Bancard por dentro

Bancard por dentro

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“El dinero no es todo en la vida; también están las tarjetas de crédito”. Así rezaba, a comienzos de los 90, el cartel que recibía a quienes visitaban la presidencia de Bancard, la empresa que introdujo en Chile el dinero plástico y que cimentó la fortuna de su dueño. La oficina donde estaba ese cartel la ocupaba Sebastián Piñera Echenique, electo senador por Santiago en diciembre de 1989, época en que entró formalmente a la política y declaraba que abandonaría los negocios. “El día tiene 24 horas. Uno tiene una familia y las limitaciones propias de todo ser humano. Por tanto, junto con asumir la responsabilidad política de ser senador de la República, estoy dejando actividades de carácter empresarial”, decía Sebastián Piñera en marzo de 1990. Su actividad empresarial lo ha seguido siempre. En la primera mitad de los 90 vendió los negocios de Bancard a Transbank y entró al rubro de la aviación comercial con una participación relevante en Lan Airlines. Sus movimientos bursátiles se multiplicaron con los años y su cartera de inversiones creció y penetró en diversos sectores, tras sucesivas y certeras apuestas. Los negocios elevaron su patrimonio, pero volvieron para incomodarlo cada vez que quiso avanzar otro paso más en la política. Y aunque vendió el negocio de la administración de tarjetas de crédito, preservó para sí el nombre Bancard. Ahora lo denomina pomposamente Grupo Bancard.

Su holding agrupa hoy a varias sociedades que hacen difícil el seguimiento de sus inversiones. Sus declaraciones de patrimonio de 2010 y 2014 aclaran cuáles son sus dos matrices de negocio: Bancard Inversiones Limitada, donde Piñera tenía el 66,85%, e Inversiones Bancorp Limitada, donde controlaba 9,71%. El resto del porcentaje está en manos de su familia. De ambas sociedades colgaba un grupo de empresas que varió durante los cuatro años de su mandato. Si Bancard Inversiones Limitada participaba en 18 sociedades en 2010, en 2014 eran 12. Otro cambio: en 2010, Bancorp Limitada controlaba Inversiones Santa Cecilia S.A., la que, a su vez, era dueña del 99% de Administradora Bancorp S.A. Su declaración de 2014 ya no consigna a esta última empresa. La distinción es relevante, porque los ve- hículos de negocios que en los últimos años más han operado, según registros públicos, son Bancard International Investment, una sociedad constituida, según Ciper Chile, en las Islas Vírgenes Británicas en 1997, y Mediterráneo Fondo Privado de Inversión (FIP), un instrumento creado a fines de la década del 2000 y gestionado por Administradora Bancorp S.A. Ambas sociedades, que no figuran en la declaración patrimonial que el 12 de marzo de 2014 entregó a Contraloría, fueron las que, en distintos tiempos, invirtieron en Exalmar, la pesquera peruana que generó la última polémica por los negocios del ex presidente. Mediterráneo entró en 2010; Bancard International Investment la reemplazó después. Mientras Piñera era Presidente y Chile y Perú se enfrentaban en La Haya.

Bancard gestiona más de US$ 2.500 millones, estimó el tercero de los hijos del ex Presidente, Sebastián Piñera Morel, hace tres años en la página web de su empresa BP Capital. La cifra exacta, sin embargo, nunca ha sido pública; tampoco tiene obligación legal de hacerlo. La ley de probidad de este año exige que en las declaraciones de patrimonio, las autoridades incluyan ahora, además de la individualización de acciones y derechos en Chile y el exterior, datos precisos sobre su valorización.

Mientras fue Presidente, Piñera entregó a cuatro gestores acciones de empresas chilenas valoradas en cerca de US$ 400 millones. Bancard administró otros US$ 1.700 millones que recaudó en ventas de activos en 2010, fondos que fueron destinados a inversiones en el exterior para evitar los conflictos de interés, dijeron. Cuatro años después, en enero de 2015, los fideicomisos ciegos volvieron al grupo y Bancard, el Grupo Bancard, retomó el control de todo el patrimonio de la familia Piñera Morel. A la cabeza de ello está un ejecutivo que este martes cumplió 39 años, Nicolás Noguera Correa. El “menos joven” de su equipo.

