En una sesión especial realizada esta tarde para realizar un análisis del estallido social del 18 de octubre de 2019 y condenar la violencia surgida de éste, la Cámara de Diputados rechazó un proyecto de resolución impulsado por el comité de la Unión Demócrata Independiente (UDI) que calificaba los hechos acaecidos en la oportunidad como un “golpe de Estado no tradicional”.
En la ocasión, la propuesta obtuvo 44 votos a favor, 43 en contra y 5 abstenciones, por lo que fue rechazada por la Sala de la Cámara Baja.
Esta solicitaba, en su numeral 1, “condenar, en todas sus formas, el golpe de Estado no tradicional que tuvo lugar en nuestro país el 18 de octubre de 2019, donde por medio de una violencia insurreccional -respaldada, por acción u omisión, por distintos sectores políticos- se intentó derrocar a un gobierno electo democráticamente por la ciudadanía, causando una grave crisis económica y de seguridad, cuyas consecuencias las siguen pagando miles de familias chilenas, especialmente las más vulnerables y de escasos recursos”.
Asimismo, por 43 votos a favor, 43 en contra y siete abstenciones, también fue desestimada una solicitud impulsada por parlamentarios de RN que indicaba que la Cámara “compromete con preservar la integridad de los valores democráticos y denuncia al país y a la comunidad internacional el accionar de amplios sectores de izquierda con representación parlamentaria que, mediante el fomento de la violencia política y callejera que sucedió al 18 de octubre del año 2019, buscaron despojar a un Presidente democráticamente electo de su cargo”.
En tanto, se aprobó una resolución realizada por la bancada republicana, al obtener 48 votos a favor, 34 rechazos y 5 abstenciones.
Esta señala que la Cámara Baja “rechaza los actos de violencia contra la institucionalidad democrática, el patrimonio institucional, político, social y cultural y la infraestructura crítica del país en los acontecimientos ocurridos desde el 18 de octubre de 2019 y solicita a S.E. el Presidente de la República su compromiso en orden a no otorgar indultos ni ningún otro beneficio a quienes hayan participado de dichos actos”.
La sesión partió con una intervención de los diputados Gustavo Benavente (UDI) y Diego Schalper (RN), quienes tuvieron siete minutos cada uno para ahondar en por qué se solicitó esta sesión especial de la Cámara Baja.
En la ocasión, el diputado Benavente señaló que “bajo el marco de una movilización ciudadana que demandaba cambios, la violencia se desató de una manera desconocida en Chile”, que incluyó saqueos, destrucción de infraestructura, así como varios lesionados y fallecidos.
Al respecto, el parlamentario gremialista destacó que “las razones de por qué la violencia se desató de esa manera puede ser atribuible a diversas causas, pero lo cierto es que quienes tenían, o tienen, la representación de los ciudadanos, poco colaboraron a aminorarla y, al contrario, algunos la respaldaron e incentivaron. El PC y el Frente Amplio así lo hicieron. Todo Chile fue testigo de cómo el actual Presidente de la República llamaba a la desobediencia civil e increpaba duramente en las calles a quienes estaban cumpliendo el rol de controlar el orden público y proteger a la ciudadanía de los actos vandálicos”.
Agregó que tras esto se produjo un aprendizaje, en el cual “la inmensa mayoría de los chilenos volvió a apreciar el orden, la paz y el respeto irrestricto a nuestras policías. Sin embargo no todos lo entienden así, partiendo por el mismo gobierno, que pese a sus dichos, en el hecho sigue condescendiente con la violencia octubrista”. En este sentido, Benavente destacó los indultos concedidos por el Presidente Boric a condenados en el marco del estallido y el poner urgencia a proyectos de seguridad “después de un año de haber asumido y solo cuando la seguridad ciudadana era un mal con el que los chilenos tenían que convivir día a día”.
Por su parte, el diputado RN Diego Schalper indicó que “lo más doloroso para mí, desde mi generación, es darme cuenta de que pese a todo lo que había transcurrido en la historia de Chile, cuando nuestra generación tuvo que demostrar sus credenciales democráticas, hubo gente de mi generación que estuvo dispuesta a que el Presidente democráticamente electo no terminara su mandato, ante la vista complaciente de la llamada izquierda democrática”.
Sin embargo, recordó que “el contexto, el pasto seco que permitió el surgimiento de esa violencia desbordada, y lamentablemente a ratos legitimada y validada políticamente, pero también con un inusitado respaldo en algunos estudios de opinión, es un malestar social que todavía subsiste en Chile y que esta Cámara de Diputados cometería un grave error en estimar que se ha acabado”.
Finalmente, destacó que el estallido decantó en el proceso de elaborar una nueva Constitución. “No podemos soslayar que acá lo que hay no es un cuestionamiento parcial, sino que hay un cuestionamiento institucional que tiene que ver con desafección, con falta de empatía y con algo que nos tenemos que hacer cargo, que es relegitimar la institucionalidad”, destacó. (La Tercera)