Embajadora B. Meehan: «Actual relación EE.UU.-Chile es la más fuerte de la...

Embajadora B. Meehan: «Actual relación EE.UU.-Chile es la más fuerte de la historia»

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“Fue una persona increíblemente influyente y poderosa en los Estados Unidos (…) Creo que es justo decir que su legado será complicado y habrá perspectivas diferentes de él”. Así, en estricto tono diplomático, la embajadora de EEUU, Bernadette Meehan, se refirió al recientemente fallecido Henry Kissinger, el exsecretario de Estado que —bajo el gobierno de Richard Nixon— jugó un rol preponderante en el ascenso de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile.

En conversación con BioBioChile, la diplomática —con pasos por Irak, Dubái y Colombia— hace un balance de su gestión tras poco más de un año en suelo criollo y aborda la influencia china en esta parte del mundo.

“No corresponde a Estados Unidos decirle a Chile con quién aliarse o a quién elegir como partner, pero nos anima a decir “mira tus valores y hazlo parte del proceso de decisión”. ¿Nos importa la transparencia? ¿Nos importa la calidad de los productos y servicios? ¿Nos importa la democracia? ¿Nos importan los derechos humanos? ¿Nos importa el trabajo? ¿Nos importa el medioambiente? Y si la respuesta es sí, creo que hay ciertos países en el mundo de los que dirías “ok, hay una visión compartida”, advierte.

Con todo, apunta a la importancia de lograr un balance entre los intereses de seguridad nacional y la inversión extranjera en Chile. No sólo respecto del gigante asiático, sino de todos los posibles aliados estratégicos.

A su vez, destaca la “potente agenda compartida” entre los presidentes Gabriel Boric y Joe Biden, y resalta los intentos de este último por entregar nuevas luces respecto del rol real que jugó la CIA y el gobierno estadounidense en el golpe de Estado de 1973.

“LA RELACIÓN ACTUAL ENTRE ESTADOS UNIDOS Y CHILE ES LA MÁS FUERTE QUE HA HABIDO EN LA HISTORIA”

—A más de un año como embajadora de Estados Unidos en Chile, ¿cuál es su balance? ¿ha sido positivo, ha sido negativo?

Ha sido increíble. Como mencionaste, llevo un poco más de un año. Me siento honrada y privilegiada cada día de estar aquí representando a mi país —que amo tanto— en un país que me importa profundamente. Y poder servir como embajadora durante el año de la celebración del bicentenario, ha sido especialmente un privilegio.

Ha habido desafíos en la relación en estos 200 años, pero también tantos éxitos. Y he dicho a la gente que creo que la relación entre Estados Unidos y Chile es la más fuerte que ha habido en la historia. Y así, desde una perspectiva política, ha sido maravilloso. Y desde una perspectiva personal, ha sido increíble. Me encanta este país. Mi familia está muy feliz aquí. Tengo muchos amigos chilenos y ha sido un lugar maravilloso para educar a mi hija y crecer.

—¿Cuáles han sido esos desafíos que usted menciona en la relación bilateral entre los dos países?

Cuando miramos 200 años de historia, creo que cualquier relación bilateral tiene desafíos durante ese periodo de tiempo. Y este año, en adición a la celebración de los 200 años, está el 20º aniversario del tratado de libre comercio. Por supuesto (también) conmemoramos 50 años desde el Golpe, y eso nos dio la oportunidad de mirar hacia atrás en un tiempo desafiante de la relación bilateral. El presidente Biden ha centrado a los derechos humanos y la democracia en su política extranjera. Y creo que también le dio a Estados Unidos la oportunidad de cumplir su compromiso con la transparencia, trabajando para desclasificar los documentos, para clarificar nuestro papel durante ese periodo de tiempo y también tuvimos la oportunidad en octubre, siguiendo ese aniversario, de celebrar 35 años desde el plebiscito, el voto del “No”.

Y aprovechamos la oportunidad para nombrar la residencia del embajador como la Casa Barnes, en honor al embajador Harry Barnes, que fue el embajador estadounidense desde 1985 a 1988, y que, por supuesto, jugó un papel muy importante en ayudar a apoyar la vuelta pacífica a la democracia. Eso, creo que fue otra oportunidad para decir que aunque hayan habido desafíos en la relación, en 2023 estamos en un lugar muy positivo, donde los presidentes Biden y Boric tienen una agenda compartida: democracia, derechos humanos, combate al cambio climático y tantas otras áreas.

