169 días han pasado desde que 16 dirigentes del Frente Amplio dieron el “vamos” a la unificación de la coalición base del Presidente Gabriel Boric. Esa es la meta a la que debe llegar este año el bus al que se subieron Convergencia Social -colectividad del Mandatario-, Revolución Democrática, Comunes y el movimiento Plataforma Socialista. Pero el trayecto no ha sido fácil.
De concretarse, el partido único del Frente Amplio pasaría a convertirse en la colectividad más grande del padrón electoral con aproximadamente 65 mil militantes. La gran duda es cuánto pesará cada una de las colectividades de origen en esta nueva sociedad en la que corre con ventaja CS dada la crisis judicial de Comunes que amenaza con su disolución y los problemas que enfrenta RD por el caso Convenios.
En el camino, los frenteamplistas se ha encontrado con diferentes obstáculos que, si bien no ponen en duda la unificación del FA, sí han generado más de un remezón a los partidos.
Todo partió, oficialmente, el 4 de agosto de 2023, cuando en la sede de Convergencia Social (CS) se juntaron los presidentes de los tres partidos frenteamplistas: el diputado Diego Ibáñez por CS, Marco Velarde por Comunes y el senador Juan Ignacio Latorre, que en ese entonces encabezaba Revolución Democrática (RD).
Siempre se pensó que este sería un trámite administrativo largo y engorroso. De hecho, en CS y Comunes pasaron por esa experiencia. Los primeros son el resultado de la fusión entre Movimiento Autonomista, Izquierda Libertaria, Nueva Democracia y Socialismo y Libertad (SOL). Los segundos, en tanto, se conformaron tras la unión de Izquierda Autónoma y Poder Ciudadano.
Pero el trabajo de la fusión se planteó, de forma soterrada, desde antes de ese 4 de agosto. De hecho, el FA aceleró su andar el 11 de junio, cuando el Presidente Boric dijo en el 4° aniversario de su partido que “les invito compañeros y compañeras a este cuarto y ojalá último aniversario del partido Convergencia Social, estoy adelantando, a que pensemos en grande”.
Esto los partidos lo tomaron como una presión. Desde ese momento, salvo contadas ocasiones, las tiendas no se dejaron de coordinar cada viernes en citas ocurridas en los peores momentos del FA. De hecho, cada colectividad empezó a consultar con el Servicio Electoral (Servel) sobre las posibilidades que existían para la fusión.
Hasta ahí no había ningún problema. Al menos hasta el 16 de junio, antes de que se oficializara el trabajo por la fusión.
El lío de platas que se desencadenó entre militantes de RD representantes de una repartición del Estado (Carlos Contreras) y una fundación (Democracia Viva) significó la peor crisis en la corta historia del Frente Amplio.
Este hecho movió el piso de la fusión, aunque hasta ahora dicho obstáculo ha sido sorteado sin mayores problemas administrativos. Políticamente, lo que más se vio afectado fue la marca del FA. En CS aseguran que se han solicitado estudios para evaluar el caso y en qué pie está cada partido del bloque.
Los primeros sondeos encargados no habrían asestado un golpe decisivo a RD, de hecho darían cuenta que el lío de platas se vinculó más al gobierno de Boric y, en particular, a Giorgio Jackson, quien salió del gabinete el 11 de agosto de 2023. En los últimos días CS cotiza nuevos estudios para evaluar la imagen de sus futuros socios, según se pudo confirmar con una de las consultoras sondeadas.
Con el lío de platas RD perdió peso en el gabinete y desencadenó la renuncia anticipada de toda la directiva de Latorre. Su lugar lo tomó Diego Vela, exjefe de gabinete de Jackson, quien llegó a la mesa del partido acompañado de la exconvencional Tatiana Urrutia.
Esta nueva directiva, aseguran en el FA, ha logrado poco a poco ir equiparando la cancha con CS, sobre todo al ser potenciados por liderazgos nuevos como el del alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic. Que el lío de platas no golpeara a la mesa frenteamplista fue, en parte, gracias a que la colectividad actuó rápido y expulsó a los protagonistas del caso.
Pero luego Comunes entró en crisis.
