El 22 de noviembre pasado, Andrés Zaldívar (DC) volvió al Senado tras cerca de un mes de licencia médica, producto de un tumor que le fue extirpado. En entrevista con El Mercurio, dice que bajó seis kilos, pero que ahora se encuentra en perfecto estado para el fragor político y el intenso mes que espera a la DC en enero: elección de la directiva interna y Junta Nacional para revisar la permanencia en la Nueva Mayoría y su definición presidencial.
«Estoy sin ningún problema, con todos los dictámenes médicos favorables, de unos y de otros», afirma.
—¿Va a presentarse a la reelección como senador por El Maule el próximo año?
—Lo que he dicho es que no me voy a jubilar de la política. Creo que sería renunciar a mi forma de entender la vida. Estoy enraizado en esto, me la jugué desde muy joven por ese camino. Y no va a ser el momento en que voy a jubilarme. Pero eso no significa que uno tiene que estar en el Parlamento para no estar jubilado. Yo voy a estar disponible para lo que sea más conveniente para el partido y este resolverá si decide mantener mi presencia en el Parlamento. Yo creo tener las condiciones y energía, y no me parece que tenga impedimentos.
—Usted compitió en una primaria presidencial con Ricardo Lagos. ¿Se ha planteado esa posibilidad ahora?
—Eso fue en otro tiempo. No estoy en condiciones para asumir una responsabilidad de ese tipo. «No es necesario en este momento para la DC cambiar la línea de conducción»
—Uno de los temas que debe resolver la DC el 28 de enero es su definición presidencial. ¿Cuál es su postura al respecto?
—El 28 la DC tomará su decisión de qué camino va a seguir. Si va a ir con candidato único a primera vuelta, si vamos a tener un candidato en primarias o si buscamos un entendimiento dentro de la coalición en torno a un candidato común que se forme. Ahora, hemos dicho que el punto, principalmente, no es tanto el tema de los nombres sino del contenido del programa.
—¿Y cómo debe ser ese programa?
—Queremos un programa claro y preciso, donde dejemos fuera todos los temas en que no estemos de acuerdo y no nos pase lo que nos ha ocurrido en este último período, en que ha habido muchas dificultades en cuanto a la interpretación del famoso programa. La DC da mucha importancia hoy a sus comisiones técnicas que están haciendo una proposición de programa de centroizquierda, donde quepan todos, y nadie proponga imponerle al otro su planteamiento, sino que busquemos puntos de encuentro y donde no haya acuerdo, dejar constancia de eso.
—Usted destaca que debe haber un programa de centroizquierda y que nadie puede imponer a otro su planteamiento. ¿Cree que a veces hay intentos de que la coalición se mueva más a la izquierda?
—Hay una presión para una punta más de izquierda que de centroizquierda. No quiero mencionar quiénes, pero algunos han pensado legítimamente que pueden imponerles sus ideas a los otros. —Otro tema que debe definir la DC en enero es su próxima directiva.
-¿A quién respalda usted?
—Apoyo a Carolina Goic. Creo que no es necesario en este momento para el partido cambiar la línea de conducción. Y creo que ella va a tener un respaldo importante en la militancia, un respaldo muy transversal.
LAGOS: UN LIDERAZGO QUE NO PODEMOS DESCALIFICAR
—Usted dijo hace un año que Ricardo Lagos era una buena opción. ¿Sigue pensando lo mismo?
—Yo creo que Ricardo Lagos es una de las opciones que tenemos y con eso no quiero descalificar a ningún otro. La DC también tiene el derecho a poder proyectar nuestros liderazgos y ojalá que lo tengamos. Y en el caso que decidamos que tenemos que participar con otros liderazgos, insisto, tenemos que hacerlo sobre la base de llegar a un acuerdo de tipo programático claro y preciso de centroizquierda.
—¿No le preocupa que Lagos no despegue en las encuestas?
—Una vez que se despeje el tema presidencial puede ser que se dé un vuelco. No creo que hoy estén todas las cartas echadas. Estamos en un proceso bastante más confuso que el que permita decir con claridad por ahí vamos. Pero insisto, Lagos es uno de los posibles liderazgos que no podemos descalificar ni dañar. Es malo cuando hay gente que está tratando de descalificarlo.
—¿Usted lo prefiere a José Miguel Insulza o Alejandro Guillier?
—Fue por el primero que me pronuncié y no he modificado mi posición, pero con respeto a los demás. Ninguno debe ser descalificad.
