Un nieto del expresidente Salvador Allende reclamó hoy a las autoridades noruegas que arresten al exsecretario de Estado de Estados Unidos Henry Kissinger, presente en Oslo estos días, por su apoyo al golpe militar de 1973 en Chile.
Kissinger viajó a Noruega por invitación del Instituto Nobel y la Universidad de Oslo, asistió ayer a la entrega del premio de la Paz al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos -con quien mantuvo una reunión privada-, y hoy pronunciará una conferencia con Zbigniew Brzezinski, antiguo consejero del expresidente Jimmy Carter.
El acto, que tiene el apoyo del Instituto Nobel, se celebrará en un aula de la universidad, y el hecho de que «ninguna de las víctimas de sus crímenes de guerra y políticas criminales» puedan intervenir, ni vayan a ser nombradas, es lo que ha convencido a Pablo Sepúlveda Allende de mandar una carta a esas instituciones.
En «Querida Noruega, arresta a Henry Kissinger, el hombre que planeó el golpe de Estado en el que mi abuelo fue asesinado», carta que hoy reproduce el conservador Aftenposten -el principal diario de ese país nórdico-, Sepúlveda Allende se muestra «conmocionado» por el «homenaje» a Kissinger, que considera una «ofensa».
«A un gobierno que afirma defender la paz y los derechos humanos, como hace el noruego, ¿es mucho pedirle que un criminal de guerra con responsabilidad directa en genocidio, tortura y golpes de Estado sea declarado persona non grata o sea detenido y llevado ante la justicia según la ley internacional?», consta en la carta.
Sepúlveda Allende pregunta también al Instituto Nobel si nadie en esta institución tiene «el valor y la moral suficientes» para retirarle a Kissinger el Nobel que se le otorgó en 1973 por el acuerdo de paz en Vietnam y reparar una «injusticia histórica» en vez de homenajearlo con un acto que es «una vergüenza histórica».
El nieto del expresidente chileno resalta que está «bien documentada» la participación de Kissinger en el golpe de Pinochet y otros golpes y «campañas de terror político» en Sudamérica y en otras partes del mundo.
«Noruega les abrió las puertas a miles de chilenos que huían de un régimen de terror, por eso es incomprensible que Kissinger sea recibido y homenajeado en Noruega con motivo de la entrega del Nobel de la Paz», escribe Sepúlveda Allende.