En la tarde del 1 de junio pasado, el alcalde de Machalí (Región de O’Higgins), José Miguel Urrutia, dijo en su comparecencia ante los diputados de la comisión investigadora parlamentaria del caso Caval, que esta indagación, que involucra al hijo de la Presidenta Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos, a su esposa Natalia Compagnon y al socio de ésta, Mauricio Valero, en cierta forma había sido «positiva» para la comuna y para él.
«Hoy este alcalde es más famoso», dijo en tono de broma esa tarde en el ex Congreso Nacional en Santiago.
«Nos dimos a conocer a nivel de país, quién era y dónde queda Machalí. A nosotros nos interesa que la gente hable de nuestra comuna de buena manera. Yo nunca me imaginé que nos iban a conocer tanto por este caso. Si viene el hijo de la Presidenta a invertir en Machalí es porque algo está pasando en nuestra comuna», sentencia el jefe edilicio que ha vivido toda su vida en la zona.
Pero acto seguido, sostiene que analizando fríamente la situación, la parte negativa es que el caso ha provocado graves consecuencias en el desarrollo de la zona denominada Carretera de Cobre, o sea el sector en el que están emplazadas las 44 hectáreas adquiridas por Caval tras obtener el préstamo de $6.500 millones de parte del Banco de Chile.
PLANO REGULADOR
El alcalde Urrutia explica que lo bullado de la investigación ha provocado, por ejemplo, el retraso en la definición del plano regulador de la comuna, proyecto que fue frenado por el Ministerio de Vivienda a raíz de las polémicas aparecidas, que incluso llevaron al seremi de de la cartera de la zona, Wilfredo Valdés, a renunciar a su cargo, luego de que fuera citado a declarar como imputado.
De hecho, fue tanto el impacto que si bien los primeros proyectos de cambio al plano regulador incluían los terrenos de Caval – o sea la zona sur de la Carretera del Cobre-, la última propuesta llegada al municipio desde la seremi de Vivienda ya no incluían esa zona, situación a la que se van a oponer, porque según señalan en la entidad permite que sigan instalándose algunas empresas que pueden ser dañinas para la comuna y su imagen.
Cabe destacar que, cercano a la zona en que Caval compró los predios están los colegios y viviendas más caros de la Región de O’Higgins.
«Con esto se nos paraliza toda la proyección hacia la carretera y todos miran hacia el oriente de nuestra comuna, porque Rancagua no tienen dónde más crecer», sostiene.
Así, agrega que «la única alternativa que tiene Rancagua para crecer es hacia arriba, en cambio nosotros tenemos terrenos hasta el límite con Argentina. Tenemos 2.500 kilómetros de superficie y somos los que más podríamos crecer».
Urrutia agrega que a esto se suma el impedimento de que se puedan construir servicios en esa zona como por ejemplo hoteles, clínicas o supermercados.
El edil detalla que hoy en día de las 44 hectáreas que compró Caval, sólo cuatro están registradas como urbanas, por lo que se puede construir, pero las 44 restantes están como zona agrícola y no se puede edificar.
Asimismo, la falta de regulación definitiva ahuyenta a los inversionistas, pues arriesgan fracasar en sus iniciativas.
PROYECTO DE CODELCO
El alcalde de Machalí hace hincapié en que otra consecuencia negativas del caso para la zona es que se frenó una iniciativa de la cuprífera estatal Codelco.
Se trata de un edificio corporativo para el proyecto minero denominado «Nuevo Nivel Mina El Teniente», que se iba a instalar en terrenos contiguos –cuatro hectáreas- a los adquiridos por Compagnon y Valero.
«Eso significaba permiso de edificación, trabajo la comunidad y la alternativa de que otras empresas llegaran también con esos trabajos. Este se iba a iniciar en 2017 y la proyección minera se iba a prolongar unos 50 años más. Con esto se iba a generar trabajo para más de 2 mil personas que iban a llegar a la comuna», sostuvo.
FACTOR SOCIAL
Por su parte Miguel Morales , secretario comunal de planificación (Secplac) de Machalí y quien acompañó al edil en su comparecencia ante la comisión investigadora del caso en Santiago, coincide con el diagnóstico que realiza el alcalde Urrutia, en cuanto al impacto del caso en la comuna, pero agrega otro antecedente, el factor social.
Según explica a Emol, con la publicidad del caso se ha visto seriamente afectada la imagen de los funcionarios del municipio.
«Yo aclaro que nosotros nunca escuchamos hablar las palabras Caval, Compagnon o Valero. Hoy la imagen de los funcionarios está afectada porque la gente piensa que todos estamos vinculados y resulta que detrás de ellos hay familias», finaliza.