido solicitado para ayudar a pagar “deudas de campaña” en su intención, el 2013, de llegar al Senado en el escaño de Santiago Oriente.

Así, lo que se aplicó para Undurraga todo este tiempo y que le ha permitido mantenerse y afirmarse en el gabinete, bajo la presunción de inocencia, y el hecho de tener respaldo del trabajo realizado por la boleta emitida, es lo que mantuvo ayer a Baier en el cargo.

“Estoy absolutamente ratificado (…). Pase lo que pase estoy extraordinariamente tranquilo por mis actos”, dijo el subsecretario ayer en la tarde, luego de una reunión con el ministro Álvaro Elizalde, mientras en paralelo arreciaban en La Moneda las versiones sobre la salida de Baier para evitar que el caso SQM se instale de llenó en el Patio de Los Naranjos.

“En un período de mi vida hice un emprendimiento que tiene que ver con labores periodísticas concretas en terreno. Uno de esos trabajos, cuando me dedicaba al tema de la minería y sus relaciones comunitarias, lo realice el 2012 como independiente (…). Esa es la verdad de las cosas, eso lo realicé, se escribió, se entregó y se canceló. El trabajo fue hecho y fue entregado y así, al igual que ese trabajo, realicé muchísimos otros en otros puntos del norte del país”, explicó.(El Mostrador)

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