El más conservador de los bancos sorprendió al mercado ayer martes. El Bci anunció que Lionel Olavarría deja la gerencia general luego de 21 años en el cargo. El ingeniero civil industrial y máster en economía, asumirá como vicepresidente del banco de los Yarur.
El anuncio significa que uno de los próceres del mercado de capitales chilenos deja la primera línea de la industria.
El nuevo gerente general será Eugenio Von Chrismar, actual gerente del banco de inversión y del área de finanzas corporativas.
La pregunta que dominaba las terrazas de Sanhattan ayer por la tarde, luego del anuncio, es por qué no se nombró a Ignacio Yarur, hijo del controlador del banco y presidente del directorio. El nombramiento de Von Chrismar es considerado como “un paso intermedio para que eventualmente asuma Ignacio”.
El consenso del mercado es que el directorio deber haber estimado que al mayor de los hijos de Luis Enrique aún le falta experiencia.
“Es una sorpresa. Después de los cambios de 2013, en que Ignacio asumió el rol de gerente de la banca comercial, se dio por descontado que él era el heredero elegido por Luis Enrique para tomar control de las riendas del banco. Es más, en privado ese era el mensaje de gente del banco y de los Yarur. Que hayan nombrado a Von Chrismar quiere decir que a Ignacio le falta experiencia y quizás ahora lo pongan en el puesto que deja vacante Von Chrismar, para que aprenda el negocio de finanzas corporativas”, dice un alto ejecutivo del sector financiero que conoce de cerca al banco y a Luis Enrique Yarur.
“Aún le falta”, fue el comentario de un líder gremial que conoce el negocio bancario y es cercano a los Yarur.
Un ex ejecutivo del banco señala que supone una incógnita el que Ignacio no haya asumido el puesto de Olavarría. “Ignacio Yarur parece profesionalmente ya preparado para el desafío, a menos que se quiera que pase antes por Corporate and Investment Banking, el puesto que tenía Eugenio”.
Agrega que también es posible que el banco no quiera dar una señal de que hay demasiados Yarur en la alta dirección, especialmente a los reguladores de Estados Unidos, que aún no aprueban la compra del banco de Miami. Apunta a que Luis Enrique es presidente del directorio e Ignacio habría quedado como gerente general.
Cabe recordar que en 2013 la familia Yarur dio un importante paso en el recambio generacional del grupo al dejar dos de las cuatro áreas de negocios a cargo de Ignacio y Diego Yarur, hijos del presidente del banco.
Ignacio es Abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile y MBA Empresas del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), España. Ha desempeñado diversos cargos gerenciales en el BCI y antes de asumir como gerente de la Banca Retail era gerente del Banco Comercial. Ignacio es el mayor de los nueve hijos del presidente del Bci y era visto en el mercado como el sucesor natural de Olavarría, cuando éste deje el cargo.
UN PROCER DEL MERCADO
En el mercado y desde el interior del banco afirman que reemplazar a Olavarría no será fácil. “Fue partícipe y artífice del banco que es hoy día el BCI”, dice una fuente que trabajó por varios años en la entidad.
Durante la gestión de Olavarría, Bci duplicó su participación de mercado, aumentó las utilidades en 25 veces, e internacionalizó el banco, abriendo oficinas de representación en países como España, Perú, México y Brasil, además de la compra de City National Bank en Miami. “Se lograron relevantes hitos que permitieron a Bci, ser el tercer banco privado de la plaza, aumentar el valor de la acción en más de 1.000% y recibir el reconocimiento del mercado como el banco más transparente, innovador, sustentable y con la mejor experiencia cliente de la industria”, comunicó la empresa.
Un ejecutivo del sector financiero que trabajó con Olavarría asegura que es un gran líder y que será difícil de reemplazar. “Olavarría entiende muy bien el negocio, empleados le creen y además estaba empoderado”.
La misma fuente cuenta que hacía muy buena dupla con Luis Enrique y, a pesar de no venir del área comercial, tenía claro el negocio. Le da crédito por adoptar una estrategia de calidad de servicios al cliente y confiar en el poder de internet cuando “nadie en el banco ni en el mercado lo pescaba”.
Su gran defecto, explica, es que “es más cabeza que corazón”.
Señala que con el tiempo Olavarría aprendió a tratar a la gente, pero que el tema “habilidades blandas” le costó.
El nuevo gerente general –Von Chrismar– se incorporó en 1999 al banco como gerente de finanzas y desde 2011 lidera la división Bci Corporate and Invesment Banking, que permitió que los clientes accedieran a una propuesta integral y coordinada de todos los productos y servicios del banco.
Para Von Chrismar el desafío será desarrollar sus habilidades comerciales más allá de las grandes empresas, que son con las que ha tratado todos estos años, explica una fuente interna del banco.
“Su nombramiento no genera ruido y es leal a los Yarur, pero no tiene el peso ni el liderazgo de Olavarría”, sostiene una fuente que trabajó con él en el Bci. “Su sueño era ser gerente general”, concluye. (El Mostrador)