El ataque del 2 de junio en un casino de Manila, capital de Filipinas, que terminó con 37 muertos, fue obra de un exempleado del ministerio de Hacienda que se encontraba endeudado. Con esto se descarta la sospecha del ataque terrorista del que se habló en un comienzo, según informó al Policía.
El sospechoso, identificado como Jessie Carlos, de 42 años y padre de tres hijos, había sido despedido del Departamento de Finanzas filipino por haber mentido en declaraciones juradas sobre sus deudas, agregó el director de la policía local Oscar Albayalde. «No fue un acto de terrorismo, sino la acción de un hombre que actuó en solitario», dijo Albayalde.
La identidad del atacante fue confirmada por sus familiares, así como la deuda que tenía, la que ascendía a 80 mil dólares. Según Albayalde, el atacante había vendido propiedades para satisfacer su adicción al juego.
El presidente filipino, Rodrigo Duterte, había descartado de inmediato que el ataque fuese obra de la milicia yihadista Estado Islámico (EI), a pesar de que los islamistas reivindicasen lo ocurrido e incluso diesen el nombre del presunto atacante. (DW, ape, dpa)