Aunque en Evópoli no se han quejado institucionalmente por el arbitraje que realizó Sebastián Piñera para destrabar la lista parlamentaria de Chile Vamos, sí existe malestar en las filas del partido liderado por Felipe Kast.
Irritación que han expresado algunos candidatos que resultaron perjudicados por la mediación, y que ahora deberán replantear sus campañas, que en el caso de varios, como el ex atleta Sebastián Keitel, habían comenzado hace un par de meses.
De hecho, la intervención del ex Mandatario obligó a la tienda política a hacer ajustes a su plantilla y a sus aspiraciones, explorando la posibilidad de trasladar a algunos de sus postulantes a otros distritos.
En este sentido, uno de los más perjudicados con la determinación de Piñera fue el actual presidente de Evópoli, Francisco Undurraga, quien pretendía competir por el distrito 11 (Las Condes, Vitacura y otros), quien al no poder ir con un compañero de lista, estaría pensando en restarse y buscar otra opción.
En la colectividad han preferido no exteriorizar institucionalmente su molestia, y concentrarse en resolver de la mejor forma el mal pie en que quedaron tras el arbitraje del presidenciable. Y es que al partido no le queda más alternativa que aceptar lo resuelto por el empresario, y definir estratégicamente sus candidaturas con el fin de poder sobrevivir legalmente tras los comicios de noviembre. Cabe recordar que la actual normativa exige a los partidos políticos obtener el 5% de los votos validamente emitidos en la última elección de diputados o lograr tres representantes al Congreso en dos regiones distintas.
Tarea que en Evópoli esperan poder cumplir, pero que ahora no le resultará tan sencilla, dada la composición final de la plantilla parlamentaria de Chile Vamos. En el partido asumen que sería un error a esta altura tensionar más las relaciones del bloque, cuando quedan tres días para inscribir las candidaturas, y frente a la necesidad mayor de mantener legalmente con vida a la colectividad.
Se trata de una molestia que va a quedar archivada y que podría reflotar una vez que se conozcan los resultados de la elección legislativa. Porque un traspié de Evópoli será un caldo de cultivo para reflotar el debate interno sobre el domicilio político del partido.
Aunque no lo plantean abiertamente, si la tienda política no logra el mínimo legal para subsistir o no alcanza el resultado esperado, todos los cuestionamientos se van a dirigir al ex Mandatario y al resto de los partidos de la coalición.
El análisis en Evópoli es que Piñera optó por mantener satisfechos a los partidos grandes, especialmente a la UDI, en la mediación que realizó, ya que entiende que ambas colectividades serán su principal soporte político en caso de llegar por segunda vez a La Moneda.
Aunque lo asumen como una movida pragmática, dado el peso electoral de sus socios, en la tienda liderada por Felipe Kast opinan que el ajuste los perjudicó principalmente a ellos. Y la gran disyuntiva que se les genera en el actual escenario es el poco tiempo que les queda a los candidatos que se cambiarán de distrito para hacer campaña y darse a conocer, frente a otros aspirantes de Chile Vamos que llevan más tiempo en terreno.
Lo ocurrido con Evópoli está siendo mirado con atención por otras fuerzas políticas, como Ciudadanos, que en reiteradas ocasiones en el último tiempo ha realizado guiños a ese partido para buscar un espacio de convergencia en el centro.
En la entidad encabezada por Andrés Velasco saben que hasta noviembre no existe ninguna posibilidad de que Evópoli se mueva de Chile Vamos o explore una posibilidad en esa dirección, pero plantean que seguirán haciendo gestos, especialmente ante el nuevo escenario que se abre tras la parlamentaria si es que la colectividad de centroderecha sale esquilmada del proceso electoral.
LA ESTRATEGIA DEL PRI
Aunque en su momento Evópoli cuestionó fuertemente la estrategia del Partido Regionalista de negociar la plantilla parlamentaria con el objetivo de sobrevivir legalmente, ahora la colectividad de Felipe Kast se encuentra en la misma posición. Pero con la diferencia de que se quedó masticando la rabia al ver truncadas sus aspiraciones de obtener un crecimiento mayor en términos electorales y número de escaños al Congreso.
El PRI, en cambio, hizo exigencias acotadas y ajustadas a la meta que se plantearon de conseguir los votos y parlamentarios necesarios para poder continuar existiendo legalmente, asegurando de paso, las candidaturas de su presidenta, Alejandra Bravo, y del secretario general, Eduardo Salas. Aunque ambos no tendrán un camino fácil para salir electos, sobre todo la timonel de los regionalistas, ya que la competencia en el distrito 8 será muy intensa por la cantidad de contendores y la trayectoria de varios de ellos.
Pero precisamente este punto representa una señal de lo que puede terminar haciendo Evópoli en el mediano plazo, ya que a diferencia de sus socios del PRI, en el partido conducido por Francisco Undurraga tienen como propósito consolidar su proyecto político y poder crecer electoralmente.
Y la señal que les envió la UDI y el propio presidenciable es que esa aspiración no será posible por ahora dentro de Chile Vamos. Camisa de fuerza que se hará intolerable si es que los resultados electorales de noviembre son malos para Evópoli.
Una condición base para que el partido no comience a mirar para el lado es que su líder logre salir electo senador en La Araucanía, ya que una derrota de éste, aunque no sea responsabilidad de la coalición, supondrá un misil en la línea de flotación de la colectividad liderada por el ex presidenciable. (Por Carlos Cuadrado S./El Muro)