SALIR DE LA CAPITAL Y LOS PANAMERICANOS

—¿Cómo ha sido el recibimiento en Chile? ¿Qué le ha gustado? ¿Qué no le ha gustado?

Ha sido tan cálida la bienvenida aquí. No hay casi nada que pueda decir que no me gusta de estar en Chile. ¿Qué me encanta más? Me encanta la comida, me encanta la gente en particular.

—¿Qué comida en particular?

Me gusta el pastel de choclo, las empanadas, los completos, el mote con huesillo. Básicamente, cualquier cosa que hay para comer, me gusta comerla. Así que diría que una de las cosas que más me gusta es desarrollar nuestra rutina diaria. Tengo marido, tengo una hija joven, tiene 5 años, va a una escuela local, tenemos muchos amigos chilenos. Vamos a asados los fines de semana, parrillamos, tomamos nuestros pisco sours, y eso ha sido una de las cosas que más me ha gustado de vivir aquí.

Para mí, como embajadora, ha sido increíblemente importante no permanecer en Santiago. Así que al menos una vez al mes, hacemos un viaje, ya sea por el día o por la noche, donde puedo ir a diferentes regiones y ciudades y realmente intentar aprender y entender de qué se trata Chile. Porque no puedes hacerlo si solo estás hablando con La Moneda y quedándote en Santiago.

—¿Le ha llamado la atención, por ejemplo, el centralismo que existe en Chile?

Sí. Sabes, eso es un asunto nacional, depende de los chilenos decidir cómo quieren dividir y estructurar las decisiones en el país, pero definitivamente es algo que noto. Lo que diré es que, sin importar dónde viajo, hago un pausa para preguntar generalmente las mismas preguntas. Así que estoy obteniendo perspectivas de chilenos en áreas rurales, en áreas urbanas (sobre) qué piensan de algunos de estos planes, qué piensan de la reforma constitucional, qué piensan de la reforma de salud, de la reforma de pensión, para que pueda realmente entender. Y no puedes hacerlo si sólo estás en la capital.

—¿Cuál ha sido el choque cultural más importante que ha tenido con los chilenos?

¡Dios mío! Eso es difícil de responder. Diré que una de las cosas que más he amado en mi año aquí ha sido participar en los Juegos Panamericanos, Chile ha hecho un trabajo excepcional organizando los juegos y ser parte de eso, representando y, por supuesto, apoyando a los Estados Unidos.

Nos llamamos una casa dividida porque mi hija es una chilena en su corazón y siempre estaba apoyando a Chile y, por supuesto, yo estaba apoyando a Estados Unidos. Pero, a pesar de que fue un evento amplio en el hemisferio, el espíritu y la cultura de Chile estuvieron presentes en todo eso. Y una de mis cosas favoritas, cuando la gente me pregunta sobre estar en Chile, es que cuando el Himno Nacional de Chile suena, a diferencia de cualquier otro país en el que he estado, es que cada persona canta a todo pulmón ¡y se me pone la piel de gallina! Los Juegos Panamericanos fueron un buen ejemplo de eso. Así que ver el orgullo que tenía Chile en ser anfitrión de los juegos y ser capaz de verlos y ser una pequeña parte de ellos, para mí, fue uno de los mejores momentos del año. Y amo a Fiu, es una gran mascota (ríe).

—Todo el mundo ama a Fiu.

¿Cómo no? (ríe) Pero realmente fue tremendo. Los Juegos Panamericanos y los Juegos Parapanamericanos son importantes. Y Chile… todo el hemisferio estaba viendo esos juegos y Chile hizo un trabajo excepcional. Fueron seguros, unieron al país. Fue una celebración, como debería ser. Y creo que hay que darle gran crédito a Chile por cómo lo gestionaron.

EL FÚTBOL, UNA PREGUNTA PELIGROSA

—En particular, ¿algún choque cultural que haya dicho “esto me genera un poco de distancia”?

Sí. Definitivamente, entender y aprender todos los modismos de la lengua ha sido un desafío, diría yo. Mi hija es tal vez mi mejor maestra porque, por supuesto, está en la escuela, así que viene a casa todo el tiempo y dice: “Ah, sí po, ¿cachai?” Y me está preguntando todas estas preguntas y eso ha sido muy divertido. Disfruto visitar museos, disfruto explorar la cultura cuando puedo hacerlo en mi propio tiempo y no como parte de eventos oficiales a veces. Ir con mi gorra de béisbol a un museo… Tuve la oportunidad de ir a la casa de Pablo Neruda en la costa con mi familia. Y eso ha sido una parte excepcional de mi experiencia.

