El Banco Central presentó esta mañana su segundo Informe de Política Monetaria (IPoM) del año, en el que puso el foco en el complejo panorama inflacionario por el que atraviesa Chile -y el mundo-, que se ha agudizado producto de la guerra en Ucrania.
«La inflación en Chile ha seguido escalando, alcanzando su máximo nivel de las últimas décadas», señaló la entidad presidida por Rosanna Costa.
El informe precisó que el principal factor detrás de la escalada de precios en Chile «continúa siendo el significativo aumento de la demanda durante 2021», aunque recalcó que «en los últimos meses se ha profundizado el impacto de las altas presiones de costos globales, consecuencia de los mayores precios de las materias primas, la energía y los alimentos».
«Todo esto en un contexto en que se han mantenido las dificultades en las cadenas de distribución global, el peso permanece depreciado y la brecha de actividad sigue siendo positiva», añadió. Por eso, señaló que las perspectivas de inflación de corto plazo aumentan de forma importante, respondiendo a esta suma de factores.
Así, «la mayor persistencia de los elevados costos externos y un consumo más dinámico que lo anticipado, llevan a una revisión importante de la trayectoria de inflación respecto del IPoM previo», subrayó la entidad. En el escenario central, el ente rector estima que la variación anual del IPC seguirá aumentando, hasta valores algo por debajo de 13% durante el tercer trimestre.
«A partir de allí, comenzará a descender, terminando 2022 en torno a 10%, lo que es significativamente superior a lo previsto en marzo», sostuvo. Lo anterior, acorde con los datos entregados hoy por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que informó que en mayo el Índice de Precios al Consumidor (IPC) escaló 1,2%, llevando a la inflación a anual a 11,5%, su mayor nivel en 28 años.
También aseguró que «es relevante» la proyección de inflación subyacente a diciembre de este año, llegando a 2,5 puntos porcentuales por sobre lo previsto en marzo. «En este caso, los principales cambios responden a los mayores precios de los alimentos incluidos en este índice, al efecto del alza del tipo de cambio y a los cuellos de botella logísticos en el precio de los bienes», acotó.
Eso sí, el instituto emisor indicó que hacia 2023 y 2024 el escenario central «sigue contemplando que la inflación total y su contraparte subyacente tendrán un sostenido descenso, ubicándose ambas en torno a 3% para mediados de 2024, el fin del horizonte de política monetaria de dos años».
«En esta proyección, la inflación total cerrará 2023 alrededor de 3%, mientras que la inflación subyacente se ubicará más cercana a 4% anual», recalcó, agregando que «el descenso de esta última será más lento que el de la inflación total y comenzará más tarde que lo previsto en marzo, reflejo de la mayor persistencia de los shocks de costos externos y de la relevancia de los efectos de segunda vuelta». (Emol)