Hasta el 28 de diciembre, Comunes estuvo en constante conversación con el Servel para resolver el caos económico que heredó la directiva de Marco Velarde. Esto por los balances financieros rechazados que se arrastraron desde la administración de Jorge Ramírez, expareja de Karina Oliva, quien durante ese período fue candidata a gobernadora en la RM. Pero en esa jornada, el consejo directivo del órgano electoral solicitó la disolución del partido frenteamplista.
Comunes siempre informó en la mesa del Frente Amplio que estaban trabajando en eso. El asunto generó más de un momento de tensión.
Los días empezaron a pasar y en Comunes surgió una idea para enfrentar la deuda de $ 142 millones que mantienen con el Servel. La idea era que el organismo liberara dineros retenidos del partido y con eso se cancelaran los pendientes. La idea no flotó y esto fue advertido previamente en la mesa del FA, integrada actualmente por tres dirigentes por cada partido. En una de esas reuniones habría sido el tesorero de CS, Yerko Cortés, el portavoz de la idea.
Esto, según cuentan desde ese ambiente, molestó a Velarde, ya que una de las reglas no escritas entre los partidos es la no incumbencia en temas internos. Por otro lado, señalan que esto no es solo una complicación de Comunes, ya que desde el primer día de trabajo de la unificación del FA se advirtió que esto se concretaría solo entre las colectividades que cuentan con todos sus trámites financieros aprobados.
En otro momento Comunes se molestó porque en una instancia interna de CS -en donde participan más de 40 militantes- se comentó como una de los posibles escenarios que el Servel puede solicitar la disolución de la tienda que lidera Velarde.
Todo se zanjó el 29 de diciembre, cuando en otra reunión de la mesa del FA, Comunes reafirmó que si no logran regularizar su situación financiera ante el Servel, la unificación de la coalición se hará solo entre RD y CS.
Pese a esto, en Comunes también afirman que esto será solo en cuanto a lo administrativo, ya que sus militantes ingresarán al partido único sí o sí.
Si bien se asegura que la idea de fusionarse será aprobada en los plebiscitos internos, no hay certeza de que la totalidad de los personeros se vaya a plegar.
Para convencer a los indecisos el FA hizo un trabajo hormiga en las 16 regiones del país, por medio de sus “Diálogos Ciudadanos”. Para esa labor se convocó a todos los liderazgos, incluso apareció Giorgio Jackson.
Hoy el FA está sistematizando el trabajo de unificación por medio de su mesa y de una comisión ejecutiva.
Sin embargo, también hay otras ocho comisiones, como la que se encarga de redactar los estatutos, la administrativa, la de elecciones, justicia del nuevo partido, principios o la que verá el plebiscito de marzo.
Tras el plebiscito se abrirán nuevas discusiones. La primera es qué ocurrirá con los candidatos de Comunes para las próximas municipales de octubre. Esto porque el criterio del presidente del Servel es que estos no puedan participar y sean castigados por la ley antidíscolos. El criterio Velarde, por otro lado, es que dicha normativa no aplica en caso de que el partido se disuelva.
Con la decisión de avanzar, administrativamente, sin Comunes, RD y CS tendrán que zanjar una directiva provisoria, en donde ha tomado fuerza la idea de que sean los actuales directivos de ambas colectividades quienes tomen el manto.
Una vez que se consolide la eventual fusión, serán ellos quienes tendrán que convocar a nuevas elecciones, con las que se zanjará a la directiva de, hasta ahora, 9 integrantes.
El problema es que en la interna se transmite que Comunes tampoco podrá formar parte de la primera directiva. A diferencia de la militancia de CS y RD -quienes, al formar parte de la fusión serán adherentes naturales-, los personeros de Comunes que ingresen al nuevo partido tendrán una calidad distinta, de recién ingresados, lo que los privaría de poder participar de elecciones.
Por ahora, oficialmente hay dos temas de los que no se ha hablado, pero que significarán futuros problemas. El primero es sobre quién presidirá la directiva del partido único del FA. El segundo es qué va a pasar con la parlamentaria Catalina Pérez, otrora figura de la coalición en el Congreso que tiene su militancia suspendida en RD y que no ha confirmado si irá o no a la reelección en Antofagasta. (La Tercera)