Acuerdo UE-Chile: ecologistas advierten sobre efectos del comercio en el agua

Acuerdo UE-Chile: ecologistas advierten sobre efectos del comercio en el agua

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«Tanto con el tratado que se está negociando con la Unión Europa como con los otros convenios de libre comercio que negocia Chile tenemos un problema de desinformación. Nos preocupa especialmente lo que se refiere al incremento de las exportaciones agrícolas y mineras por su impacto en el agua”, dice a DW Alexander Panez, encargado de comunicación internacional de la organización MODATIMA (Movimiento de Defensa por el acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente).

A varias  semanas de que se presentara el estudio oficial del impacto que podría tener la modernización de acuerdo, MODATIMA no tenía noticia de él. Las instancias europeas encargadas subrayan, no obstante, la transparencia de estas negociaciones.  En su visión, no hay  peros a la modernización de este acuerdo.

DE UN GRAN A UN MEJOR SOCIO

Según información oficial, el acuerdo de Asociación UE-Chile ha potenciado la relación comercial: la liberalización del comercio de bienes y de servicios, la regulación de las inversiones, de la propiedad intelectual, la cooperación aduanera. También las regulaciones fitosanitarias han hecho lo suyo para que la UE sea el tercer socio comercial de Chile, después de China y Estados Unidos. 

Chile Trockenheit Fluss in Planilla (Modatima)

Sin embargo, «el mundo ha cambiado”, subrayan una y otra vez fuentes europeas. Y se hacía imperativo modernizar el contrato entre ambas partes. Inversiones, medio ambiente, género, economía digital, subsidios, compras públicas… Todos rubros modernos que se incluyen en este acuerdo de la UE con uno de sus mejores socios en América Latina. El comercio y las inversiones se favorecerían, también.

Según Eurostat (2018), en el rubro de productos agrícolas y minería, Chile es casi exclusivamente proveedor. Esto da pie a la preocupación. Más aún cuando precisamente en esos temas prevé el estudio algún efecto negativo. El acuerdo, según el informe, deberá prever medidas para paliar el impacto en el agua que la, probable, intensificación de la explotación minera y agrícola tenga en el medioambiente chileno.

MEDIOAMBIENTE Y POBLACIONES

«El acuerdo de modernización podría incrementar en Chile (debido al incremento del sector aceitunero y otros) la presión existente sobre la tierra y el agua afectando negativamente el derecho a un medio ambiente limpio y al agua”, consta en el informe.

«Dada la situación crítica y dramática que estamos viviendo – con la mayoría de las cuencas de los ríos en la parte norte y centro del país sobreexplotadas,  hay más litros de agua entregada a actores privados del agua disponible- las recomendaciones de ese estudio de impacto son demasiado ambiguas”, dice Panez.

Si el caso de Petorca llamó la atención internacional, en este momento Llay Llay, Panquehue, Hijuelas estarían en la misma situación. «Hay comunidades campesinas que han decidido dejar de serlo por falta de agua”, dice Panez.

«Los informes internacionales que hemos recibido alertan de una crisis en 30 años. Pero nosotros, que venimos alertando de esto desde hace 10 años, insistimos en que la crisis es hoy”, dice Panez. El hecho de que la frontera agroindustrial se expanda tanto hacia al norte como al sur -por el aguacate, la cereza (un producto en auge de exportación hacia China), como por los cultivos de avellana (destinados al mercado europeo)- preocupa .

RESPONSABILIDADES COMPARTIDAS

En esta situación, y con voces europeas que ponen la responsabilidad de proteger a sus poblaciones más bien en sus contrapartes, organizaciones como MODATIMA querrían no tañir las campanas.

UE-Chile: más comercio, más paltas, ¿más agua? Como verdadera participación de la sociedad civil, «deberíamos lograr amarrar al Estado chileno a una regulación ambiental que no sólo prevea la cantidad de superficie plantada y la cantidad de agua, sino que también el tipo de características territoriales para cada clase de plantación. En Petrorca, el 60% de sus plantaciones están ocupadas por productos de zonas subtropicales”, lo que es un gran problema, concluye Panez. (DW)

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