Segunda vuelta presidencial en Argentina: Milei 55,74%, Massa 44,25%

“Los argentinos escogieron otro camino”. Con esta frase, y a pocos minutos de que se conozcan los resultados oficiales, el candidato oficialista y actual ministro de Economía, Sergio Massa, reconoció el triunfo de su contendor, el diputado ultranacionalista Javier Milei, en las elecciones presidenciales de Argentina.

Desde el búnker de su partido Unión por la Patria, Massa admitió que “obviamente los resultados no son los que esperábamos. Y me he comunicado con Javier Milei para felicitarlo y para desearle suerte, porque es el presidente que la mayoría de los argentinos eligió para los próximos cuatro años”.

Javier Milei y su meteórico ascenso, pasando de un economista que se hizo popular por sus exabruptos en programas de televisión a diputado nacional, y, en dos años, a Presidente de Argentina, se impuso a los resquemores de su irascibilidad y la “campaña del terror”, como llamaron los medios locales a la estrategia comunicacional del oficialismo para contrastar las propuestas del libertario con las propias. A continuación, algunas de las principales definiciones de Milei en temas claves para el futuro de Argentina.

La propuesta económica de Milei fue, posiblemente, uno de los pilares de su carrera por la Casa Rosada. Sus dos medidas insignes, la dolarización y la eliminación del Banco Central, fueron claves en ese aspecto. Pero hay más. Por ejemplo, busca terminar con la Obra Pública Estatal, optando por un modelo similar a Chile o Perú, con presencia de iniciativa privada.

Su “reforma integral” incluye la disminución al mínimo de la participación del Estado en la vida pública, donde pretende, por ejemplo, bajar el número de ministerios a ocho de los 18 actuales. También dice que va a eliminar, “de forma progresiva”, los planes sociales. En la misma línea, dijo que “en tres meses” eliminará el cepo arancelario y que “cuando se recupere la economía, vamos a tocar tarifas”.

Sobre el famoso plan de dolarización, aún no hay claridad de cómo exactamente se llevará a cabo, pero en el debate previo al balotaje, confirmó que “vamos a dolarizar la economía, vamos a cerrar el Banco Central y terminar con el cáncer de la inflación”.

Una de las pugnas más importantes en la campaña fue la idea de la privatización de áreas que durante años han estado bajo el alero del Estado. Uno de ellos es la educación. Sobre este punto, Javier Milei apuntó a esta cartera como uno de los ministerios que eliminará.

Una de sus principales definiciones al respecto es la creación de un “sistema de vouchers cheque educativo”, que muchos en Argentina compararon con el modelo chileno de educación. También planea eliminar la ESI, el programa de Educación Sexual Integral al considerarlo una política de la “agenda postmarxista” que “tiene que ver con la destrucción del núcleo social más importante dentro de la sociedad, que es la familiar”.

Una de sus más grandes polémicas fue el mercado de órganos como posible solución al déficit en los trasplantes, esto a raíz de comentarios que, en su lógica de la liberalización económica total, esto sería un mercado que podría solucionar dicho problema.

Respecto a la salud, Milei planteó durante su campaña que buscará por un modelo con capitalización privada, al igual que en educación. Junto con Educación, Trabajo y Desarrollo Social, será uno de los ministerios que desaparecerá del mapa argentino. En su reemplazo, Milei plantea la creación del Ministerio del Capital Humano.

DERECHOS HUMANOS

Sobre este punto, el nuevo presidente argentino se expresó durante el primer debate, cuando planteó estar “absolutamente en contra de una visión tuerta de la historia”, espacio en el que agregó que “no fueron 30.000 los desaparecidos” en la última dictadura trasandina.

En el último debate, en tanto, durante el bloque de derechos humanos y convivencia democrática, Milei aseguró que “el respeto a las minorías se convierte en una tiranía de las mayorías”.

La tercera mayor preocupación de los argentinos, solo por detrás de la inflación y la corrupción, según una encuesta de Opinaia, es la seguridad. Sobre esto, el electo presidente se ha mostrado a favor del porte de armas de fuego en la ciudadanía, además de la militarización de cárceles “a fin de recomponer el sistema”.

En materia migratoria, la base de su movimiento, La Libertad Avanza, señaló en su plataforma electoral que prohibirán la entrada al país de “extranjeros con antecedentes penales”. La nueva vicepresidenta, Victoria Villarruel, es partidaria de la idea de que las Fuerzas Armadas se integren a las labores de seguridad, lo que está prohibido en la actualidad, además de aumentar el presupuesto militar desde el 0,6% del PIB al 2%.

Otro de los puntos polémicos durante campaña. El flamante nuevo presidente de Argentina planteó que se alineará con Estados Unidos e Israel, además del “mundo libre”. En cambio, se negará a hacer negocios –como Estado– con los dos principales aliados del país: China y Brasil. Si bien aclaró que los privados podrán continuar trabajando con dichos países, también señaló que cree “profundamente en la apertura al comercio internacional. Sin embargo, también creo que no tiene que intervenir el Estado en las relaciones comerciales. Es una cuestión de los privados”.

En el último tiempo, renegó de sus previas palabras luego de llamar al Papa Francisco un “zurdo asqueroso” y de declararlo como el “representante del maligno en la tierra”. En un debate presidencial, dijo haberle pedido perdón y agregó que, de visitar el país en 2024, recibirá “los honores de un jefe de Estado”.

En la plataforma electoral de Milei, detalla que buscará impulsar una “reforma previsional para recortar el gasto del Estado en jubilaciones y pensiones de los ítems que más empujan el déficit fiscal, alentando un sistema de capitalización privado, junto a un programa de retiros voluntarios de empleados públicos y achicamiento del Estado”.

También, según informó Perfil, se ha mostrado varias veces a favor del regreso de las Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), administradoras privadas de fondos que funcionaron en Argentina entre 1993 y 2008. (La Tercera)