El Presidente Boric acusó a los empresarios de pesimismo ideológico. ¿Por qué no vinieron los inversionistas a Chile a construir un puerto como el de Chancay? El Presidente tiene mucha razón cuando pide “visión de largo plazo”. Claro que el invertir a largo plazo exige algunas condiciones… que al parecer no están claras.
Luego, cambió y dijo: “El mundo privado y el mundo público somos necesariamente aliados estratégicos, no tenemos que vernos ni como adversarios ni como obstáculos. Somos aliados estratégicos». Curioso haber pensado que quienes dan empleo, pagan impuestos y contribuyen al desarrollo puedan ser considerados “adversarios”.
Una empresa ética es un activo no sólo porque remunera el capital invertido, sino por lo que le da a la sociedad. Chile tiene una economía de mercado regulada que no se corresponde con la definición de “neoliberal” que se le dio en el “octubrismo”. Una economía que quiere ser competitiva debe apoyarse en empresas éticas, que crean puestos de trabajo, ofrecen un buen producto, a un precio justo, pagan sus impuestos y remuneran bien a sus trabajadores. Un cambio veloz a la primera afirmación realizada por el Presidente.
La ministra Vallejo anticipaba en junio pasado: “Chile está creciendo, a pesar de que los agoreros del pesimismo afirmaban lo contrario. Hoy, nuestro país avanza hacia una economía más productiva, justa y sostenible”. La vocera le dice a los ciudadanos, académicos, políticos, empresarios en una carta a El Mercurio del reciente 5 de octubre: “Hoy podemos decir que controlamos la inflación y que nuestra economía crece”.
Octubre de este año mostró 0% de crecimiento; inflación del 1% mensual. Como dicen, dato mata relato.
El Presidente Boric se rebela contra los pronósticos. ¿Sabrá qué un 2% anual no alcanza? “Todos están en mi contra, menos yo”, sería la interpretación de estas declaraciones.
El auto engaño, es lo que no permite resolver los escollos que presenta el desarrollo y la atracción de inversiones. Esto aplica para toda la clase política, no sólo en economía, por cierto.
¿Qué se necesita para invertir? ¿Qué se necesita para salir del “pesimismo ideológico”? Se necesitan reglas claras tributarias, políticas y sociales. Requiere de un país seguro, buena institucionalidad y gobernabilidad. Necesita que los proyectos sean aprobados en un término razonable que no exceda el año, porque el costo de oportunidad es alto. ¿Se cumple esto en Chile? No. La permisología en este burocrático Chile tiene demoras promedio de seis años.
Las reformas tributarias del segundo gobierno de Bachelet: la compleja reforma educacional y la modificación al sistema electoral fueron el inicio de un estancamiento que lleva más de diez años. El sistema político vigente en Chile es enemigo de la gobernabilidad y de una democracia eficaz.
Después de 30 años de avances, los que apoyaron el octubrismo, es decir, quienes gobiernan hoy Chile, hace casi tres años, decían: No son treinta pesos, son treinta años. Denostaron los mejores años de Chile, lo que les impide ver qué fue lo virtuoso que se hizo en ese entonces para obtener los grandes logros, reconocidos en el mundo entero. Ceguera o ideología extrema.
La violencia desatada en todo Chile. Sumado un proceso constituyente caracterizado por mentiras, superioridad moral, que además desarmaba a Chile, su gobernabilidad, su situación económica y fiscal. Por cierto, el “Apruebo para reformar” era una falacia, porque la misma Constitución que se proponía no lo hacía viable. La incertidumbre fue total. Se suma un segundo proceso constituyente fallido en diciembre de 2023. Ambos procesos fallidos fueron un tremendo costo para los ciudadanos y sus legítimas aspiraciones de progreso.
Desde el mundo se preguntaban: ¿Qué pasó con Chile? Factores de incertidumbre que alejan a los interesados en invertir en un país que estaba en camino al desarrollo. Se coquetea con reformas o pactos tributarios con un Estado ineficiente, que ha estado lejos de priorizar gastos en estos últimos tres años.
La ambigüedad puede ser aplicable a los camaleones, seres fascinantes que cambian de color. Ellos lo usan como forma de vida, como método de defensa para poder cambiar de color y así pasar desapercibido a ojos de sus depredadores. Si algo debe cambiar es justamente el comportamiento camaleónico, en que el político de los errores o malas decisiones casi nada quiere recordar y a través de una mentira adornada señalan verdades crudas y duras. La ambigüedad es un arma de doble filo que se permite dar varias versiones de un solo significado, jugando con la verdad que necesita la sociedad.
Lo más evidente de lo que hace el gobierno, es la búsqueda de aprobación y apoyo, falseando la realidad optimista, o acudiendo al sentir optimista personal, que lamentablemente no se acerca a la realidad. Esto es a costa de los ciudadanos gobernados a quienes no se les habla con la verdad.
¿Algunos independientes que se han ido de un partido político que responde a cierta ideología, lo hacen para cambia su color de piel, como los camaleones?
Comienza ya la carrera presidencial, al haber terminado las elecciones municipales. Algunas cuentas alegres, otras no tanto deben llamar a toda la clase política a ubicarse tras el objetivo de sacar a Chile adelante.
En la elección de gobernadores de la Región Metropolitana triunfó Claudio Orrego para ejercer su segundo período como gobernador hasta el final, que es el mandato que le dan los ciudadanos que lo eligieron. Ex Demócrata Cristiano, apoyado por el oficialismo, competía como independiente. Como a todos quienes han triunfado este domingo, la gente reclama buenas y sanas gestiones. En democracia es deseable un imperio de la ley, sólido e inquebrantable y políticos comprometidos, frente al cambiante signo de la voluntad de los gobernantes.
Todo político que aspire a dirigir los destinos del país debe comprometerse desde hoy en un proyecto para todos los chilenos con honestidad, ética política, sin actos camaleónicos que sólo confunden a los ciudadanos. Nada compondrá cantos que borren las marcas de decisiones pasadas. Es deseable tenerlo claro.
La carrera hacia la presidencia ha empezado. Sólo la unidad y el compromiso de sacar a Chile de esta decadencia, podrá transformar el ánimo pesimista de los ciudadanos que observan atónitos el actuar camaleónico de los políticos. (El Líbero)
Iris Boeninger