En el marco del caso Penta y a un año de dejar el poder, el senador Andrés Allamand está lejos de hacer un diagnóstico negativo de la difícil situación por la que pasa su coalición.
El parlamentario se refiere a la separación entre la política y los negocios y asegura que fue el primero en plantear el tema a mediados de los años 90. «Sin restarle en ningún milímetro de gravedad a los casos Penta y Caval, no hay que confundirse: Chile no es un país de empresarios mafiosos y de políticos corruptos», afirma Allamand en entrevista con «El Mercurio».
El parlamentario de Renovación Nacional señala que «no hay duda de que estamos frente a una crisis severa», pero asegura que hay una actitud «de ver solo los apectos negativos y eso podría generar daños irreparables tanto a nuestra conviviencia interna como a la forma en que se percibe al país». Caso Penta y Caval Allamand asegura que no hay que bajarle el perfil al caso Penta ni al caso Caval y señala que «tenemos que avanzar en un conjunto de reformas que apunten a aumentar las sanciones para los delitos de cuello y corbata, establecer un nuevo marco regulador para el financiamiento de los partidos y de las elecciones».
«Yo valoro que Sabas Chahuán haya asumido personalmente la causa y espero que ese mismo criterio se aplique en el evento que aparezcan antecedentes adicionales en el llamado caso Caval, más aún si el principal inculpado es el hijo de la Presidenta de la República», agrega.
Respecto a los efectos de estos casos, el senador señala que «en el Gobierno es de alto impacto, porque tenía un gran capital, un activo intangible extraordinariamente fuerte, que era la imagen presidencial, y quedó resentida». En esa línea aseguró que este gobierno «está cometiendo el mismo error que el anterior» refiriéndose al de Sebastián Piñera. El parlamentario asegura que «tenemos a la política bajo sospecha, una crisis de credibilidad en el sistema político». (El Mercurio)
