Bajo un estricto embargo, la próxima encíclica del Papa Francisco debía conocerse sólo al mediodía de mañana, cuando el Pontífice la presentara oficialmente en el Vaticano. Pero el esperado documento sobre medio ambiente y cambio climático se filtró tres días antes de lo previsto, después de que el semanario italiano L’Espresso divulgara la noche del lunes un borrador del texto “Laudato si” (Alabado seas) Sobre el Cuidado de Nuestro Hogar Compartido”. La publicación provocó ayer una fuerte reacción por parte de la Santa Sede.
En un comunicado el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, criticó el hecho e indicó que el material filtrado “no es el texto final”. La molestia por la divulgación anticipada de la encíclica llegó a tal nivel que incluso la Santa Sede suspendió la acreditación por “un plazo indefinido” del responsable de la filtración, el influyente vaticanista Sandro Magister de la revista L’Espresso.
A juicio del vaticanista del diario La Stampa, Giacomo Galeazzi, la anticipación a la prensa de un texto tan importante, que aborda uno de los argumentos más apreciados por el Pontífice, la llamada “ecología humana”, que además condena el “consumismo” y el “capitalismo salvaje”, es considerado un ataque directo al Papa Francisco por parte de sectores conservadores que buscarían debilitar su figura. Al respecto, el diario británico The Telegraph deslizó ayer que la filtración podría ser el resultado de una conspiración para jaquear la autoridad del Pontífice “y disminuir el impacto de la publicación del documento”.
“Laudato si” está dedicada al medio ambiente y a la ecología. Con la frase inicial del Cántico de las Criaturas, Jorge Bergoglio rinde un nuevo tributo a San Francisco de Asís, del cual asumió el nombre, referencia no sólo por su atención a la pobreza, sino ahora también por el amor con el cual el poverello miraba a lo creado. Será la primera encíclica realizada en solitario por el Papa Francisco, pues la anterior, “Lumen Fidei”, publicada hace dos años y dedicada a la fe, sólo tuvo que completarla, ya que gran parte la escribió su predecesor Benedicto XVI, quien la dejó inconclusa al anunciar su renuncia al pontificado.
Durante el vuelo de regreso de su viaje a Filipinas en enero pasado, el Papa Francisco ya había adelantado que quería que su encíclica se publicara en junio para que se difundiese antes de la Cumbre sobre el clima de París, prevista en diciembre. Esta cita abordará las alternativas existentes para frenar el cambio climático, el calentamiento global, y otros fenómenos, como la sequía o las inundaciones, y pretende llegar a un acuerdo vinculante que sustituya el Protocolo de Kioto. Según Reuters, se espera que la encíclica tenga una influencia particular en los países de América Latina, cuyos votos podrían ser decisivos en la cumbre.
“En esta encíclica intento especialmente llamar a un diálogo con todos sobre nuestro hogar común”, escribe el Papa, según el texto filtrado de 192 páginas. El domingo, ante decenas de miles de personas en la Plaza de San Pedro, el Pontífice ya había adelantado que el texto iba “dirigido a todos” y que esperaba que pudiera generar una “renovada atención a situaciones de degradación ambiental y su recuperación” y conducir a una “mayor responsabilidad por el hogar compartido que Dios nos ha confiado”.
DEPÓSITO DE INMUNDICIAS
Aunque la encíclica no es un análisis de las causas del cambio climático, en el texto difundido por L’Espresso se afirma que el fenómeno ha sido provocado (principalmente) por el ser humano. “La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de cambio en su estilo de vida, de producción y de consumo, para combatir este calentamiento o, por lo menos, las causas humanas que lo producen o acentúan. Es cierto que hay otros factores , pero numerosos estudios científicos indican que la mayor parte del calentamiento global de las últimas décadas se debe a la concentración de gases de efecto invernadero (…) emitidos sobretodo por causa de la actividad humana”.
El Pontífice también advierte de la “destrucción sin precedentes del ecosistema” antes de que finalice el siglo XXI. Frente a esta realidad apremiante, el Papa señala que “se ha convertido en un urgente e imperante la creación de políticas para reducir drásticamente la emisión de dióxido de carbono y de otros gases altamente contaminantes, sustituyendo a los combustibles fósiles y sustituyéndolos con fuentes de energía renovable”.
Tampoco duda en denunciar que la “debilidad de la reacción política internacional” se debe a “la sumisión de la política a la tecnología y las finanzas, que se manifiesta en el fracaso de las cumbres mundiales sobre medio ambiente”. En ese sentido, el Papa es enfático al señalar que “el mundo financiero sofoca la economía real. No se ha aprendido la lección de la crisis financiera mundial, y solo con lentitud se está aprendiendo la del deterioro ambiental”. Al respecto, propone un cambio de los estilos de vida para “ejercitar una sana presión sobre quienes tienen el poder político, económico y social”. Todo sea por impedir que “la tierra, nuestra casa, se transforme en un inmenso depósito de inmundicias”, afirma.
“Si el líder de más de mil millones de católicos centra su encíclica en la integridad de la creación y, en particular, en la protección de la atmósfera terrestre, es obviamente una señal fuerte”, dijo a DPA el director del Instituto alemán para la Investigación del Impacto Climático en Potsdam, Hans Joachim Schellnhuber, quien presentará la encíclica mañana en el Vaticano junto al presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, cardenal Peter Turkson, y el representante del patriarcado ortodoxo de Constantinopla, Giovanni Zizioulas.