Los diputados de la Nueva Mayoría miembros de la comisión investigadora del caso Caval culminaron un «primer borrador» -de 66 páginas- que contiene las conclusiones propuestas para ser incluidas en el informe final de la instancia.
Los legisladores, a diferencia de sus pares de oposición, no cuestionaron el rol de Sebastián Dávalos y su poca colaboración con la comisión.
Según consigna hoy La Tercera, el dossier critica al rol del síndico de quiebras, Herman Chadwick, y al administrador de La Moneda, Cristián Riquelme.
Respecto de este último, los diputados señalan: «Se establece que el haber recibido al gestor inmobiliario Juan Díaz en Palacio y no informarlo a sus superiores reviste una situación de la máxima gravedad, por lo que resulta necesario censurar la permanencia de Riquelme en su cargo».
De igual modo, asegura que las explicaciones que dio la Superintendencia de Bancos (Sbif) respecto del crédito por $6.500 millones que el Banco de Chile otorgó a Caval para concretar su negocio «han sido calificadas de insuficientes por la comisión».
«Luego de que la Sbif calificara como poco prudente la operación, el ente no indicó en ningún momento qué es lo que entendía por prudencia. (…) Respecto a estas consultas efectuadas por los diputados, la Sbif dio respuestas evasivas», agrega.
El «primer borrador» establece que al momento de producirse las negociaciones entre Caval y el Banco de Chile, Michelle Bachelet no ejercía como Presidenta: “A tales fechas aún se desarrollaba la campaña electoral, siendo el Presidente en ejercicio don Sebastián Piñera”.
Propone «regular preventivamente los conflictos de interés que pudieran tener quienes conformen el círculo vital cercano al Presidente de la República» y «revisar la pertinencia» de las funciones la Dirección Sociocultural de la Presidencia.
En este último punto, plantea que algunas de las fundaciones que están a cargo de esa repartición pasen a formar parte de otros ministerios (como Educación o Desarrollo Social), o que se termine con su personalidad jurídica.
EL HOMBRE QUE SABE DEMASIADO
Esta semana El Mostrador publicó un perfil de Cristián Riquelme, el polémico administrador de La Moneda.
Nunca ha estado en la primera línea, pero es de esos personajes instalados en corazón del poder. Convive a diario con él, opera, siempre está tras bambalinas y conoce al detalle de todo el tejemaneje de la políticas y cada uno de sus recovecos, incluyendo los más oscuros. El actual administrador de La Moneda, Cristián Riquelme, hombre de confianza del ex ministro Rodrigo Peñailillo, ha estado todo el año en el foco de los cuestionamientos públicos y esta semana la comisión Caval evaluará recomendar en su informe final su salida del cargo. Pero, a pesar de las permanentes críticas, el papel clave que ha cumplido en el bacheletismo hace que sea uno de los pocos G90 que no ha salido del Gobierno ni ha sido defenestrado de sus funciones.
Entre lunes y miércoles, la comisión especial que investiga las aristas del espinudo caso Caval –que comprometió a Sebastián Dávalos, hijo de la Presidenta Michelle Bachelet, y a su nuera, Natalia Compagnon–, debe discutir los puntos centrales de su informe final, que tiene plazo para ver la luz el 4 de enero. En el seno de ese equipo parlamentario confiesan que, más allá de la publicidad mediática, no fue mucho lo que se logró en los últimos siete meses, porque la principal dificultad que enfrentaron es que solo se presentaron funcionarios públicos a prestar testimonio, pero no colaboró ninguno de los principales protagonistas del caso que afectó a la línea de flotación del Gobierno y dañó irreparablemente la credibilidad de la Mandataria.
“No se logró establecer nada, salvo que hay un muy mal olor en Machalí, pero eso no es suficiente, eso ya lo sabe todo el mundo”, reconoció uno de los diputados integrantes de la comisión.
Riquelme asistió el 27 de septiembre a la comisión Caval para explicar la polémica reunión que sostuvo, en la propia Moneda, con el gestor inmobiliario Juan Díaz. En su declaración, el administrador de Palacio reconoció ese encuentro con el ex militante UDI después que estalló públicamente, en febrero, el negocio que Compagnon estaba realizando en Machalí y en el cual Dávalos participó, acompañando a su esposa a un reservado encuentro con el vicepresidente del Banco de Chile, Andrónico Luksic, para obtener un préstamo de 6 mil 500 millones de pesos: “El señor Díaz me relató su situación y me dijo si yo tenía alguna posibilidad de poder resolver su problema (…) me pidió si yo pudiera hacer una gestión para que la señora Compagnon pudiera resolver su deuda, una deuda que tenía con él (…) yo le dije que no tenía ninguna herramienta o solución posible porque no tengo relación con ella».
Hasta ese momento, los cuestionamientos a la permanencia de Riquelme en La Moneda solo provenían de la derecha, pero tras esa declaración ante la comisión, las críticas en el oficialismo pasaron de ser hechas en privado a ser planteadas públicamente. «Me siento consternado de que un funcionario de tan alto nivel haya reconocido que a don Juan Díaz, operador inmobiliario de la UDI, lo haya recibido en La Moneda dos meses después de que estallara el caso Caval (…). No puedo entender que el operador más importante del caso Caval vaya a La Moneda y se pasee como Pedro por su casa y hable con el director de administración de La Moneda. Yo no lo puedo entender como diputado de Gobierno. (…) La Moneda tendrá que tomar decisiones, pero a mí me parece inaudito lo que aquí hemos observado”, señaló entonces el diputado PS, Juan Luis Castro.
Riquelme no es cualquier funcionario. Cuando la Presidenta volvió a Chile en marzo del 2013, el brazo derecho de Peñailillo ocupó el cargo de administrador de Somae, la empresa que se utilizó para manejar los recursos de la campaña, una función que no le era extraña, ya que durante el primer Gobierno de Bachelet fue el administrador de La Moneda, tal como ahora. Un puesto de confianza, que depende directa y exclusivamente de la Mandataria, que formalmente es de director administrativo de la Presidencia y por el cual recibe uno de los sueldos más altos de Palacio: 7 millones 385 mil pesos.
El vínculo de Riquelme con el otrora núcleo duro del bacheletismo se generó a través de Peñailillo, ambos fueron compañeros de colegio y de universidad, son amigos, es parte del círculo más íntimo y de confianza del ex ministro del Interior, una pieza clave de la llamada G90.