Le agradezco al señor Couble no refutar mis argumentos, sino acusarme de defender a los ricos, como si estos no fueran parte del mismo ecosistema y círculo virtuoso de inversión, trabajo y crecimiento que favorece a todos los chilenos.
Venezuela intentó superar la pobreza expropiando riqueza, y así le fue.
A estas alturas de la historia podrían haber aprendido que ningún país se ha desarrollado persiguiendo a los ricos. El Estado es un mal asignador de recursos, un mal prestador de servicios, y mientras más rico sea, más grande el riesgo de desfalco, como hemos visto con las fundaciones frenteamplistas. Por eso esta es una discusión entre la política que quiere más plata para sus propósitos, y la sociedad civil que quiere conservar lo que produce. Lo del FA no es altruismo en favor de los pobres, sino que esa antigua combinación de codicia, flojera y envidia para poder vivir de los demás, quitándole a la fuerza al resto lo que produce mientras alivian su culpa diciendo que lo hacen por los pobres.
Todos los gobiernos han subido el gasto y eso ha hecho crisis. El Presidente Piñera tuvo que gastar en financiar la reforma educacional aprobada por Bachelet II, incluyendo la carísima gratuidad universitaria (que paradojalmente lleva mi firma porque existe algo que se llama “la continuidad del Estado”) y eso entre otras medidas hizo crecer el gasto. Si no pudo disminuir burocracia, impuestos y regulaciones como le hubiera gustado fue por tener un Congreso en contra, enfrentar la violencia octubrista que lo extorsionó y las necesidades derivadas de la pandemia.
Detrás de los impuestos claro que hay una discusión ideológica y, como toda idea, debe contrastarse con sus resultados reales. Los impuestos han subido más de 20 veces, el Estado crece más que la economía, redistribuye mal ingresos, presta malos servicios, la burocracia ahoga el emprendimiento y hay estancamiento económico.
La ideología del FA es enfrentar esa realidad con más impuestos, más Estado y menos ricos, sin explicar por qué el resultado ahora sería distinto. Por eso Einstein los hubiera considerado locos; un observador imparcial, necios, y yo prefiero creerlos simplemente codiciosos.
Gerardo Varela A.