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Andrade (PS): "Solución a la crisis política es que la justicia haga su pega"

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Pese a que ha sido, en público y en privado, uno de los más críticos al manejo del gobierno frente a los casos Penta-SQM y Caval, el diputado Osvaldo Andrade evita ahondar en los cuestionamientos y recalca la urgencia de concentrar esfuerzos en buscar soluciones a la crisis política, justamente el aspecto que abordará el próximo 11 de abril, en el último comité central en el que participará como presidente del PS.

En todo caso, advierte la necesidad de mantener un discurso “inequívoco” frente a los hechos que investigan los fiscales Sabas Chahuán y Carlos Gajardo, en línea con la tesis del “caiga quien caiga” que busca imponer un sector mayoritario del oficialismo.

Ud. va a abordar los casos Caval y Penta-SQM en el comité central del PS, el próximo 11 de abril. ¿Ve alguna solución para salir de esta crisis?

Sí, claro: que la justicia haga su pega. Esa es la solución. Esto no se arregla si no queda claramente establecida la verdad. En paralelo, hay que ir generando iniciativas, legislativas y administrativas, para resolver los problemas que ya hemos pesquisado.

Pero esto está recién comenzando. Varios dirigentes de la Nueva Mayoría dicen que podrían aparecer muchos más parlamentarios y gente de la Nueva Mayoría vinculada con boletas a SQM…

Yo no me incorporo en la vorágine de las especulaciones. Cuando se producen estas situaciones, se produce un ejercicio malsano, que es que todo el mundo anda preguntando por todo el mundo. No hay ejercicio más inútil que ese. Yo sé que tenemos un problema grave. Y me da lo mismo quiénes sean los involucrados. Sean amigos o adversarios.

¿Es inevitable que estos casos terminen golpeando fuertemente a La Moneda, si es que aún no ha ocurrido eso?

Eso ya sucedió. Es cuestión de ver los últimos datos estadísticos de las encuestas. Ha sido demoledor. Para el gobierno, lo más grave ha sido lo de Caval. Pero eso de distinguir a quién ha golpeado más o menos también es un ejercicio inútil. Esto ha golpeado sistemáticamente a todo el sistema político.

¿Se hicieron bien las cosas en La Moneda para evitar eso?

Es que esa es otra discusión inútil. Lo que hay que hacer es no volver a cometer los errores. En su momento yo hice un juicio, pero no me voy a quedar en eso, porque esto hay que resolverlo, no hay que solazarse en el diagnóstico.

¿Cómo se explica que un gobierno con tan alto desempeño legislativo -con reformas emblemáticas- tenga tan baja popularidad?

Eso es parte de la solución del problema. Yo soy de aquellos que dice que lo primero -y felicito al gobierno, porque lo ha ratificado- es que el impulso transformador de este gobierno no puede amainar. Hay que ratificar con fuerza y hechos concretos que las reformas sustantivas que Bachelet le propuso al país se mantienen en el compromiso de su cumplimiento. Es verdad que estas cosas influyen mucho, pero el gobierno no puede paralizarse. Eso significa gobernar, y ahí hay mucho por hacer.

¿Se menospreciaron estos casos? 

Yo creo que hubo un momento en que la apreciación de la situación de descrédito fue débil. No se dimensionó en un principio la gravedad del problema. En eso hubo un error compartido.

¿Quién es responsable de eso?

Es que, ¿sabes lo que me pasa? A mí me dan lo mismo las responsabilidades ahora. No estoy en la tesis de la inquisición. Si yo dijera que la responsabilidad es de ‘A’, entonces la solución del problema es súper fácil: me deshago de ‘A’. Pero este problema es  más complejo. Es como esta frivolidad que pasa ahora. Hay personas que se dan el gustito de debatir respecto a si se hizo bien o no el informe de meteorología, mientras en Copiapó todavía hay gente en el barro. Habrá tiempo para discutirlo y habrá que hacer una evaluación exhaustiva, pero hay cosas que tienen su tiempo. Lo mismo pasa en este otro caso: ya no hay tiempo de evaluaciones.

Hay quienes plantean que en este gabinete faltan personas con mayor experiencia política, como Camilo Escalona o José Miguel Insulza…

No creo que esto sea un problema generacional ni nada de eso. Buena parte de los que están metidos en estos líos son personas que tenían mucha experiencia. El caso MOP-Gate lo enfrentó gente de mucha experiencia, y se terminó con un ministro preso, dos diputados destituidos y con las reformas sociales importantes del Presidente Lagos abandonadas. Esa experiencia no la quiero repetir.