Mejor puntaje, mejor promedio

Nicolás Noguera describió todos sus logros al fiscal Carlos Gajardo el 4 de junio de 2015, la única vez que ha sido interrogado por las tres aristas que la fiscalía indaga sobre las empresas de Sebastián Piñera: un forward suscrito con CB, asesorías millonarias a SQM y pagos realizados por terceras empresas a dos ex ejecutivos de Chilevisión. Todas esas operaciones ocurrieron entre fines de 2009 y comienzos de 2010, un período de campaña electoral en Chile. Noguera estudió Ingeniería Comercial en la Universidad Católica entre 1996 y 2001. Entró con el mejor puntaje de selección y se graduó con el mejor promedio, obtuvo el Premio Miguel Kast, se graduó de un Magíster en Economía Financiera en la UC con el premio excelencia académica, fue ayudante en unos 15 cursos y profesor de Contabilidad y de Introducción a la Economía, enumeró al fiscal Gajardo. En Bancard, el ingeniero cumplirá 15 años de antigüedad en mayo de 2017. Aunque interrumpidos. Apenas egresado, en mayo de 2002, entró a Bancard como analista, pero entre 2005 y 2007 hizo una pausa para estudiar un MBA en Harvard, la misma universidad por donde pasó su jefe. Cuando regresó de Estados Unidos, en 2007, lo hizo a los negocios de Piñera. “Volví a hacerme cargo de la cartera de inversiones con el título de gerente general del Grupo Bancard, si bien formalmente ese cargo no existía, pues el grupo no era una persona jurídica”, relató en su testimonio. En otra declaración, de septiembre de 2015, ante el Servicio de Impuestos Internos, Noguera dijo que su renta líquida mensual en Bancard era de $ 8 millones. Ese año, eso sí, recibió un bono de gestión por su últimos cinco años en el grupo.

En su vida en Bancard, Noguera distingue tres etapas. La primera se inicia con su regreso a Harvard y termina en abril de 2009, cuando Piñera creó los fideicomisos. En esa etapa, su tarea fue el manejo de la cartera de inversiones: activos financieros líquidos riesgosos, como acciones, bonos de alto rendimiento, derivados y hedge funds, en Chile y el extranjero. Una tarea diferente era la gestión de la caja, lo que la industria financiera suele definir como instrumentos de renta fija con vencimientos a menos de un año: activos líquidos de bajo riesgo y bajo retorno. Esa responsabilidad recaía en esos años en Santiago Valdés, gerente de administración y finanzas, quien ocupaba, según Noguera, un cargo paralelo y no de dependencia suya. En el período de 2007 a 2009, Noguera y Valdés rendían cuentas a los directorios y al propio Sebastián Piñera, quien “participaba en la administración de las empresas”. Valdés, hijo de un muy buen amigo de Piñera, Fabio Valdés, fue formalizado en 2015 por delitos tributarios.

La segunda etapa de Noguera en Bancard correspondió al año que medió entre la constitución de los fideicomisos y la llegada de Piñera a La Moneda. El gerente y su equipo siguieron en lo mismo: manejar la cartera de inversiones, pero con el foco fuera de Chile. Ese período coincidió con la crisis subprime y una alta volatilidad en los mercados financieros internacionales. “Tanto yo como el equipo de inversiones debimos poner muchos esfuerzos en desarrollar la plataforma de inversiones internacional de la empresa”, declaró Noguera a Gajardo. Con Piñera abocado a la campaña presidencial, Noguera se apoyaba y reportaba a José Cox, antiguo amigo del ex presidente, director desde 2003 de Administradora Bancorp.

La tercera etapa coincide con el inicio del gobierno de Sebastián Piñera. Santiago Valdés renunció en mayo de 2010 para ir a estudiar al extranjero y Nicolás Noguera asumió la gerencia de otras empresas del grupo. “En la etapa uno había una relación con Sebastián Piñera. Ni en la etapa dos ni en la etapa tres hubo relación con Sebastián Piñera”, dijo Noguera a Gajardo.

