La tensión en torno a la situación entre Grecia y la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) es máxima. Tras varios días de duras negociaciones, el país heleno decidió ayer (4 de junio) seguir los pasos de Zambia en los años 70 y retrasar el pago de los cuatro vencimientos pendientes para este mes (1.600 millones de euros) hasta el próximo 30 de junio.
El plan griego consiste en recurrir a un mecanismo adoptado en los 70 por Zambia según el cual no harán frente al primer desembolso, de 300 millones, previsto para hoy (5 de junio), así como tampoco a los siguientes, que vencían el 12, el 16 y el 19 de junio. Grecia retrasará esos pagos hasta el 30 de junio, fecha en la que expira el programa de rescate actual.
El tira y afloja entre el gobierno de Syriza y la Troika se debe a las reticencias de los primeros a aceptar el plan de reformas inmediatas propuestas por la Troika. Básicamente, este plan pasa por reformar el IVA, reformar las pensiones, privatizaciones de aeropuertos y puertos y una supervisión de medidas en torno al mercado laboral.
Si finalmente no hay acuerdo y Grecia hace un impago, el BCE podría cortar la liquidez de emergencia a sus pagos y la situación se volvería caótica: default, corralito y salida del euro.