José Antonio Viera-Gallo escribió en el diario Financiero que “el país demanda una clara conducción política, que abra una nueva etapa para resanar la democracia nacional”. ¿Acaso usted no está en esa línea? 

Es que yo no me siento compelido ni a respaldar ni a no respaldar a Viera-Gallo. Los eslogan están de más. ¿Alguien puede poner en duda que ante una situación compleja se requiere una ‘clara conducción política que abra una nueva etapa’? Discúlpeme. ¿Alguien podría decir algo distinto? ¿Qué tiene de novedoso? ‘Necesitamos crecer’. ¿Alguien podrá decir ‘no, no necesitamos crecer’? Si lo que quiere decir el ex senador Viera-Gallo es que hoy día no hay eso, entonces que lo diga así, pues. ¡Que se moje los pantaloncitos y lo diga! Y yo le voy a decir que está equivocado, porque ese liderazgo existe. Ahora, por cierto que también ha sido maltratado por esta situación, pero ese liderazgo existe y obtuvo el 62% en las últimas elecciones presidenciales. Estoy aburrido de estos eslogan que disfrazan una crítica, pero no la formulan. Yo no entiendo así la política. En la política hay que ser clarito.

Por eso mismo, le pregunto a ud. por la conducción política…

Se han cometido errores. Lo he expresado con nombre y apellido, no con eslogan, con cuestiones concretas, no con eslogan. Yo no tengo ningún problema para expresar mi opinión directamente al señor ministro del Interior, pero no lo voy a salir a gritar por la calle.

Siempre se dice que los ministros deben actuar como fusibles para evitar daños al Presidente de turno. ¿Cree que Peñailillo ha ejercido a cabalidad ese rol?

El rol de fusible es una afirmación político-técnica que yo comparto. Ahora, hay un electricista que determina cuándo opera el fusible o cuándo no. Cuando uno dice que la designación del gabinete es una decisión única y exclusiva de la Presidenta del país, y nosotros vamos a respaldar las decisiones que tome en esa dirección, ya sea para ratificar o para hacer cambios, estas cosas uno las tiene que decir en serio. Esto significa que ella sabe cuándo opera el fusible. Ella tendrá que tomar la decisión cuando le parezca.

¿Y usted ve que él ha operado de esa forma?

¿Quién define ese rol? El propio ministro y la Presidenta. Ahí no operan otros electricistas en ese fusible.

¿Usted cree que hay una “cacería de brujas”, como dijo Peñailillo?

No. Yo creo que hay que hacerse cargo de que hay un ambiente general de sospecha. Esos son los hechos, nos gusten o no nos gusten. Y cuando se dice que las instituciones deben jugar su rol y que vamos a respaldar a la justicia, creo que hablar de ‘cacería de brujas’ es desafortunado. Puede ser una frase equívoca en el contexto de que pudiera interpretarse como una interferencia a lo que está haciendo la justicia. Ahora, sin ánimo de interpretar al ministro, porque sería un abuso de mi parte, mi impresión es que él intentó decir que este ambiente de sospecha no llegue al extremo de sancionar a las personas antes que se acredite su responsabilidad. Y esa preocupación la comparto. ¿Cómo se resuelve esto? Bueno, que la justicia haga su pega.

Se vio un cambio de discurso entre esa frase y lo que el ministro decía cuando aún no se había vinculado a ningún parlamentario o ex autoridad de la Nueva Mayoría ni al subsecretario  Baier…

En esto hay que tener un sólo mensaje, súper inequívoco: que la justicia haga su pega, le duela a quien le duela. Lo demás es música. Y hay que colaborar con eso. ¿Cómo se colabora? Institucionalmente y con menos frases. ¿Sabe cómo se colabora en estas cosas? Haciéndose parte de los procesos. Todo el mundo habla, pero yo pediría que se hagan parte. Los socialistas hicimos una cosa distinta, pues: nos querellamos. ¿Y qué pasó con los demás? Yo le quiero decir que cuando presentamos la querella fuimos objeto de críticas. Se nos dijo que era inoportuna, que nosotros éramos oportunistas y que era una señal equivocada. Los propios nuestros nos dijeron eso. (La Tercera)

 

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