Recién operado de la columna y todo, el senador Alberto Espina (RN) ya retomó sus actividades en la Cámara Alta y tras una sesión especial conversó con DF en la misma Sala de sesiones.
Pese a su convalecencia defiende con ímpetu la idea de que la derecha quiere participar en el proceso constituyente -él encabezó la comisión que su partido creó para elaborar una propuesta y encabeza la de Chile Vamos-, pero que el gobierno no está dando las garantías para ello.
– ¿Cómo se le cree a la oposición que quiere participar en el proceso constituyente si nunca ha querido cambiar la Constitución?
– Renovación Nacional presentó una propuesta de modificación constitucional que tiene más de 20 cambios sustanciales que buscan fortalecer los derechos de las personas frente al Estado y también frente a las empresas, entre otras materias, para evitar la impunidad en casos como la colusión. Nuestra propuesta se llama “Una reforma constitucional para fortalecer la dignidad de las personas”, por lo tanto, tenemos nuestra reforma.
– Ustedes hablan de modificar la Constitución, no de una nueva Constitución que es lo que propone el gobierno.
– Ese es un tema que no tiene mucha significación, porque cuando se presente un proyecto de reforma constitucional, lo que se va a aprobar va a ser probablemente gran parte de las cosas que tiene la actual Constitución que son muy buenas y se van a cambiar aquellas que se puedan perfeccionar. Ese es un debate ideológico, la izquierda quiere eliminar la Constitución del ’80 porque dice que es la Constitución de Pinochet, lo que es falso. Porque el propio presidente Lagos señaló que esta Constitución era democrática, que había eliminado todos los enclaves autoritarios y la firma él. Yo asistí a su promulgación.
– ¿Qué es lo que RN está dispuesto a cambiar de la actual Constitución?
– Fortalecer los derechos de los ciudadanos; incorporar una regionalización a fondo; establecer cuáles son aquellos derechos económicos a los que el Estado debe darles siempre prioridad, como la educación, salud, el derecho al trabajo, la seguridad ciudadana, entre otros; avanzar en un régimen semipresidencial.
Y hemos planteado también, en algunos casos, que exista plebiscito ciudadano cuando se trate de modificaciones constitucionales relevantes para los efectos que cuenten con su respaldo.
– ¿Qué aspectos de la Constitución serían inamovibles?
– ¡Los derechos y garantías constitucionales! Y los recursos de protección y amparo que han sido herramientas muy útiles aplicadas a nuestra democracia. Esas son normas que tiene un valor enorme. La independencia y autonomía del Banco Central; el rol que se le asigna a las Fuerzas Armadas autónomas, independientes y profesionalizadas; de manera que hay muchas materias.
Yo acentuaría un rol del Estado más fiscalizador y regulador para evitar los abusos, sin que se transforme en una limitante a la actividad privada.
– Eso desde RN, pero ¿Chile Vamos en qué está además de criticar?
– Estamos trabajando, junto a un grupo de más de 14 constitucionalistas, y en abril vamos a tener nuestra propia propuesta, que contempla cambios a la institucionalidad; a los derechos de los ciudadanos; al fortalecimiento de las regiones, la multiculturalidad; vamos a entrar al debate del sistema semipresidencial, que con el cambio al sistema electoral, es un paso esencial que Chile adopte.
– Pero la derecha habla de reformar la Constitución y el gobierno de una nueva Constitución, esa es una diferencia de fondo.
– Porque el gobierno lo hace por razones ideológicas. Cuando el gobierno habla de una nueva Constitución, es una frase para la galería. Lo que está tratando de hacer el gobierno es deslegitimar la actual Constitución sobre la base de señalar que una Constitución que ha tenido más de 100 modificaciones tendría un origen espurio en el gobierno militar, en circunstancias que las modificaciones a esta Constitución fueron plebiscitadas el año ’89 cuando ya existía registro electoral.
Pero el tema de fondo es qué vamos a decir en la Constitución que amplíe las libertades de las personas, mejore la igualdad de oportunidades y las proteja frente al Estado y los abusos que pueda cometer en determinados momentos el sector privado.
– ¿Cuál es la objeción de su sector?
– Entre otras cosas, que el Consejo Observador Ciudadano no tiene atribuciones ni potestades, no tiene recursos, no tiene capacidad contralora de los actos y se han transformado en meros informantes. ¡Quienes principalmente deberían estar reclamando es el consejo de observadores, porque se les ha ninguneado de una manera indigna!
– ¿Se ha reunido formalmente para expresar sus críticas al gobierno?
– Nos reunimos con el Consejo de Observadores en enero y le entregamos un documento con 20 propuestas. Queremos tener un debate de ideas, vamos a tener nuestras propuestas, entonces, hemos hecho una seria advertencia al gobierno que, si no rectifica, el proceso va a ser viciado. Y le pusimos una luz amarilla con cara de roja, porque no nos vamos a prestar para que el gobierno utilice este proceso en período electoral para justificar su fracaso en los proyectos que ha impulsado, y diga que los problemas de salud, educación, seguridad, vivienda y trabajo son culpa de la Constitución.
– ¿Qué van a hacer para que se los escuche?
– Nos vamos a entrevistar con el ministro Burgos, próximamente, las directivas de los partidos y yo como presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales, para hacerle ver como jefe de gabinete todos nuestros reparos.
– ¿Creen que Burgos tiene piso para darles una respuesta satisfactoria sobre este tema?
– El ministro del Interior ha demostrado tener suficiente piso para tener la honestidad personal de plantear sus puntos de vista, que me parece que es lo correcto, y sigue incólume como ministro.
Si hay un ministro del Interior que ha demostrado independencia, autonomía y coraje, para decir lo que piensa, es este ministro del Interior. (DF)
