Dilma Rousseff llamó al Senado brasileño a votar contra su destitución e impedir «un golpe de Estado», antes de la votación que dejará a la izquierda fuera del poder del gigante sudamericano.
«Estamos a un paso de la concreción de un verdadero golpe de Estado», denunció Rousseff durante su defensa en el Senado, en el marco de su juicio político.
Y «si se consuma, resultará en la elección indirecta de un gobierno usurpador», añadió la ex guerrillera de 68 años, quien repitió que es «inocente».
Esta es la primera oportunidad que tiene la mandataria de defenderse en el Congreso. Y es la última carta antes de la votación que decidirá sobre su destitución, probablemente el martes o miércoles.
«Lucho por la democracia, por la verdad por la justicia. Lucho por el pueblo de mi país», dijo.
Cada vez más aislada políticamente, agobiada por la peor recesión económica desde los años 30 y con su partido ametrallado por denuncias de corrupción, Rousseff fue suspendida de su cargo en mayo por acusaciones de maquillar las cuentas públicas. (Pulso