La fiscal encargada de la causa sobre la muerte de Alberto Nisman, Viviana Fein, detalló hoy que según los datos de la autopsia el disparo que lo mató se realizó a una distancia no mayor a un centímetro desde el arma encontrada junto al cuerpo, desmintiendo de paso versiones de prensa que hablaban de 15 o 20 centímetros.
«El arma fue apoyada sobre la sien. No hay distancia. La autopsia es la única medida de prueba», aseguró Fein, en conversación telefónica con el canal Todo Noticias. «El arma se disparó a una distancia no mayor a 1 centímetro», recalcó y detalló que la bala «atravesó la masa encefálica sin orificio de salida y causó la muerte instantánea según la necropsia».
«El proyectil secuestrado en la masa encefálica se correspondió de manera categórica al arma calibre 22 encontrada en el lugar del hecho», dijo la fiscal Fein y apuntó que la hora aproximada de muerte es «al mediodía del día domingo». «En el expediente previo a la autopsia, me informaron que no se infiere la participación de terceras personas por dos causas, en primer lugar por el espasmo cadavérico que presentaba la mano, y por el otro, falta de lesiones traumáticas en el cuerpo de Nisman», continuó la fiscal.
Nisman falleció el pasado domingo, cinco días después de haber interpuesto una denuncia contra la presidenta Cristina Fernández, el canciller, Héctor Timerman, y varios dirigentes oficialistas por presuntamente haber orquestado un plan para encubrir a los supuestos responsables iraníes del atentado contra la mutual judía AMIA en 1994, a cambio de intensificar las relaciones comerciales con Irán.
VERSIONES ANTERIORES
Un peritaje balístico realizado por la policía argentina determinó, según adelanta el diario Clarín, que el disparo que provocó la muerte del fiscal Alberto Nisman se habría producido a una distancia de entre 15 y 20 centímetros de su cráneo.
Este antecedente sería expuesto en un próximo informe de la Policía Federal, el cual incluiría antecedentes de la autopsia practicada a los restos del Fiscal Especial de la Unidad AMIA. Fuentes judiciales que investigan el caso, dijeron al diario bonaerense que si el gatillo de la pistola Bersa calibre 22 se disparó a dicha distancia, se pone en duda— aún más— la hipótesis de suicidio.
El miércoles pasado, el mismo periódico aseveró que vinculados a la investigación dijeron que «no se apoyó la pistola en la cabeza de Nisman» sino que el disparo «se habría hecho desde algunos centímetros de distancia de la sien, lo cual sería absolutamente anormal para un caso de suicido».
Otro antecedente relevante del informe adelantado por la prensa trasandina, indica que «si el disparo de una Bersa calibre 22 -que es de baja velocidad- se produce pegado al cráneo, el tiro queda adentro, no tiene orificio de salida y, si lo tiene, es limpio. Si se aleja, el proyectil de la Bersa Calibre 22, la bala toma velocidad y produce otros efectos sobre su blanco. Para el caso de Nisman se informó que había perdido bastante masa encefálica».
Por otra parte, las manos del fiscal experto en terrorismo no presentaban rastros de pólvora. Su cuerpo tampoco tenía hematomas del golpe que debería haber recibido al caer tras el disparo. Esta semana, la Presidenta Cristina Fernández dijo estar segura de que la muerte de Nisman no fue un suicidio. Con esta declaración salió al paso de las acusaciones que la apuntan como responsable de su muerte.
Nisman murió pocas horas antes de presentar una denuncia que acusaba a la Presidenta Cristina Fernández de encubrir la participación de Irán en un atentado antisemita en 1994. El fiscal aseguraba que la viuda de Néstor Kirchner lo hizo con fines económicos. (Emol)