El comisionado de RN Teodoro Ribera estuvo tres meses integrando una de las subcomisiones más complejas de la Comisión Experta. En la instancia encargada de los derechos sociales, le tocó dar forma a la base institucional del Estado social y acordar cláusulas para temas de alta relevancia como la salud, educación, vivienda, seguridad social, agua, entre varios otros.
Ribera desplegó toda su experiencia política para liderar, junto a los otros dos comisionados de su sector –Jaime Arancibia (Ind.-RN) y Bettina Horst (Ind.-UDI)- las negociaciones. Su trabajo no pasó inadvertido. Su sector le puso apodos, como cuando bromeaban de que había que negociar con el “Teo pasado” y él mismo marcó puntos importantes del debate.
El exdiputado, exabogado integrante del Tribunal Constitucional, excanciller, exministro de Justicia y rector de la Universidad Autónoma, ahora se prepara para seguir los pasos del Consejo Constitucional y limitarse a su rol de comisionado: estará en segunda línea y se dedicará a asesorar.
Eligió estar en la subcomisión más compleja de todas, que tuvo fuertes disputas políticas. ¿Cómo fue participar de ese espacio?
Ahí lo que se buscó fue conciliar un Estado social con derechos y libertades fundamentales, conciliar prestaciones privadas y estatales, conciliar el concepto con sustentabilidad económica y financiera a largo plazo. El hecho de que el Estado social y democrático de derecho no fuera patrimonio de un sector sino que también se transformara en patrimonio de otros permitió una aproximación mayor para buscar una consagración que tuviera sustentabilidad y sostenibilidad en el tiempo. El anteproyecto de nueva Constitución es una simbiosis entre tradición y modernidad, una simbiosis entre personas que apuestan más a la libertad y a la igualdad, con otras que apuestan más o creen más en el rol primordial del Estado.
¿Considera un fracaso no haber conseguido una redacción que se hiciera cargo de la libertad de elección entre un régimen de salud privado y uno estatal?
Cuando un grupo de comisionados se planteó como aspiración resguardar la libertad de elección, eso se vio por parte de otro sector como una constitucionalización del modelo de las isapres, lo que nunca fue la intención. Es por eso que luego nosotros propusimos tomar el GES y plantearlo como una base solidaria para todos. Queríamos que el Estado y las instituciones de salud estuvieran obligadas a ofrecernos a todos un plan básico, único, con criterios de solidaridad generacional y de mujeres, que era algo que rompía el esquema de negociación que habíamos tenido. Lo que se propuso en realidad era una superación de ese modelo porque el que todos tuviéramos un plan básico, único y solidario asumía lo que querían otros que hubiera solidaridad intergeneracional y hombre-mujer. A veces los acuerdos se ven dificultados por estas visiones externas que petrifican las posturas e impiden los acuerdos.
¿La izquierda fue muy intransigente en este punto?
No quiero calificarlos porque ellos también fueron parte importante de que pudiéramos llegar a un acuerdo.
¿Usted esperaría que el Consejo reponga ese inciso en derechos como salud y seguridad social?
Yo creo que sería bueno que hubiera un debate al respecto porque ese inciso es una base relevante para conciliar visiones al respecto.
¿No cree que ese inciso puede romper el equilibrio o la simbiosis que lograron en el anteproyecto, provocando que la izquierda se descuelgue?
El anteproyecto está constituido con equilibrios recíprocos, concesiones recíprocas, es un texto que tiene incertezas para que sea el legislador quien termine resolviendo y no el constituyente. Por lo tanto, es indudable que si se produjera un cambio sustancial, es decir, si hubiera un cambio sustancial y esencial en el anteproyecto podría haber fuerzas que no quieran apoyar el texto. Por eso es que no solamente hay que tener una buena Constitución, hay que tener una Constitución que tenga un sólido soporte ciudadano y que tenga una legitimidad de anclaje muy profundo.
Por eso se lo pregunto, incorporando este tema de salud en el Consejo, ¿no cree que se produce ese cambio sustancial y esencial?
Todo depende de cómo se redacte. Lo primero que se pide es apertura de mente a la reflexión, al debate, porque si yo mantengo la libertad, pero establezco por otro lado un sistema solidario, básico, igual para todos, estoy conciliando efectivamente la demanda por solidaridad e igualdad que era esgrimida por algunos comisionados con la demanda de la libertad que era esgrimida por otros. Muchas veces en los puntos medios está el equilibrio y la sabiduría.
¿Le preocupa que la izquierda empiece a dudar del proceso, a bajarse o a eventualmente llamar a votar en contra?
El Consejo tiene atribuciones para modificar todas las disposiciones, pero ahí viene la prudencia y la sabiduría de quienes han sido elegidos para un cargo y a quienes se le ha confiado el futuro de la nación. Si queremos redactar una Constitución, más que redactar un texto espectacular, tenemos que redactar una Constitución que sea muy buena para los tiempos actuales, mirando hacia el futuro, pero logrando que en ella se sientan representadas la mayor cantidad de personas.
¿Qué rol debería tener Chile Vamos al interior del Consejo Constitucional, dada la gran mayoría republicana?
Lo que hemos vivido hoy día es un resultado electoral que es una coyuntura y el tiempo dirá si esta es una coyuntura o es una nueva realidad. El Consejo tiene que tener la sabiduría para no caer en los errores de la Convención Constitucional, que es la que negó la existencia del otro. Creo que hay que ser respetuosos. Es indudable que tienen todo el derecho de hacer los cambios, pero hay que ser prudentes especialmente cuando se tiene el triunfo.
El presidente del Partido Republicano, Arturo Squella, dijo que si lo hacían escoger entre la Constitución vigente y el anteproyecto, él prefería la Carta Magna actual.
Yo lo entiendo porque todavía no ha leído el texto definitivo y tampoco le han explicado el porqué del texto definitivo. Espero que el anteproyecto pueda ser perfeccionado en aquello que sea posible para que también personas como él se sientan convocados a apoyarlo. (La Tercera)