El equipo

Un día antes de asumir el mando del país, Sebastián Piñera abandonó la propiedad de otra sociedad de nombre similar a sus otras empresas, Inversiones Bancard Limitada, y su participación fue distribuida entre sus hijos y su esposa, Cecilia Morel. Ese mismo 10 de marzo de 2010, al directorio de otra empresa, Inversiones Santa Cecilia S.A., ingresaron dos de sus asesores más relevantes: el ingeniero comercial José Cox y el abogado corporativo Fernando Barros, quienes compartieron roles con Cecilia, Sebastián y Cristóbal Piñera Morel. Cox y Barros se desplegaron en la mayoría de los directorios, recordó Noguera más tarde. Fueron el refuerzo que el gobierno corporativo que Bancard necesitaba. Cox en los negocios; Barros en lo legal.

Ese año, Bancard intensificó sus inversiones en el exterior por el inusitado flujo de recursos que recibió por la venta de empresas. En tres operaciones distintas, en el primer trimestre de 2010 Piñera recaudó US$ 1.492 millones y se deshizo del 26,4% de Lan Airlines. Más tarde consiguió otros US$ 200 millones por el 9,7% de Clínica Las Condes, el 24,3% de Blanco & Negro y el 100% de Chilevisión. Mucho de ese dinero se reorientó a los brazos del fondo de inversión privado Mediterráneo, el receptor principal del patrimonio de los Piñera Morel. “A fines de 2010, Administradora Bancorp administraba discrecionalmente para Mediterráneo activos por casi US$ 1.000 millones”, recordó Nicolás Noguera en abril de 2015 en el SII. En noviembre de ese año, 2010, Mediterráneo ingresó a la pesquera peruana Exalmar.

Noguera dirige un equipo de inversiones de cinco personas y otro compuesto de administración y finanzas, dos subgerentes, un abogado y personal de contabilidad. El gerente de administración y finanzas es Javier Cavagnaro, y el subgerente, Jorge Ramírez. El equipo de inversiones lo integran Pedro Escobari, como portfolio manager; Tomás Saieh y Andrés Ossa, como investment manager, y Juan Carlos Zegers y Nicolás Vidal, analistas. Todos ellos son, igual que Piñera y Noguera, ingenieros graduados en la Universidad Católica. Un gestor de fondos de terceros cree que el equipo del family office de Piñera es acorde a su tamaño -administra una de las carteras más voluminosas de Chile- y que sus jóvenes integrantes se dividen el trabajo por clase de activos. Por ejemplo, Andrés Ossa está a cargo de los hedge fund, según detalla en su página en LinkedIn. Otro ejemplo: hasta el año pasado integró el equipo Eduardo Befferman, investment manager entre octubre de 2011 y mayo de 2015 y responsable de las inversiones de Bancard en Perú, Colombia y México, declaró al SII en 2015. “Tenemos un comité de inversiones en el cuál él (Noguera) participa, que analiza todas las situaciones y en conjunto tomamos las decisiones de inversión”, agregó. Befferman tenía una renta mensual líquida de $ 3 millones, veía inversiones en el exterior y durante un tiempo controló también la gestión del Complejo Bahía Coique, en el lago Ranco, propiedad de Sebastián Piñera. Noguera sumaba a sus responsabilidades, después de la partida de Santiago Valdés, la relación con Chilevisión y Valle Escondido.

Tras la polémica por la apuesta en Perú, Nicolás Noguera concedió una entrevista en la que explicó que el equipo de inversiones de Bancard es el que analiza las oportunidades. “Las ideas se proponen, discuten y, al final, la decisión final de dónde invertir o no la tomo yo”, aseguró a La Tercera. Noguera fue insistente en desligar a Sebastián Piñera Echenique de la toma de decisiones y resaltó lo complejo que es gestionar una cartera global y diversificada, sobre todo cuando se trata del patrimonio de un ex presidente. “A la luz de lo ocurrido (…) habría sido más prudente no haber hecho esta inversión”, reconoció. Cuentan en la industria financiera que tras la polémica por Exalmar, Noguera ha recorrido oficinas de terceros para explicar lo mismo: el negocio se originó en una invitación de un banco de inversión, se analizó como una buena oportunidad a la que fueron otros grupos chilenos y que no se tuvo en consideración, lamentablemente, el efecto político de la decisión.

