No fue la semana más fácil para el líder del gobierno alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz: luego de una fuerte presión internacional, terminó cediendo a lo que se le pedía hace tiempo desde la OTAN, y dio la luz verde para que Polonia y otros países le enviasen tanques Leopard 2, de fabricación germana, al Ejército ucraniano. Y es en este contexto inmediato que Scholz cruzará el Atlántico, para encontrarse con Luiz Inácio Lula da Silva, Alberto Fernández y Gabriel Boric, en una gira exprés a Sudamérica que se inicia este fin de semana.
En un viaje que busca fortalecer las relaciones con la región, Scholz pasará dos días en nuestro país: el domingo 29 y el lunes 30. El canciller germano participará en un encuentro con empresarios chilenos y alemanes, al tiempo que sostendrá una reunión con el Presidente Boric, para luego ofrecer una conferencia de prensa en La Moneda.
Scholz lleva 13 meses ya al mando de la “coalición semáforo”, que junta al Partido Socialdemócrata (rojo), con los Verdes y los Liberales (amarillo), y uno de los temas principales en su gestión han sido la guerra en Ucrania. Si en un principio Scholz tomó parte de los esfuerzos internacionales para evitar la guerra, Berlín tomó el rol del “tibio” de la OTAN, rechazando cualquier intervención de la Alianza Atlántica en Ucrania: el país que siempre demora un poco más cuando se trata de enviar armas y respaldar a Kiev.
Ya antes, la exministra de Defensa alemana Christine Lambrecht había sido criticada luego de evitar enviar material bélico a Ucrania, priorizando el suministro de cascos, lo que llegó a ser visto como burla al compararse con el material militar proporcionado por otros países. Con el paso de los meses, la “tibieza” alemana se expresó en la constante negativa a autorizar el envío de los estratégicos tanques Leopard 2, de fabricación germana, al frente de batalla.
Esto mismo le valió críticas de países más “comprometidos” con la guerra, como lo es por ejemplo Polonia, país vecino de Ucrania, y cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Zbigniew Rau, afirmó: “La sangre ucraniana se derrama de verdad. Este es el precio de la indecisión sobre las entregas de Leopard. Necesitamos acción, ahora”.
Al final, esta semana Scholz terminó por autorizar el envío de los tanques, luego de muchas polémicas con el resto de Europa. Franco Delle Donne, doctor en comunicación de la Freie Universität Berlin, comenta para La Tercera lo que significó esto para el canciller alemán. “Tuvo este momento álgido por la decisión de los tanques, pero desde la Cancillería en Alemania lo analizan y concluyen que termina siendo una victoria para Scholz, y de hecho, la opinión pública terminó subiendo en ese sentido, en términos de que el objetivo de Scholz era no estar solo en ese envío. Eso se logra, y se envían los tanques”, indica el experto, recordando que también Estados Unidos y Reino Unido comprometieron esta semana su armamento.
Respecto a la relación del episodio de los Leopard 2 con el viaje sudamericano, el investigador asociado del German Institute for Global and Area Studies (GIGA) y del German Council on Foreign Relations (DGAP), Detlef Nolte, apunta: ”Los viajes oficiales del canciller federal se preparan a largo plazo. A este respecto, no existe ningún vínculo directo con el conflicto de Ucrania en lo que respecta a la fecha del viaje”. “Indirectamente, ya existe una conexión, puesto que América Latina ha cobrado importancia estratégica para la UE tras la invasión rusa. La UE quiere reforzar su autonomía estratégica y América Latina se considera un socio importante. Los votos de los países latinoamericanos en las Naciones Unidas son importantes”, explica a La Tercera.
Ahora bien, las relaciones entre Alemania y Latinoamérica no estaban viviendo sus mejores momentos. Delle Donne asocia más este viaje a la creciente presencia de China en la región, y a las consecuencias del Covid-19. “Todo el tiempo de la pandemia, las relaciones entre Alemania o la UE se dañaron con Latinoamérica: con la política de vacunas, hubo cierta percepción de egoísmo por parte de Europa y de Alemania hacia Latinoamérica. La diplomacia de las vacunas que ejercieron tanto China como Rusia, y que facilito el envío de estas vacunas a Latinoamérica, agrietó el puente entre Europa y América Latina. Lo que intenta Scholz es empezar a reconstruir o reforzarlo de alguna manera”, destaca el experto.
Se trataría, según Delle Donne, de fortalecer ciertos compromisos y contactos económicos, pero también de mantener “una agenda de valores y elementos democráticos compartidos” entre Alemania y los países visitados.
En el aspecto económico, el Mercosur es una preocupación importante para el Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que recibirá al canciller alemán bajo la presión de avanzar en un acuerdo entre el bloque sudamericano y la Unión Europea. Lula ya ha hecho una serie de viajes internacionales en miras a reconstruir la unidad del bloque compuesto por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.
El Mercosur ya está viviendo una amenaza interna: el Presidente uruguayo Luis Lacalle Pou insiste en cerrar un acuerdo bilateral de libre comercio con China, lo que he visto por los integrantes del bloque como una preocupación importante, ya que la negociación “independiente” rompe las reglas del grupo.
El acuerdo Mercosur-Unión Europea, entonces, formará parte clave de lo conversado entre Scholz y Lula. “Es importante el crecimiento de China y su influencia, no solo económica sino política, y el pensamiento a mediano largo plazo de Alemania, con la Unión Europea y la socialdemocracia. Con eso en mente, Scholz está viendo que relación tendrá con el Sur Global, y América Latina, empezando por Brasil”, comenta Delle Done.
El factor climático también juega, ya que la vuelta de Lula al Palacio del Planalto es también un cambio de actitud radical de Brasil en relación con la Amazonía. Así, el petista ya anunció que frenará la tala indiscriminada, y la visita de Scholz refuerza el respaldo internacional luego de los años de mandato de Jair Bolsonaro, marcado por una Brasilia aislada del escenario mundial.
En esa dirección, la posible explotación del hidrógeno verde desde Chile a Alemania también es un aspecto clave. “Podría desempeñar un papel importante en la transformación ecológica de la economía, ya que se considera que la región tiene un gran potencial en lo que respecta a la producción de hidrógeno verde. Chile es un socio importante en términos de materias primas. El 78% de las importaciones de litio de la UE proceden de Chile”, recuerda Nolte.
El experto afirma que, desde Alemania, Chile es visto como un “socio fiable”, independiente de la orientación política del gobierno de turno. “En Alemania se percibe positivamente la posición inequívoca del gobierno chileno ante la invasión rusa de Ucrania y su clara crítica a las violaciones de los derechos humanos en Nicaragua y Venezuela. Chile es, por tanto, uno de los socios más fiables de Alemania en América Latina”, concluye Nolte. (La Tercera)