Hace varios años que la abstención electoral es uno de los principales temas de debate. En las últimas votaciones a nivel comunal las cifras indicaron una participación del 43% del total del padrón. Ante la incertidumbre de cuánta gente participará el 23 de octubre, los entendidos entregaron sus vaticinios al canal 24Horas.
Según Mauricio Morales, Director del Observatorio Político Electoral de la Universidad Diego Portales, el cambio hacia voto voluntario tiene una consecuencia de baja participación electoral que se ve reflejada de igual forma en otras partes del mundo, como en Suiza y Venezuela, donde también se registran cifras de participación de 40%, por lo que no es un fenómeno único en Chile.
Morales también comenta que en Chile es sustantivamente mayor la participación en los segmentos socioeconómicos altos y va descendiendo de forma acelerada en los grupos con menos recursos. «Eso se llama sesgo de clases, y es lo más preocupante», agrega.
A modo de ejemplo, según datos entregados por el INE y el Servel, en Las Condes la participación bordea el 60% y 70%, en cambio en La Pintana se encuentra en torno al 40%. La teoría «se refleja en las cifras globales, donde los segmentos altos votan entre 15 y 20 puntos más en comparación a los bajos», dice el académico.
Los números lo pronostican. Si desde 1993 las cifras de participación han bajado en cada elección, este 2016 podría ocurrir algo parecido. Marta Lagos, directora ejecutiva del Latinobarómetro, afirma que no hay duda que el fenómeno seguirá a la baja, pero se pregunta: ¿a qué velocidad? Según la experta, factores como falta de candidatos alternativos hace que exista un gran porcentaje de postulantes reelegidos que alejan a los ciudadanos de expresar su voto. (Cambio 21)