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Cadem: En dos años, Bachelet reduce a la mitad su apoyo en mujeres

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Una fuerte caída en su respaldo en sectores históricamente favorables experimentó la aprobación de la Presidenta Michelle Bachelet, según el promedio evolutivo de la encuesta Cadem, entre mayo de 2014, casi al iniciar su segundo Gobierno, y mayo de 2016, entrando a la segunda etapa de su administración.

En el desglose del estudio se puede apreciar que, por ejemplo, entre las mujeres, la aprobación cae desde un 53% a un 25% entre mayo de 2014 y mayo de 2016, lo que representa una baja de 28 puntos porcentuales.

Entre los hombres el panorama es similar, ya que también se observa una caída de 28 puntos porcentuales, desde 49% a 21%, en el mismo período.

La cifra más alta, sin embargo, aparece en el segmento de los jóvenes. En el rango entre los 18 y 34 años de edad, Bachelet bajó desde un 48% en mayo de 2014 a un 18% dos años después. En el rango entre 35 y 54 años la baja también es considerable, y pasa de 50% a 21%.

Esa caída también se ve reflejada al medir por ocupación el respaldo a la mandataria, ya que entre los estudiantes, Bachelet pasa de un 44% a un 17% en dos años.

En el período medido, mayo de 2014 a mayo de 2016, las cifras representan fuertes caídas en varios segmentos evaluados entre ocupación, edad, posición política, grupo soecioeconómico y género.

Así, por ejemplo, en el C3, la adhesión a la Presidenta experimentó también una fuerte reducción, pasando de un 54% a un 24% a la fecha, representando una caída de 30 puntos porcentuales. En el segmento D/E, en tanto, baja de 52% a 24% en igual período y en el C2 cae de 49% a 21%.

Pérdida de electorado. La medición de Cadem también abarcó el segmento por posición política. En este ítem, el apoyo de mayo de 2014 con un 74% en la centroizquierda, contrasta con el 47% que ostenta hoy en su electorado cautivo, representando una baja de 27 puntos porcentuales.

En el centro, en tanto, pasa de 46% a 19%, en la centroderecha de 29% a 11% y entre los independientes baja de 35% a 17%, todo en el mismo período entre mayo de 2014 y mayo de 2016.

Pero uno de los segmentos que refleja  la pérdida de apoyo más fuerte a la mandataria es el de las ocupaciones laborales.

Entre los trabajadores, por ejemplo, Bachelet cae de un 51% hace dos años a un 21% a la fecha, una considerable baja de 30 puntos porcentuales, toda vez que el Ejecutivo impulsado una profunda reforma laboral como una de las piedras angulares del programa de Gobierno.

En tanto, entre los estudiantes, que en las últimas semana reforzaron su ofensiva con tomas y protestas, lo que incluyó una irrupción en La Moneda, la situación también refleja una fuerte pérdida de respaldo a la gestión de la Presidenta durante su segunda administración.

En este ítem, los estudiantes pasan de haber aprobado en un 44% a Bachelet en mayo de 2014, a dos meses de haber iniciado su Gobierno, a un 17% actualmente, la cifra más baja en el segmento de ocupaciones.

Entre las dueñas de casa, en cambio, el apoyo baja de un 52% a un 30% en dos años, mientras que entre los jubilados la cifra cae de 58% en mayo de 2014 a un 36% a la fecha, representando una caída de 22 puntos porcentuales.

A nivel país, en tanto, mientras en Santiago el respaldo a Bachelet bajó de 49% a 23%, en regiones el panorama se repitió en orden a una caída desde el 52% hace dos años hasta 24% que mantiene hoy en día.

SINTONÍA CON OPINIÓN PÚBLICA

Confianza. Esa es la clave para el gerente de Asuntos Públicos de Cadem, Roberto Izikson, al analizar la caída de la Presidenta Bachelet en la aprobación de lo que hace algunos años eran parte importante de su público objetivo. La razón es sólo una: “Lo que hace Caval es traerla al mundo de la política y esa realidad es de desconfianza. Hoy Bachelet es un político más”, sostiene.

¿Qué representa para la Presidenta esta caída en públicos que se consideraban objetivos o cautivos de ella?