Entre 2010 y 2014, Noguera no tuvo a su jefe de siempre, pero sí a uno de sus representantes en materia de negocios: José Cox, otro ex UC que trabajó en Citicorp en los años 80 con Piñera. Una contraparte de Bancard dice que Noguera consultaba a Cox en cuestiones estratégicas sobre las inversiones. Pero no en el día a día. “Tenía bastante autonomía”, dice un inversionista. José Cox declaró en junio de 2015 frente a Carlos Gajardo y también dividió su vínculo con Bancard en etapas. Dos, en su caso. Primero, como director de Bancorp desde 2003, la que tomó relevancia en 2008, con la creación de Mediterráneo. La segunda comenzó el primer año de gobierno de Piñera. “Se me designa director de Bancard y otras empresas de menor importancia, cargos que detento hasta abril de 2014, siempre muy distante de la administración y orientado esencialmente en las inversiones. La empresa Bancard había entregado sus activos en fideicomiso el año 2009, siendo en consecuencia su administración desde el punto de vista del directorio una tarea de menor importancia. En este segundo período, las sesiones de directorio eran tres o cuatro veces al año”, describió el propio Cox.

El equipo de Bancard tiene todo en una misma dirección: Apoquindo 3000, oficina 1701. Un piso más abajo de la oficina de Sebastián Piñera. Esta semana le preguntaron en Radio Cooperativa a Piñera por esa diferencia de solo un piso entre los negocios y la política. Piñera respondió a sus entrevistadores con un ejemplo ad hoc: “Ustedes hace muy poco tiempo atrás operaban en la misma calle que la Radio Bío Bío, pero eran radios independientes…”.

El hijo del Presidente

Sebastián Piñera Morel, ingeniero comercial UC, egresó en 2005 y partió a trabajar como investment banking en IM Trust. El Ministerio Público, en la indagación que dirige el fiscal Manuel Guerra sobre el negocio de Exalmar, pidió a Bancard los correos electrónicos que pudieron haber intercambiado Piñera Morel y Noguera. Es que ambos se conocen bien: Noguera fue, en el papel, el jefe del hijo de su jefe durante tres años. Piñera Morel registra en su currículum el cargo de portfolio manager de Bancard entre 2008 y 2011, donde fue responsable de la selección y evaluación de gestores internacionales de fondos mutuos, private equity y hedge funds. Esa era su clase de activos asignada. Pero también participó en la venta del 26% de Lan y de Chilevisión a Time Warner. Su trabajo en Bancard lo combinó con tareas políticas: de mayo de 2009 a enero de 2010 fue coordinador territorial en el comando presidencial de su padre. Dejó Bancard en septiembre de 2011 para viajar a Stanford, en Estados Unidos, a cursar un MBA. A su regreso, creó su propia empresa: BP Capital, la que ha levantado fondos para invertir en distintas empresas y donde es socio de José Miguel Bulnes, otro ex portfolio manager de Bancard entre 2005 y 2009.

La rúbrica de Sebastián Piñera Morel aparece en algunos documentos que no han sido reprochados por la fiscalía. Cuando los fiscales investigaron sobre el forward con CB, el abogado Juan Domingo Acosta, el penalista que representa a Bancard, hizo llegar al Ministerio Público 48 contratos de forward celebrados por Administradora Bancorp para el FIP Mediterráneo. La mayoría estaban firmados por Noguera y Santiago Valdés. Pero hay varios donde la segunda firma correspondía a Piñera Morel. Por Bancorp, y junto a Noguera, por ejemplo, Piñera Morel suscribió cuatro contratos de compraventa de dólares por un total de US$ 37 millones con el Duestche Bank a fines de enero de 2009, con vencimientos a un mes. Otros contratos con Euroamérica y Banco Internacional tenían la misma doble firma.

Sebastián Piñera padre enumeró esta semana la profesión de sus cuatro hijos: una historiadora, una médico, un sicólogo y un economista. Era lógica, entonces, la presencia de Sebastián hijo, el economista, en las empresas. “El hecho de que mi hijo Sebastián era director no significa que no podamos reconocer que somos personas distintas”, fue su escueto comentario.

