Un emplazamiento a condenar a los gobernantes de Nicaragua, Venezuela, Israel y Rusia hizo el Presidente Gabriel Boric en el evento «En defensa de la democracia, lucha contra el extremismo», organizado por los Presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y del Gobierno español, Pedro Sánchez, en Nueva York.
En el evento que aconteció antes de la comparecencia de Boric en la asamblea general de Naciones Unidas, el Mandatario partió formulando con una pregunta «no respecto de nuestros adversarios de la ultraderecha, sino respecto a nosotros mismos», relativa a «por qué hoy día los sectores progresistas también son puestos en duda por parte de la misma ciudadanía».
En seguida, contestó: «yo creo que hay algo que es muy importante que establezcamos en conjunto, que es que hay ciertas materias en las cuales son avances civilizatorios en los que debemos tener una sola postura sin doble estándar».
En esa línea, afirmó que «las fuerzas progresistas se ven debilitadas cuando frente a determinados conflictos adquieren posturas titubeantes o en función de intereses, o defensa de amistades malentendidas, o colores políticos en vez de principios».
«Permítanme poner un ejemplo de lo que ha hecho la derecha cuando fue el intento de golpe de estado en Brasil o cuando fue el intento de golpe de estado en Estados Unidos por parte de Trump y Bolsonaro. La derecha en muchos de nuestros países dudó al comienzo si condenar o no esos intentos y cuando lo hizo en muchos lugares, fue ambigua», sostuvo, reparando que «para justificar esa posición, se escudaban en que por nuestra parte nosotros no éramos claros en la condena de otras violaciones a la democracia o a los derechos humanos».
«¿Por qué traigo esto a colación?», continuó, «porque me parece importante que frente a conflictos que desgarran al mundo seamos capaces de tener una sola posición conjunta los países progresistas. Los derechos humanos, la violación de los derechos humanos no pueden juzgarse según el color del dictador de turno que los viole o el presidente que los viole, se llame Netanyahu en Israel, o Nicolás Maduro en Venezuela, se llame Ortega en Nicaragua o Vladimir Putin en Rusia, se autodefinan de izquierda o de derecha o lo que sea«.
«Desde los sectores progresistas y para reivindicar la fuerza de la izquierda tenemos que ser capaces de defender principios y en eso creo que hay veces que fallamos porque no tenemos la misma vara para juzgar a quienes se supone son de nuestro lado», zanjó.
Lo anterior, advirtió el Presidente, «en América Latina nos ha pasado mucho y nos ha hecho mucho daño. Lo hemos conversado mucho con el presidente Lula, como la venezuelanización o como el tema de Venezuela en nuestra política interna ha causado un daño tremendo a la emergencia de las izquierdas«.
Cabe destacar que en su alocución, Boric no se pronunció sobre el régimen de Cuba que lidera Miguel Díaz-Canel, pese a que ha sido exhortado a declararlo como una dictadura. Ha sido la activista cubana por los derechos humanos, Rosá Paya, quien ha sostenido que el compromiso del Mandatario con los derechos humanos «no será real hasta que no esté dispuesto a reconocer la verdad y condenar la dictadura cubana«.
IA Y SEGURIDAD
Como segundo punto, el Mandatario chileno llamó a reflexionar «sobre ciertos temas que han tomado las derechas, que no tienen por qué pertenecerles, ni nosotros debemos abandonar». «En primer lugar pongo uno que en Chile nos está afectando mucho que es la seguridad», continuó, advirtiendo que «no tiene por qué ser una política de derecha si la seguridad es un derecho que habilita los otros derechos».
Asimismo, puso bajo cuestión el «por qué hoy día en nuestros distintos países, las ultraderechas se adjudican las identidades nacionales. Nosotros estamos también orgullosos de nuestras identidades nacionales y defendemos la esencia de las identidades nacionales que no se limitan sólo a los símbolos sino que son su gente, sus pueblos y ahí también hay una disputa cultural que dar. El tema de la migración, cómo en conjunto con solidaridad damos una respuesta global o regional al menos a los problemas migratorios».
Como tercer punto, relevó la necesidad de que «en conjunto empujemos políticas de regulación de la inteligencia artificial», dado que «en la medida en que funcione sobre bases de datos que reproducen los sesgos existentes, van a terminar por exterminar ya sea culturas o minorías que no son parte de los sectores hegemónicos de la sociedad».
«Nosotros como líderes progresistas tenemos el deber de defender a esos excluidos que van a quedar doblemente excluidos con la inteligencia artificial si es que no hacemos modificaciones a esas regulaciones o si es que no regulamos o vamos a confiar en que las empresas lo hagan», afirmó.
Cerrando su alocución, Boric señaló que «quedo a disposición de la interpelación que me hiciera el presidente Lula de juntarnos en Santiago con los liderazgos de los países progresistas y también con los partidos que sostienen nuestros gobiernos para intercambiar las buenas experiencias en políticas públicas, como las bolsas de familia del presidente Lula, como el aumento del salario mínimo que hemos hecho en Chile y en España, las diferentes leyes laborales; la discusión que ha habido en Francia, por ejemplo, respecto al aborto y que lleguemos a acuerdos que haga que hacia afuera se vea que estamos unidos». «Si hay la disposición para efectivamente ir y juntarse, yo pongo la casa y Santiago de Chile está disponible para una cumbre de liderazgos progresistas a nivel mundial», concluyó. (Emol)