Caricaturista de Le Canard Enchaîné: "Hay islamofobia en Francia"

Caricaturista de Le Canard Enchaîné: "Hay islamofobia en Francia"

Compartir

“¿Puedo todavía dibujar la libertad?”, se pregunta un niño que mira hacia un adulto con lápiz y papel en mano. Es una ilustración firmada hace unos años por “Pancho”, nombre con que Francisco Graells publica cada semana en Le Canard Enchaîné (El pato encadenado), el periódico satírico francés de mayor circulación nacional y competencia de Charlie Hebdó. De padre venezolano y madre uruguaya, este caricaturista de 70 años vive desde hace tres décadas en París y ha colaborado con Le Monde y The New York Review of Books, entre otras prestigiosas publicaciones de Europa y EE.UU.

Una semana después de los atentados contra Charlie Hebdo, “Pancho” aún no consigue salir del impacto. La masacre lo tocó de cerca, ya que su amigo y colega Jean Cabut, conocido como “Cabu”, es una de las víctimas mortales. En un café de París, no lejos del conocido Boulevard Saint Germain, “Pancho” comenta a La Tercera  el duro golpe y vacío que los últimos acontecimientos dejan en el mundo de la caricatura francesa. Una pérdida irreparable, dice entre sorbo y sorbo, con la voz grave y el ritmo lento, de quien siente el peso de cada una de sus frases.

¿Usted conocía a las víctimas de Charlie Hebdo? ¿Cuáles son sus impresiones a poco más de una semana del ataque?

Estoy todavía bajo el shock, pues fue algo completamente inesperado y brutal.  Entre los muertos hay amigos como Cabu y Honoré, pero también conocía a Wolinski y Tignous. Todavía no sé bien cuál va a ser el resultado de esta impresión, quiero decir, día a día algo cambia en mi pensamiento porque aún estamos sobe el shock. Me parece horrible simplemente. No es solamente injusto, sino que además es un desperdicio fenomenal.

¿Tuvo la oportunidad de conversar con Cabu sobre las amenazas recibidas y la posibilidad de un ataque?

Sí, un poco, pero él no le daba mucha importancia. No sé si en privado o con la gente de Charlie Hebdo hablaba de eso, pero cuando él venía a Le Canard Enchaîné sólo hablaba del tema si es que le preguntábamos. Cabu lo tomaba como una molestia y como parte del precio a pagar por lo que él quería hacer. Pensábamos que podría llegar haber alguna agresión, pero no que llegaría al asesinato. Es una cosa que no ocurre aún en países dictatoriales, de Africa o América Latina, donde los dibujantes son quizás amedrentados, despedidos, detenidos, pero no se llega a eso.

Esta semana se ha discutido mucho sobre la libertad de expresión ¿Cree que el caricaturista debe que tener un limite?

Hay un límite en el sentido que hay cosas que la ley incluso no permite. La libertad de expresión total no existe. Hacer lo que se te de la gana, no existe. No se pueden hacer dibujos apoyando la pedofilia, por ejemplo, o llamando a matar a alguien. Siempre hay límites. Algunos se preguntan si Charlie Hebdo tenía una actitud un poco racista, pero yo creo que ellos atacaban el fundamentalismo musulmán, como lo hacían en contra del fundamentalismo católico o el judío. En ese sentido no hay nada de racismo, es una publicación anticlerical. En Francia siempre ha habido una tradición, que viene desde la revolución, de atacar a los curas, al Papa y las instituciones y hacer una diferencia entre la iglesia y el Estado.

Hay quienes aseguran que Charlie Hebdo tenía una obsesión con el islam y que no hacía más que validar la islamofobia en Francia

Es cierto que hay una islamofobia en Francia, pero personalmente no creo que esa sea la intención de Charlie Hebdo. Lejos de eso, ellos intentaban evitar que la comunidad musulmana fuera tomada como rehén de esta gente. Es decir, estos fundamentalistas integristas, sumamente peligrosos y violentos, lo que quieren es que se haga la amalgama para que los franceses no musulmanes ataquen a los musulmanes y los musulmanes tengan que apoyar a esta gente. Es decir, ahí hay toda una manipulación y pueden llegar a tener éxito.

¿No había una provocación al publicar, por ejemplo, una caricatura que decía “El corán es una mierda, no detiene las balas”, en referencia a una matanza durante las revueltas en Egipto? 

Es sumamente comprensible que algunos lo tomen como una provocación. Yo creo que hay que evitar la provocación, pero al mismo tiempo hay que explicar de alguna manera a esta comunidad que un solo grupo de la población no puede imponer una ley al resto. Es decir, los que atacan de la forma en que lo hicieron la semana pasada a Charlie Hebdo, ellos sueñan con imponer la sharia  y era contra ese tipo de intenciones que se publicaba. Pero sí, puede haber excesos justamente porque es difícil mantener las medidas necesarias. La semana pasada han habido agresiones contra musulmanes que no son ni integristas ni violentos, simplemente porque son musulmanes. Pero al mismo tiempo es necesario que esta comunidad que forma parte de la nación entienda que hay ciertas cosas que vienen de muy lejos que son también tabú para esta civilización. Para ellos es tabú que se toque al profeta y para Francia es tabú que se toque la libertad.

¿Usted cree que los nacioanlistas están intentando sacar provecho de esta situación?

Claro. La situación es extremadamente peligrosa. Por eso yo no sé cómo puede terminar todo esto.  Y me doy cuenta que al mismo tiempo que los judíos tienen miedo de lo que puede ocurrir, también está la mayoría de los musulmanes que no tienen nada que ver con esta gente y que también tienen miedo. Es lamentable en ambos casos, pero la situación ha llegado a un extremo inesperado. (La Tercera)

Dejar una respuesta