A pesar de las preocupaciones por los colapsos bancarios de Credit Suisse y Silicon Valley Bank, el Banco Central Europeo (BCE) aumentó su tasa de interés en la expectativa inicial de 50 puntos base para hacerle frente a la inflación y devolverla a su objetivo de 2% a medio plazo.
De esta forma, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito se incrementarán al 3,50%, 3,75% y 3,00%.
De acuerdo a lo informado por el banco central, la decisión monetaria ya se había tomado a principios de marzo, antes de que existieran tensiones en el sector financiero. Sin embargo, señalaron que «el Consejo de Gobierno sigue de cerca las tensiones actuales del mercado y está preparado para responder según sea necesario para preservar la estabilidad de precios y la estabilidad financiera en la zona del euro”.
Durante su conferencia de prensa, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, recalcó que la determinación de la entidad a devolver la inflación a su meta se mantiene “intacta” y que las próximas decisiones de política monetaria que se tomen dependerán completamente de los datos que se presenten.
Acerca de las nuevas condiciones que se presentan con los recientes colapsos bancarios, la autoridad monetaria enfatizó que la situación es diferente a la crisis global financiera que se vivió en 2008, precisando que actualmente «el sector bancario está en una posición mucho, mucho más fuerte”.
Agregando que, de ser necesaria una intervención «disponemos de las herramientas, de las facilidades disponibles y de una caja de herramientas con otros instrumentos que siempre estamos dispuestos a activar”.
El BCE apuntó a que el sector bancario de la Eurozona «es resistente, con fuertes posiciones de capital y liquidez» y que en todo caso, el conjunto de herramientas de política del BCE está «completamente equipado para brindar apoyo de liquidez al sistema financiero de la zona del euro si es necesario y para preservar la transmisión fluida de la política monetaria».
Además, se actualizaron las proyecciones económicas. Se prevé que la inflación alcance un promedio de 5,3% en 2023, del 2,9% en 2024 y del 2,1% en 2025. Mientras que los precios subyacentes -es decir, sin elementos volátiles como alimentos y energía, se mantendrán fuertes y por sobre lo estimado en diciembre, con 4,6 % en 2023, pero bajará a 2,5% en 2024 y 2,2% en 2025,
En tanto, para el crecimiento en 2023 se han revisado al alza a un promedio de 1,0% como resultado tanto de la caída en los precios de la energía como de la mayor resiliencia de la economía ante el desafiante entorno internacional. Seguido por un repunte en 2024 al 1,6%, misma cifra que para 2025. (DF)
