Un fuerte emplazamiento realizó ayer el fiscal nacional, Jorge Abbott, a aquellos empresarios que se han visto involucrados durante los últimos años en hechos de corrupción.
Ayer, el persecutor participó en el seminario internacional organizado por la Contraloría General de la República, “Objetivos de Desarrollo Sostenible y Fiscalización”. El tema analizado fue el impacto de este tipo de delitos y el rol de ambos organismos en su persecución.
“La diferencia entre quien realiza un portonazo con el gerente que se coludió es que quien hace el portonazo probablemente tuvo deserción escolar temprana y vive en un entorno extraordinariamente débil. En cambio, el gerente sí tuvo buena educación y una buena familia. En consecuencia, nos parece bastante más reprochable la conducta del segundo”, dijo.
En este sentido, la máxima autoridad del Ministerio Público sacó al pizarrón lo ocurrido con el caso de colusión del papel tissue, por el que CMPC deberá indemnizar con siete mil pesos a cada chileno mayor de 18 años, es decir, cerca de US$ 150 millones.
“El caso de colusión más importante que actualmente está vigente significa que la empresa que se coludió con otras firmas tiene que pagar más de US$ $ 100 millones a los consumidores. Eso equivale a mil portonazos”, agregó, y dijo que “la corrupción no sólo está en el ámbito público, sino también en el privado”.
En su intervención, el contralor general, Jorge Bermúdez, indicó que en Chile existen tres niveles de corrupción. El primero, y más grave de acuerdo a la autoridad, está compuesto por el soborno, el fraude y la apropiación indebida.
“Si tomásemos el caso de Chile, llegaría a la conclusión de que su nivel es relativamente bajo”, indicó el contralor. Sin embargo, puso en duda su análisis optimista en otros tipos de hechos irregulares, como los conflictos de interés, el tráfico de influencias y el nepotismo. “Si tomamos en cuenta este segundo nivel, mi evaluación de Chile no sería tan positiva. Son formas mucho más sutiles y silenciosas de corrupción”, aclaró.
En la actividad, a la que asistieron diversos contralores y subcontralores de Entidades Superiores de América Latina, Abbott también consideró que Chile aún se encuentra lejos de los niveles de corrupción que existen en otros países. Según las cifras que expuso el propio persecutor, el 0,2% de los 1,3 millones de denuncias en general se relacionan con estos casos.
No obstante, en 2016 se alcanzó el mayor número de estas en los últimos nueve años, con 1.640 casos abiertos, respectivamente. (La Tercera)