«Chile no acepta amenazas ni diálogo con condiciones», fue la respuesta que este mediodía entregó el canciller Heraldo Muñoz al discurso del presidente boliviano Evo Morales, que en el marco del denominado Día del Mar anunció el estudio de «alternativas jurídicas» por el uso de las aguas del río Silala.
En conferencia de prensa ofrecida en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Muñoz indicó que «Chile no va a aceptar una cesión territorial, que eso quede muy claro, y que quede claro para nuestros vecinos, pese a que queremos diálogo, integración sí, cesión de soberanía no. Mirar al futuro sin lugar a dudas, pero este llamado al diálogo es falso porque está acompañado de esta eventual presentación de una nueva demanda«.
En cuanto a la demanda marítima ante l a Corte Internacional de Justicia de La Haya, el canciller señaló que «Chile va a defender sus intereses territoriales, y reitero, la soberanía de Chile no está en juego, esa es la posición de nuestro país, en tanto seguimos trabajando con tranquilidad en esta fase del juicio».
Al referirse a una eventual nueva demanda ante tribunales internacionales, el canciller agregó que «Chile también podría contrademandar porque tenemos claridad que (el Silala) es un río internacional de aguas continuas y nos asisten derechos importantes respecto a este río internacional, de hecho en el pasado se estuvo a punto de un acuerdo, que fue concordado, pero que a último mintuo se cayó por el lado boliviano, así que hay que hacer memoria, pero estamos preparados para cualquier eventualidad en todo caso».
NUEVA DEMANDA
Una nueva demanda ante tribunales internacionales anunció este miércoles el Presidente boliviano Evo Morales, esta vez debido a la utilización «ilegal», según el país altiplánico, por parte de Chile de las aguas provenientes del río Silala, que atraviesa ambos países.
La decisión se anuncia durante las celebraciones del Día del Mar de Bolivia, misma instancia en la que, en 2013, Morales comunicaba la demanda marítima contra Chile que actualmente se encuentra en curso.
Ante este nuevo escenario surgen varias incógnitas sobre los pasos a seguir que debería tomar Chile. ¿Es preferible salirse del Pacto de Bogotá como lo demandan varios parlamentarios? ¿Cuál es el problema con el río? ¿Cómo será la defensa chilena en caso de efectuarse la demanda? Analistas explican las diferentes ramas de este nuevo panorama.
ACUERDOS, PRE ACUERDOS Y EL TRATADO DE 1904
Bolivia basa su eventual demanda en una utilización y aprovechamiento ilegal y gratuito de las aguas del río Silala por parte de Chile, que nace en el país altiplánico y fluye por la frontera formando parte de la cuenca hidrográfica del río Loa.
Sin embargo, según el ex embajador y experto en Derecho Internacional Jaime Lagos, Chile tiene una serie de acuerdos y pre acuerdos en los que puede basar su defensa.
El país hizo uso del río hasta finales de los 90′ gracias a un acuerdo en el que se compartía el aprovechamiento del Silala entre las dos naciones. Esto, hasta que Bolivia revocó el pacto y amenazó con cortar el paso de las aguas si no efectuaba el pago de una deuda histórica por su utilización que ascendía a 1.600 millones de dólares, según constata el ex asesor de Chile en la demanda peruana en su próximo libro «La aspiración marítima de Bolivia».
Lo que Bolivia pasó por alto, según explica Lagos a Emol, es que el Silala estaba claramente estipulado en el mapa del Tratado de 1904 como río internacional, «por lo tanto cualquier acción unilateral que haga Bolivia estaría violando ese tratado».
Además, ambos países celebraron un pre acuerdo en 2009 en lo que se llamó la Agenda de los 13 Puntos, en el que concordaron que compartirían el uso las aguas.
¿CONVIENE A CHILE SALIRSE DEL PACTO DE BOGOTÁ?
Tras las peticiones de parte de varios parlamentarios de una salida de Chile del Pacto de Bogotá -que obliga al país a comparecer ante La Haya-, tanto Lagos como el analista internacional Raúl Sohr coinciden en que la acción no tendría efecto alguno en ninguna de las dos demandas bolivianas contra Chile.
«Dentro de un año sigue vigente la pertenencia al pacto después de que un país decida salirse», explicó Sohr a Emol, por lo que Chile igualmente tendría que presentarse a tribunales tanto para la demanda marítima como para la del Silala y cumplir el veredicto de la corte.
De no obedecer, «apareces internacionalmente incumpliendo el veredicto de un tribunal internacional al cual tú perteneces, que es algo que Chile está tratando de evitar por todos los medios», afirmó el académico.
Además, «el planteamiento que ha hecho Chile para permanecer en el Pacto de Bogotá ha sido bastante contundente, en el sentido que para países chicos como el nuestro, el derecho internacional y ampararnos en Naciones Unidas nos fortalece y nos favorece», puntualizó.
¿UN NUEVO RECURSO DE MORALES PARA GANARSE A SU PUEBLO?
«Siempre en los casos de Bolivia ha habido una utilización de orden interno y con fines publicitarios», tanto de la demanda marítima como la del río Silala, afirmó Lagos.
Según el académico, con este anuncio hay una evidente estrategia política del Mandatario boliviano por recuperar el apoyo que alguna vez tuvo en la ciudadanía, y que se ha visto tan afectado por las últimas polémicas que lo involucran, como la detención de su ex pareja por enriquecimiento ilícito y la supuesta existencia de un hijo que Morales no conocía.
Sin embargo, no todos lo ven así. Sohr, por su parte, cree que «pese a que aquí se repite que esto es utilizado para fines domésticos, en realidad la popularidad y la aceptación del Gobierno boliviano pasa por otra variable».
Aseguró que «el pueblo boliviano es un pueblo extremadamente politizado, cosa que dejó muy en claro el último referendo en que rechazó la propuesta de reelección de Evo Morales, por lo tanto, no es tan fácil ‘dorarles la píldora’ y traerlos con elementos externos».
Por otro lado, Sohr entiende este nuevo capítulo en la historia jurídica de ambos países como un intento de afectar negativamente la imagen de Chile en el ámbito internacional, especialmente por la demanda más importante que cursan, que es la del acceso soberano al mar.
«Esto es una palanca más dentro de una estrategia boliviana de tratar de generar un ambiente hostil hacia Chile para presentarlo como un país que incumple acuerdos internacionales y de autovictimizarse», afirmó. (La Tercera-Agencia Uno-Emol)