Una derrota cargada de simbolismos sufrió este jueves (14.02.2019) la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, luego de que el Parlamento rechazara una moción con la que la dirigente buscaba renovar el respaldo de los diputados a su plan de continuar negociando con Bruselas el acuerdo del «brexit”. La pregunta era si respaldaban a May en sus intentos de obtener cambios a lo acordado con la UE.
En total 303 parlamentarios rechazaron la idea, contra 258 que votaron a favor de ella. Si bien el voto no es vinculante, es decir el Gobierno no debe hacer cambio alguno en su estrategia, sí resulta simbólico en el sentido de que los líderes de la Unión Europea podrían tomar esta derrota como una prueba de que May no será capaz de convencer a los parlamentarios de apoyar un acuerdo revisado.
El sector más euroescéptico de los conservadores criticó el texto porque incorporaba de forma implícita una enmienda ya aprobada en enero, por la cual la Cámara de los Comunes descarta abandonar la UE sin un acuerdo el próximo 29 de marzo. Otros que apoyan en «brexit” temían que May estuviera suavizando su posición de cara a las negociaciones, por lo que se abstuvieron, precipitando la derrota de la premier.
DIVISIONES ANTES EL «BREXIT”
La cláusula rechazada indicaba que el Parlamento «reitera su apoyo al plan para abandonar la Unión Europea expresado por esta Cámara el pasado 29 de enero de 2019 y toma nota de que el diálogo entre el Reino Unido y la Unión Europea sobre el mecanismo de salvaguarda para Irlanda del Norte está en marcha”. Durante el debate, el ministro para el «brexit”, Stephen Barclay, intentó ganar respaldo asegurando que el Gobierno ejecutará la ruptura con la UE en la fecha prevista, haya o no acuerdo.
Sin embargo, lo ocurrido este jueves demuestra la profunda división que existe en el Parlamento respecto a la forma de enfrentar las negociaciones con la Unión Europea. Algunos conservadores y también parlamentarios opositores acusan a May de «jugar con el tiempo”, llevando las discusiones hasta fechas cercanas al «brexit” para presionar al Congreso a aprobar su acuerdo o salirse de la UE sin acuerdo, un escenario de pesadilla para economistas. (DW, EFE, AFP, Reuters)