Las posiciones

Carlos Peña lanzó hace dos semanas una tesis sugerente. En radio T13, el rector de la UDP constató que Piñera se mostraba dudoso e incierto sobre una nueva candidatura. “Yo creo, pero no es nada más que una hipótesis, que Piñera está con temor de que más cuestiones como la de Perú puedan aparecer y puedan finalmente, reveladas poco a poco, dañar su candidatura”, dijo el 28 de noviembre. Antes había escrito una columna en la que habló de la “incontinencia bursátil” del ex presidente.

El campo de posibles flancos -políticos más que legales- podría ser amplio y desconocido. El día que se conoció la inversión en Exalmar, Piñera dijo que las posiciones que había realizado Bancard en estos años superaban las 100. Y esta semana admitió que quizás pudo ser útil haber establecido ciertos parámetros de guía a las inversiones: por ejemplo, no invertir en países limítrofes mientras él era el Presidente de Chile. Ya son conocidos sus negocios en Perú. No se conocen sus eventuales posiciones en Argentina, cuya Bolsa ha rentado 30% desde que asumió Mauricio Macri, en diciembre de 2015.

Noguera dijo que la cartera de negocios no se revelará por un “principio de reserva estratégica”. Pero la prensa ha iluminado algunas cosas. Desde Bancard International Investment el grupo tiene, además del 9,18% de Exalmar, el 3,58% de otra pesquera: Austral Group. En Perú, además, registra el 6,94% de Andino Investment Holding, un grupo con presencia en numerosas empresas. Ciper constató inversiones en Colombia, vía Bancard International, al cierre de 2015: el 9,9% de la Bolsa de Valores de Colombia; el 1,63% de la distribuidora de combustibles Terpel; el 0,2% de Avianca, y el 0,23% de la eléctrica Isagen.

Menos conocida es la cartera de Mediterráneo. En Perú, el fondo tiene el 11,8% de la Corporación Lindley, la embotelladora de Coca Cola en ese país. También anota posiciones en Brasil. Mediterráneo era accionista hasta al menos abril de 2015 de General Shopping Brasil S.A., una sociedad que opera centros comerciales en ese país, pero que tiene una pequeña capitalización. En Perú, años atrás, mantuvo una presencia de 0,31% en el Banco Continental.

Lo otro que es desconocido es el destino de la cartera de inversiones que durante cuatro años administraron Bice, Moneda, Celfin y LarrainVial. Cada una recibió en 2009 una cartera de acciones y Bancard las recibió de regreso en 2015. En al menos nueve contratos, Piñera les encomendó vender algunas acciones y prohibió reinvertir el dinero en empresas con concesiones o tarifas reguladas por el Estado y en isapres. Pero hubo otra condición: mantener en Chile al menos el 50% de las carteras de inversiones. Esas posiciones regresaron el 2 de enero de 2015 a Bancard y se desconoce su destino final. Esos portafolios pueden tener acciones chilenas diversas: por ejemplo, en una de las cascadas, la misma que antes le ocasionó dolores de cabeza y una pelea pública con Julio Ponce.

Como sea, ninguna de las empresas en las que invierte Bancard tendría tamaños relevantes. Exalmar representa un 0,5% de los activos de Bancard en el exterior, dijo el grupo, lo que valoriza su cartera internacional en US$ 1.800 millones. La clave del grupo posventa de Lan fue la diversificación del riesgo. Si sólo la mayor aerolínea latinoamericana representaba casi dos tercios del patrimonio completo de Piñera, su venta lo forzó a rediseñar su estrategia de inversiones de otro modo. Ahí está la clave del nuevo Bancard: ahora tiene inversiones de portafolio, no porciones significativas de empresas que hayan requerido due diligence y designación de directores. Un administrador de fondos revela que esa fue la estrategia que difundió Nicolás Noguera en 2010, cuando recorrió el mercado buscando oportunidades de negocio: Bancard quería, les decía a sus interlocutores, crear un portafolio lo más parecido al que tenían las AFP. Diversificado y global. Muchas fichas pequeñas en infinidad de lugares y sectores. Un riesgo diversificado que, paradójicamente, ahora multiplica el riesgo de Bancard. Y que tiene uno de sus vehículos de inversión preferidos, como lo han recordado insistentemente dirigentes de la Nueva Mayoría la última semana, radicado en las Islas Vírgenes Británicas.

La Tercera

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