—¿Qué le parece llegar con un candidato DC a primera vuelta?
—No soy partidario de llegar con la DC a primera vuelta por una razón práctica, aunque otros crean que es diferente. Indiscutiblemente que si vamos con candidatos separados en la Nueva Mayoría, la tendencia será a que vayamos en listas parlamentarias separadas, y eso puede provocar un daño electoral que perjudique al partido que quede en solitario. Entonces la DC debe ser muy realista en eso. Yo voy a plantear mis tesis dentro del partido, pero acataré lo que el partido resuelva.
—Más allá de primera vuelta o primaria, ¿cree que es realista insistir con un candidato propio si ninguna figura DC es destacada en las encuestas?
—Yo personalmente creo que no estamos en condiciones de llevar un candidato propio porque no tenemos un liderazgo fuerte efectivamente, y he sostenido dentro del partido que lo importante es proyectar liderazgos y no matarlos. Porque muchas veces, llevando candidatos a una aventura de tipo electoral, una primaria, para después salir tercero o cuarto, vamos más bien a destruir el liderazgo que potenciarlo para el tiempo próximo.
—¿Como ocurrió con Claudio Orrego?
—El caso de Claudio, sin perjuicio de que él ha vuelto a repotenciarse y está dentro de los liderazgos de la DC del próximo tiempo. —¿Entonces cree que sigue vigente la opción de no llegar con un candidato propio a la primaria tampoco? —Es perfectamente posible, eso lo decidirá la Junta. Es una alternativa. Hoy, si me pregunta, he escuchado más voces por el candidato a primera vuelta, pero más que nada en el mundo directivo que en la base. Esa discusión la haremos en la Junta. Yo creo que el camino de la primera vuelta nos lleva a iniciar casi un proceso refundacional del partido. Nuestros fundadores lo hicieron y pasaron 20 años en el desierto. Es un camino posible. No sé si existe la mística de los años 50 y 60 para asumir ese camino ahora y volver al desierto.
—¿Perdió la mística en la DC?
—El partido ha pasado por procesos muy difíciles. Por 20 años no conocimos las victorias. Luego tuvimos un paso por el desierto con la dictadura, pero fuimos capaces de sostenernos en ese desierto y después llegamos a ser más de la mitad de la Concertación. Hoy somos un tercio y podemos hacer ese camino por el desierto. Eso nos haría aceptar que podemos tener un efecto electoral con menor representación parlamentaria con un partido más aislado. Pero no creo que esté el momento político para eso. El partido debe pensar seriamente hacer una reafirmación programática clara, con diez o doce ideas claras. No un mamotreto. Algo como lo que hicimos en el tiempo de Frei padre, en que estábamos detrás de la chilenización del cobre, la promoción popular, la reforma agraria y educacional. Siete u ocho elementos que nos llevaban a un proyecto de país que queríamos construir. También una definición de alianzas claras. El partido debe definirse por una coalición de centroizquierda, no con la derecha, aunque algunos quisieran.
—¿Por qué se perdió épica en la DC?
—Es un fenómeno nacional y mundial, estamos en otra. La gente ha perdido interés en la política y tiene un prejuicio ante los políticos. No somos los más considerados y eso se transmite en internet y las redes sociales. Muchas veces la DC y otras fuerzas son miradas con desconfianza por estos movimientos sociales que irrumpen con nuevos estilos.
CONVICCIONES
—El último comité central del Partido Comunista resolvió que había que aprobar la reforma educacional como lo piden los estudiantes y los rectores. ¿Qué le pareció esa definición?
—No puede ser eso. El parlamentario debe escuchar, reflexionar y resolver de acuerdo a su convicción de lo que sea mejor para el país. Pero si me dicen que debo legislar según lo que diga un determinado grupo social, mejor entonces que se legisle en el mundo social. Cuando uno solamente se guía por lo que opina el mundo social, uno pierde capacidad de definición.
—¿Cree que en la DC ha habido también esa tendencia?
—La DC ha tratado de mantener una línea clara en cuanto a hacer su aporte a la gobernabilidad. A veces hemos tenido discusiones y eso es válido, porque no estamos en la coalición para ser un yes man, sino para aportar con reflexión seria y evitar que se cometan errores. Lo hicimos en la reforma tributaria, en la laboral y en la educacional, y muchos puntos que hoy se intentan rectificar los advertimos en su momento, que era necesario corregir. (El Mercurio/Emol)