—¿De béisbol?

Me encanta el béisbol (ríe).

—¿De qué equipo?

Yankees. Nací en el Bronx. Así que sí, soy una gran fanática de los deportes. Así que ahora el desafío es, ¿cuál va a ser mi equipo de fútbol? Y he aprendido que es una pregunta muy peligrosa de responder (ríe), porque…

—¿Y tiene alguno que ya se sienta más cercano?

Bueno, mi hija es fanática de Colo Colo. Pero cuando digo Colo Colo, hay otros en la habitación que dicen “noooooo” (ríe). Así que diré que estoy explorando este aspecto de la cultura chilena y no me he quedado con un equipo.

—Espero que lo encuentres pronto.

Pero quizás nunca lo diga, ¿cierto? Porque soy diplomática (ríe).

BIDEN Y BORIC: UNA AGENDA COMPARTIDA

—Usted ha tenido pasos por Irak, Dubái, Colombia y Chile. ¿Cuál ha sido la diferencia de Chile con esos otros países?

Bueno, esta es la primera vez que soy la embajadora. Así que las experiencias son inherentemente diferentes. Sabes, encuentro que las experiencias en los países se conectan con el tiempo en el que servimos. Así que cuando servía en Irak, estaba bajo el mando de George W. Bush, durante un tiempo de guerra. Una guerra que era muy impopular en los Estados Unidos y alrededor del mundo. Así que fue difícil representar a los Estados Unidos en ese momento.

Colombia es un país muy diferente a Chile, con diferentes desafíos, diferentes oportunidades. Dubái es una parte completamente diferente del mundo, obviamente también con sus propias desafíos y oportunidades. Así que todos han sido únicos.

Diría que tener la oportunidad de servir en Chile en un momento en el que el presidente de Chile y el presidente de los Estados Unidos tienen una agenda tan simbiótica y compartida, ha sido una oportunidad increíble. Creo que el acuerdo sobre el enfoque respecto al cambio climático, la necesidad de abordar la migración irregular en la región, el enfoque en la democracia y los derechos humanos, ambos tomando posiciones fuertes contra la invasión, sin provocación, de Rusia a Ucrania, da oportunidades que no necesariamente tuve cuando servía en algunos de esos otros países. Pero eso es, en parte, suerte y oportunidad. Dependiendo de quiénes son los líderes y en qué momento están.

—¿Eso le hace sentir un poco más libre, quizás?

No sé si diría que es un sentimiento de libertad, diría que una relación es más fácil cuando tienes metas y objetivos compartidos. Por supuesto que sí.

“LA COLABORACIÓN ES PROFUNDA EN SEGURIDAD”

—Usted tuvo un episodio bastante complicado en Colombia cuando la secuestraron, ¿cierto?

Sí.

—¿Cómo ha visto el avance del crimen organizado en Chile? Porque ustedes incluso han emitido algunas alertas respecto de algunas ciudades que son complejas de visitar. Entonces, ¿cuál es la visión que tiene con respecto a ese fenómeno?

Es una parte fundamental del trabajo de la Embajada de Estados Unidos monitorear la situación de seguridad en el país. Y lo hacemos por dos razones. La razón principal es que una de las funciones más importantes que tenemos como embajada es cuidar a los ciudadanos estadounidenses. Y tenemos casi 60 mil ciudadanos estadounidenses que viven en Chile. En cualquier momento, porque Chile es un destino popular para los turistas, visitantes vienen a Torres del Paine o a Atacama, para los Juegos Panamericanos…así que siempre estamos haciendo lo que podemos para asegurarnos de que estén a salvo y seguros.

La otra razón por la que monitoreamos, por supuesto, es porque tenemos una fuerte asociación con Chile, y queremos ver a Chile triunfar, como parte de esa relación, y de la asociación que tenemos. Así que es natural que monitoreemos las tendencias y colaboremos.

