Era un tema que estaba dando vueltas en el Banco Central. Y por lo mismo ahora se ratifica la preocupación que el ente rector mostraba. En el Informe de Política Monetaria (Ipom) de junio, el instituto emisor subió su proyección de inflación para este año de 3,8% a 4,2% y para el próximo de 3% a 3,6%.
De acuerdo al BC, “las proyecciones de inflación total suben de manera importante, en particular durante 2025. En ello influye el impacto del shock de oferta asociado a precios de la electricidad más elevados y un mayor impulso de la demanda interna”.
La proyección considera que la inflación anual cerraría 2024 en 4,2% (3,8% en marzo). En 2025, culminaría en 3,6% (3,0% en marzo), con una inflación promedio que sería 1,1 pp mayor durante ese año. Su convergencia a 3% ocurrirá en la primera mitad de 2026″, dice el informe.
Así se posterga el retorno a la meta de inflación en Chile, según la estimación del ente emisor.
En ese sentido, subrayan que “las perspectivas para la inflación subyacente contemplan efectos indirectos acotados de la actualización tarifaria, que se refieren a los ajustes de costos en las empresas con tarifas reguladas y procesos de indexación de precios y salarios acordes con lo habitual”.
Por lo mismo, dicen que “las proyecciones para ese componente también incluyen el impacto del mayor gasto impulsado por el sector externo. Parte de estos efectos es compensada por un TCR que, respecto de marzo, adelanta su ajuste y converge a niveles más apreciados a lo largo del horizonte de proyección. Ello incide a la baja especialmente en la inflación proyectada de bienes”.
En relación al crecimiento, la entidad presidida por Rosanna Costa proyecta que para este año se espera que el PIB crezca entre 2,25 y 3,0%. Este rango mejora en relación al piso de 2% que la entidad había previsto en marzo. Según describen, el ajuste en relación con el rango previo se asocia a mejores datos efectivos por el lado del gasto y los alcances iniciales del alza del precio del cobre.
«El ajuste en relación con el rango previo (2,0-3,0%) se asocia a mejores datos efectivos por el lado del gasto y los alcances iniciales del alza del precio del cobre. A mediano plazo, los efectos de este último elemento se compensan con el impacto negativo que tienen los reajustes de las tarifas de electricidad en el ingreso disponible de los hogares», señala el documento.
A mediano plazo, los efectos de este último elemento se compensan con el impacto negativo que tienen los reajustes de las tarifas de electricidad en el ingreso disponible de los hogares. Ello incide en la mantención del rango de crecimiento entre 1,5 y 2,5% para 2025 y 2026. (Emol-La Tercera)