Occidente está en peligro-Magdalena Merbilháa

Occidente está en peligro-Magdalena Merbilháa

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La semana pasada, el Presidente de Argentina, Javier Milei, inició su discurso en el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza con esta frase: “Hoy estoy acá para decirles que Occidente está en peligro. Está en peligro porque aquellos que supuestamente tienen que defender los valores de Occidente se encuentran coaptados por una visión de mundo que inexorablemente conduce al socialismo, en consecuencia a la pobreza”.

Ciertamente el Presidente de Argentina tiene razón y quién mejor para decirlo que un hijo de la tierra de la abundancia transformada en pobreza por la falsa ideología y las malas políticas implementadas. Como decía Niall Ferguson en su libro “El Ascenso del Dinero” “Argentina es el ejemplo de cómo hacerlo mal”. De ser de las naciones más ricas del mundo a tener sobre el 50% de pobreza. Claramente la receta es mala. Milei defendió  abiertamente y de modo directo al capitalismo, algo “políticamente incorrecto” de parte del “ministerio de la verdad” mundial. No sólo estableció que “el capitalismo de libre empresa es el único sistema posible para terminar con la pobreza del mundo, sino que es el único sistema moralmente deseable para lograrlo». Hizo un barrido de la historia del progreso económico dejando claro que la historia económica fue “una historia de pobreza” y que el capitalismo generó una explosión de riqueza jamás imaginada con tazas aceleradas en el tiempo. Todos los colectivismos son contra natura. Van contra el ser humano en su esencia personal, único e irrepetible.

El socialismo es una religión de sustitución a una religión real abandonada. La religión no tiene que ver con Dios, viene de la palabra latina “religare” lo que une, da sentido y propósito. Y sin duda durante el siglo XIX  fue el secularismo el que pavimentó el camino al socialismo y desde ahí a su “versión científica”, fundamentalista e irracional.

El Presidente Milei dice que el socialismo ha fracasado en lo económico en todas partes donde se ha aplicado, lo que empíricamente es real. Además agregó que “el socialismo es un fracaso en lo social, un fracaso en lo cultural y además asesinó a más de 100 millones de personas”. Por lo mismo, esa superioridad moral de la izquierda no tiene asidero alguno. Su altruismo no es genuino, es siempre con “la plata ajena”.

Occidente está en crisis, ya que ha abandonado sus fundamentos, su esencia. Ha abandonado a Dios, ha dado la espalda a los conceptos de Verdad, Bien y Belleza. Junto con eso ha renegado de la racionalidad y del sentido de realidad. Hoy la “sociedad del sentir” y el “subjetivismo patológico” atentan contra toda posible racionalidad y muchos, con tal de no quedar fuera, se suben a la “fiesta” de “lo estúpido” y de “lo perverso”.

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Imponer el socialismo para algunos es el sueño utópico del paraíso terrenal sobre la tierra, y aunque tienen buenas intenciones, nunca logran los objetivos. Para otros es el camino para lograr el ambicionado poder. El problema es que entre los ambiciosos y los estúpidos nos tienen “en las cuerdas”. Económicamente no logrando riquezas, ni erradicando la pobreza. Achicando la torta a repartir. La riqueza no está garantizada. El socialismo ahoga los incentivos para crearla. Socialmente, ahoga al ser individual de naturaleza racional en una “majamama” colectiva que no es más que la anulación total de la persona y por tanto la incapacidad de construir una historia personal.

En el colectivo no hay libertad, pero tampoco responsabilidad, por lo mismo, se “banaliza el mal”. En lo moral, al anular la libertad, la responsabilidad y el concepto de Dios, que es la medida de las cosas, anulas también la moral. Sin Dios, la medida es el hombre y en el socialismo, lo bueno es lo servil a la causa y lo malo lo que va en contra de ésta.  La visión completa se da vuelta.

Sí, el Presidente de Argentina tiene razón, Occidente está en crisis. No sólo una crisis en la visión económica, sino una crisis moral. Una crisis de identidad ya que Occidente es la cultura cristiano occidental y ha abandonado el concepto primordial y la piedra angular de todo, Dios. Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, por tanto libre. De ahí la importancia natural y primordial de la libertad. No sólo para escribir la biografía personal como ser único e individual, sino también para imaginar, crear, trabajar, invertir y con eso multiplicar los bienes que son la expresión justa del trabajo y de la dimensión creativa individual. Por eso el capitalismo, basado en la libertad es en esencia humanista y justo, ya que la justicia es individual, darle a cada uno lo que es de propio suyo. Alegra ver discursos tan claros, valientes y verdaderos en medio de la falacia colectiva contra natura. (El Líbero)

Magdalena Merbilháa