Arzobispado niega encubrimiento

Arzobispado niega encubrimiento

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El arzobispado de Santiago emitió una declaración en respuesta a las cartas del cardenal Francisco Javier Errázuriz que fueron divulgadas ayer y vinculadas supuestamente al caso Karadima.

La arquidiócesis a través de su equipo jurídico descartó que las misivas intentaran encubrir las acusaciones de abuso sexual y por el contrario dijo «reafirmar su compromiso esencial con las víctimas y la verdad».

«La verdad es que ninguno de los antecedentes aportados por los demandantes es prueba de encubrimiento de los abusos sexuales de Karadima y creemos que así se concluirá en el juicio ante el Ministro Señor Muñoz», expone la aclaratoria en la antesala de la fase de presentación de pruebas de la demanda civil interpuesta por James Hamilton, José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz en contra del arzobispado.

«La carta dirigida por el Cardenal Errázuriz a Karadima el año 2006 (cuatro años antes de la condena eclesiástica y cinco años antes del fallo de la Ministra González) tenía por único objeto persuadir a Karadima de que abandonara el cargo de párroco al cumplir los 75 años de edad, en conformidad a la norma canónica», explica la institución.

Lo anterior en relación a la carta enviado a Fernando Karadima fechada en la «Fiesta de San Antonio del año 2006» y que fue dada a conocer ayer por «The Clinic».

«Usted me manifestó, querido P. Fernando, que lo afligía también la posibilidad de que el traspaso de la responsabilidad sobre la parroquia al P. Juan Esteban Morales pudiera ser considerado como un castigo. No lo es; y todos comprobarán que no es un castigo. Si lo fuera, no seguiría trabajando en el mismo lugar como hasta ahora, ni junto a su más cercano colaborador. Pero está en sus manos que nadie considere injustamente que esto es un castigo. Basta con que usted mismo tome la iniciativa y me pida que le confíe pronto la parroquia al P. Juan Esteban. Entonces usted podrá decir a quien quiera escucharlo, más o menos lo siguiente: ‘En la diócesis se está introduciendo la costumbre de cambiar a los curas párrocos cada 10 ó 12 años», dice el texto escrito por el cardenal.

En ese sentido la arquidiócesis dice que «Karadima le decía al Cardenal que eso se vería como un castigo y el Cardenal le señala que no lo es y cómo evitar que se entienda así. Tal como consta en el proceso, en ese momento, el Cardenal Errázuriz aún no contaba con los antecedentes que le permitieran confirmar la veracidad de las denuncias, por lo que la salida del cargo de párroco estuvo motivada por sus 75 años. No hay encubrimiento alguno».

En tanto sobre la misiva escrita el 18 de julio de 2010 dirigida al sacerdote Diego Ossa-quien era investigado por el pago a un denunciante de abusos- el arzobispado insiste en» no tuvo por objeto indicarle la explicación del pago».

«Había sido el padre Diego Ossa quien había insistido que era una obra de misericordia y no otra cosa. La carta del Cardenal Errázuriz tuvo por único objeto reprocharle al padre Ossa que haya sido él mismo quien haya salido a defenderse y no lo hiciera su abogado, lo que era más adecuado. Es muy importante tener presente que a esa fecha, julio del año 2010, el Cardenal ya había concluido la investigación y enviado los antecedentes a Roma, pidiendo que el tribunal competente lo sancionara levantando la prescripción. Por consiguiente, sería contradictorio que, por un lado el Cardenal Errázuriz estuviera pidiendo la sanción a Karadima y, al mismo tiempo, por el otro lado, encubriendo sus abusos», aseguran desde la institución.

Esto porque la carta decía: «Seguramente recuerdas mi proposición para hacer más verosímil tu versión: que el dinero entregado era una obra de misericordia, y no una medida para acallar a un denunciante. Te propuse que fuera don Juan Pablo Bulnes, es decir, el abogado que conversó con el sr. (Óscar) Osbén sobre el tema -que le aclaró que el dinero se le entregaba por caridad y no por otro motivo, y que fue testigo de su angustia-, y no tú mismo, que eras el supuesto acusado. No sé qué razón decidieron que fueras tú el que hiciera la declaración. Lo siento, porque una declaración tuya, que aparecías bajo sospecha, para la gran mayoría de los lectores (seguramente, no así para la gente cercana a ti), no podía disipar la sospecha».

«El Cardenal Ezzati no ha ofrecido jamás una compensación simbólica a los demandantes. Tal como se ha dicho tantas veces, durante el año pasado trabajamos intensamente con los demandantes, durante meses, con el propósito firme de llegar a un avenimiento. Sin embargo, finalmente nos confirmaron su deseo de no continuar las conversaciones para lograr un acercamiento y una conciliación en el juicio» insisten desde el arzobispado.

Y por último el equipo jurídico concluye que «lamentamos muy sinceramente que no se haya podido continuar con las conversaciones que ambas partes llevamos adelante de buena fe, con esfuerzo y con el propósito de contribuir al proceso personal de renovación, curación y reparación que están viviendo los demandantes después de la dramática experiencia y los graves daños que les provocaron los abusos sexuales de Karadima. Allí les expresamos el reconocimiento por el aporte que realizaron con sus denuncias, las que permitieron que el tema fuera conocido por la Iglesia y la sociedad chilena, lo que condujo a comprobar los abusos y sancionarlos»

Y apelan a que «el cardenal Ricardo Ezzati, en cuanto asumió el gobierno de la Arquidiócesis, les pidió perdón y les ha manifestado su comprensión por el dolor que les provocó el tiempo que requirió la investigación para comprobar los delitos y el haber sentido que su Iglesia no les acompañó como ellos esperaban. Y en ese sentido, reiteramos durante todo el proceso de conciliación esa petición de perdón».

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