—Entonces…

Obviamente, como mencionaste, tengo mi propia perspectiva personal debido a mis propias experiencias, y por supuesto que es preocupante cuando ves noticias sobre asesinatos relacionados con extorsión y actividades delictuales con las que Chile no ha tenido experiencia de lidiar. Y creo que estamos en un momento en Chile en el que Chile está enfrentando nuevos tipos de crímenes que no han sido parte de su experiencia histórica. Así que cuando nos unimos muy cercanos con el Gobierno, que lo hacemos, con la PDI, con los Carabineros, con Gendarmería dentro de las prisiones. Tenemos una relación muy fuerte con la ministra Tohá (Interior), con el subsecretario Vergara (Prevención del Delito), con Monsalve (Interior). Con el jefe de PDI, Carabineros, con todos ellos. Lo que decimos es que estamos aquí para compartir nuestras experiencias con ustedes, no sólo donde hemos triunfado, sino también donde hemos fallado.

Así que hay muchas maneras, en las que no siempre se escucha en las noticias, donde nuestra policía está cooperando. También hubo un arresto, hace algunas semanas creo que fue publicado, ligado al cartel de Sinaloa. Y eso en parte fue debido a una investigación de múltiples años que nuestra DEA estaba haciendo con la PDI y Carabineros. No siempre resaltamos estas cosas en las noticias por la sensibilidad, pero la colaboración está bastante profunda en temas de seguridad con Chile.

«NO CORRESPONDE A EE.UU. DECIR CON QUIÉN ALIARSE»

—¿Cuál es la visión de la Embajada de Estados Unidos respecto de la influencia que ha ido ganando China en Chile y también en Sudamérica?

Yo siempre digo, en público y en privado: Estados Unidos no está pidiendo a Chile o a cualquier otro país que elija entre EE.UU y China. Nosotros comercializamos con China cientos de miles de millones de dólares cada año, por lo que la idea de que digamos “dejen de interactuar con China” simplemente no tiene ningún sentido.

Lo que sí decimos es que para Estados Unidos es importante que el campo de juego, como decimos, sea justo y transparente, para que todos puedan competir equitativamente. En los Estados Unidos tenemos un sector privado robusto al igual que aquí en Chile. Cuando los negocios estadounidenses compiten, lo hacen a base de condiciones de mercado. No hay un gobierno que les diga qué hacer. Creemos en seguridad y privacidad de datos. Creemos en una fuerte protección laboral. Creemos en protecciones medioambientales fuertes. Creemos en ser miembros constructivos de la comunidad en la que un negocio funciona. Y así, para mí, lo que prefiero hacer es centrarme en los beneficios de interactuar con los Estados Unidos y no hablar de otros con los que podemos o no competir.

—Pero me imagino que tiene que haber algún grado de preocupación respecto de China porque no tiene la transparencia o no tiene los mismos estándares de transparencia que tiene Estados Unidos, por ejemplo.

Pero creo que acabas de dar el punto. Creo que cuando Chile u otros países buscan aliados y miran cuáles deberían ser sus partners estratégicos, estas son las preguntas que deben preguntarse. No corresponde a Estados Unidos decirle a Chile con quién aliarse o a quién elegir como partner, pero nos anima a decir “mira tus valores y hazlo parte del proceso de decisión”. ¿Nos importa la transparencia? ¿Nos importa la calidad de los productos y servicios? ¿Nos importa la democracia? ¿Nos importan los derechos humanos? ¿Nos importa el trabajo? ¿Nos importa el medioambiente? Y si la respuesta es sí, creo que hay ciertos países en el mundo en los que dirías “ok, hay una visión compartida”. Y no es sólo los Estados Unidos. Y hay países en los que creo que hay un poco más de división en cómo vemos el mundo. Pero, de nuevo, esa es una decisión que Chile debe tomar en cada instante. No es para que los Estados Unidos insista en qué decisión debe tomar Chile.

—Pero al parecer Chile no está preocupándose de esto, porque hemos visto la influencia de China en las carreteras, en el sector eléctrico, en el litio, y lo hemos visto incluso en medios de comunicación donde han recibido bastantes dividendos del régimen chino.

Una de las cosas que hemos enfatizado en todas nuestras reuniones, públicamente y en privado, es que Chile actualmente no emplea un mecanismo de control de inversiones. Y en Estados Unidos tenemos un mecanismo de inspección llamado CFIUS (Comité de Inversión Extranjera en los Estados Unidos). La mayoría de los países OCDE usan un mecanismo de inspección de inversión. Todos son diferentes, dependiendo de las necesidades del país.