– El éxito de la fórmula Bachelet es carisma más confianza. El quiebre es en la confianza. La Presidenta Bachelet perdió la confianza de ese público que era tradicionalmente de ella: hombres y mujeres de estratos medios bajos, algunos de ellos identificados más con la centro izquierda.

¿Qué causa esta pérdida de confianza?

-Esto está provocado por Caval por una parte. En segundo lugar diría que está provocado por dos temas que no estaban en su programa de Gobierno, que son la economía y la delincuencia. Y en tercer lugar una resistencia a corregir el rumbo de las reformas. Pero el factor más decidor es Caval, que además tiene un doble problema, porque obviamente genera un problema de confianza, pero también genera un problema de lejanía. La Presidenta está más preocupada de salvar a ella y a su familia que al resto de los chilenos.

¿Cuál cree usted que es el público qué más la golpea?

-Sin duda que la mujer C3 y D, identificada con la centro izquierda. Porque ese el público que hace que la Presidenta se mueva entre 20% y 28% en las encuestas. Hay un momento bien clave en las encuestas que es el terremoto del norte en 2015. La Presidenta estaba en torno al 20%, se produce el terremoto y sube de una semana a otra entre 20% y 28% de aprobación. ¿Por qué sube ahí? Porque las mujeres de estratos medios bajos dicen ‘esta es la Presidenta que yo quiero ver. La Presidenta en terreno, conectada con las personas, cercana’.

¿Es sólo un problema comunicacional o también hay un problema de gestión?

-La opinión pública percibe un problema de gestión de Gobierno principalmente en delincuencia, economía y  salud y quienes más resienten los problemas de la delincuencia y la economía son los estratos medios bajos.

¿Cómo puede mejorar esta gestión?

-De alguna manera lo que perdió la Presidenta Bachelet fue la sintonía con la opinión pública. Cuando uno escucha en el discurso del 21 de mayo que ella está haciendo un Gobierno para la historia, lo que finalmente hace es decirle a la opinión pública, ‘mire lo que usted piense de mí y de mi Gobierno no me importa mucho’. En el primer Gobierno, Bachelet corrigió cosas en base a la opinión pública: lo hizo con el Transantiago pidiendo perdón, lo hizo con la economía, pero en este Gobierno eso no se ha visto.

El segmento que más baja son los jóvenes. También baja entre los estudiantes. ¿Cómo se explica esto en medio de la reforma educacional que ha impulsado el Gobierno?

-Los jóvenes son hoy día lejos la población más crítica, más conectada, están mucho más atentos a las redes sociales, a la información, por lo que les golpea mucho Caval. Pero también hay una resistencia a la reforma, hay una situación de insuficiencia de cuánto se ha avanzado en gratuidad y sobre todo en calidad que no ha sido parte del debate.

 La figura de la Presidenta también baja en los sectores socioeconómicos bajos ¿Cree que acá pueda haber influido el desempleo?

-Hoy día la variable que más explica la desaprobación presidencial, junto con Caval, es la economía. Ha aumentado el desempleo y en ese aumento del desempleo los primeros que se resienten es la clase media, media baja.

¿Ha perdido Bachelet el entusiasmo o la novedad que tenía ser la primera mujer Presidenta? 

-Yo creo que hace tiempo que dejó de ser un factor relevante. Eso pudo ser un factor cuando la reelegimos. O sea, uno podría apelar que ser  mujer Presidenta es una cuestión relevante en el primer Gobierno, no en el segundo.

Respecto a la pérdida del electorado, Bachelet baja en la centro izquierda, ¿hay una desconexión de la Presidenta con su sector?

-Sin duda. Aquí el quiebre de Caval es muy relevante. En el fondo es un disparo al corazón de su relato, al de la desigualdad. La fórmula de carisma más confianza hacía que ella no fuera un político tradicional. Lo que hace Caval es traerla al mundo de la política y esa realidad es de desconfianza.

¿Qué viene para el año y medio de Gobierno que queda? ¿Cree que estas cifras puedan mejorar?

-La Presidenta Bachelet necesita menos academia y más política. O sea, menos historia y más coyuntura. El terremoto del 2015 la ayudó a salir, porque le permitió mostrar su mejor cara. Pero no puede esperar otro desastre de la naturaleza. Ella tiene que provocar un terremoto político y la única herramienta que tiene a la mano es un cambio de gabinete o incluso de segundo piso. (Pulso)

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