—¿Y Chile?

Chile tiene un número de activos estratégicos. Si miramos al litio, si miramos al cobre, a tu pregunta, si miramos el porcentaje de control de las empresas extranjeras en la red eléctrica… Lo que hemos dicho es que cualquier país debería tener un proceso en el que se tomen en consideración las preocupaciones de seguridad nacional. Y no se trata de China. Se trata de, si eres Chile, no quieres que ningún país tenga un control abrumador de ningún sector, porque eso no es inteligente. Así que lo que hemos estado haciendo es trabajar con Chile, con España, con la OCDE, con Japón, con otros países, para compartir con Chile nuestra experiencia y cómo hemos conseguido incluir e integrar las preocupaciones de seguridad nacional con las decisiones de inversión, cuando buscas una inversión extranjera.

La clave es hacerlo de una manera que siga manteniendo a Chile abierto a la inversión extranjera, porque necesitas eso para que tu economía crezca, tal y como los Estados Unidos y cada país en el mundo debe hacerlo. Es sobre encontrar ese balance. Pero, de nuevo, es importante destacar que esto no es sobre China, es solo sobre ser inteligente en general, sobre cómo absorbes inversiones extranjeras en el país.

“HABRÁ PERSPECTIVAS DIFERENTES SOBRE SU LEGADO”

—Este miércoles murió Henry Kissinger ¿Cuál es la opinión suya o de la Embajada respecto de él?

Soy representante del gobierno estadounidense, así que no es sobre mi opinión personal. Mira, Henry Kissinger fue el secretario de Estado, el consejero de seguridad nacional. Fue una persona increíblemente influyente y poderosa en los Estados Unidos. Tuvo un papel en la dirección de la política extranjera en una época en la que, durante la Guerra Fría, el mundo era un lugar muy complicado. Creo que es justo decir que su legado será complicado y habrá perspectivas diferentes sobre su legado.

Con respecto a Chile, diría que la administración de Biden se ha comprometido a ser lo más transparente posible sobre el papel de los Estados Unidos en Chile durante ese periodo. Y hemos desclasificado, durante los últimos 20 años, más de 23 mil documentos. Y la razón por la que lo hacemos es para que los chilenos tengan acceso a los documentos y puedan tomar sus propias decisiones y formar sus propias opiniones sobre el papel de los Estados Unidos en ese momento.

—¿Es justo considerar a Kissinger un criminal?

Eso es algo que no voy a comentar. Voy a decir, nuevamente, que hemos desclasificado muchos documentos. Invito a las personas a leer esos documentos y formar su propia opinión sobre el papel de los Estados Unidos en ese periodo. También tomaré la oportunidad de mencionar nuevamente que hemos anunciado una subvención de la Embajada de los Estados Unidos para alentar a las organizaciones o individuos a poner adelante un plan para ayudar a traducir al español y digitalizar los documentos que han sido desclasificados. Así no tienes que ser un hablante de inglés para leer los documentos y entender la historia y formar tus propias opiniones.

—¿Es eso suficiente para los chilenos? Lo pregunto porque hay varios sectores que han planteado la necesidad de que Estados Unidos pida disculpas por esto. ¿Debe Estados Unidos pedir disculpas? ¿Y es suficiente la desclasificación de los documentos?

De nuevo. Diré que el presidente Biden, actual presidente de Estados Unidos, se ha comprometido a la transparencia. Ha puesto en el centro de su agenda los derechos humanos y la democracia, y es nuestra politica mirar hacia adelante. Dimos el paso de renombrar la residencia en honor de Harry Barnes, como una forma de dejar en claro cuál es nuestra posición respecto a los eventos del pasado. Y decir que la admnistración de Biden está de lado de apoyar la democracia y los derechos humanos aquí. Creo que esta semana verás que, con un poco de suerte, podremos completar la deportación de Pedro Pablo Barrientos, quien es buscado en Chile por crímenes asociados con la muerta de Víctor Jara, en los días posteriores al golpe.

Entonces hay pasos que Estados Unidos ha dado para la conmemoración de los 50 años. Y ahora tenemos dos presidentes, de estos países, que están comprometidos con los derechos humanos, la democracia y en unir estos valores en conjunto. (por Nicolás Parra Tapia y Camila Mennickent Barros/Bio Bio)